Que tanta casualidad puede llegar a ser que dos personas de diferente sexo se puedan parecer tanto como dos gotas de agua.
Un accidente que le cambiará la vida totalmente.
Un secreto que se ve obligado a guardarlo para no perderlo.
¿Que pasará cua...
Había pasado exactamente una semana, una semana donde dos corazones sufrían, uno más que otro o talvez por igual.
Jungkook en una semana cambió su forma de ser y actuar, él señor con los pies puestos en la tierra no se le reconocía ni en una imagen, su forma recta de ser e imagen que siempre solía presentar quedo en el olvido, muchas de las veces llegó a la oficina sin corbata todo desaliñado ni cuando perdió a Jimae se le vio de aquella manera. Comenzó a beber apenas amanecía y así mismo fumaba, su carácter era insoportable y el único al que hacía caso era a Nam.
Todos extrañaban a Jimin y su cálida personalidad, pero nadie pudo preguntar qué pasó con él, por qué no volvió a la empresa. Unos habían mencionado el que se enteró sobre la señorita Jimae y ese fue el motivo, pero hasta ahí llegaban a hablar.
Todos en la empresa tenían prohibido mencionar el nombre de Jimin y a su vez chismear o sacar conjeturas por ellos mismos y sobre todo hablar de cómo ahora era su jefe, Nam prácticamente los amenazó una vez más.
Nam había ido a la Universidad en busca de Jimin, pero no obtuvo respuesta solo el hecho de que dejó de asistir a clases y que si seguía así perdería el ciclo. Con semblante preocupado mezclado con ira e impotencia salió con dirección a la empresa todo aquello tenía nombre y apellido.
Una vez que esté pisó la oficina del peli-negro un golpe sin previo aviso fue lanzado haciendo que este retrocediera y lo mirara estupefacto por su acción.
Le gritó un sin número de cosas y todas ellas iban cargadas de verdades, por su culpa Jimin perdería el ciclo, Nam sabía cuánto Jimin amaba su carrera el brillo que un día vio en sus ojos al hablar de aquello no podría olvidar ni después de su muerte, pero ahora todo ello estaba más que pisoteado. Jungkook no se defendió y tan solo agachó su cabeza.
En esa misma semana Jimin había enfermando y la mayor parte del tiempo la pasó en cama sin querer ir al hospital a que lo revisaran, su corazón dolía a más no poder, creía que con huir y estar lejos las cosas serían menos dolorosas, pero se equivocó se equivocó una vez más en tomar decisiones.
En esa semana había hablado con Tae el cual se preocupó al verlo por video llamada demacrado y sin el brillo característico de este, en esa semana su madre y padre no le prestaron mucha importancia y lo dejaron.
En esa misma semana había recibido un correoelectrónico con una noticia que jamás se esperaba recibir, en esa semana todose volvió caótico.
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Eran las 10 a.m. él peli-negro se encontraba frente a la gran ventana mirando a su exterior con la mirada fijada en un solo punto sin expresión alguna, rostro demacrado y hasta unos cuantos kilos menos en su cuerpo.
El cigarrillo en su mano se volvió ya una rutina diaria, no era de las personas que fumara, pero se convirtió en una de ellas.
Dio una calada y soltó el humo que en el aire se volatizaba perdiéndose de apoco, y entre tantas caladas la imagen de Jimin en la habitación que hoy en día se encontraba ya vacía llegaba a su mente.
