𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑

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Descontroladas lágrimas escapaban sin patrón alguno de mis orbes. Lágrimas de una Mikaela destrozada y desesperada que solo lograba empapar el rostro de un Hoshizora sin vida. Justo en el mismo instante que su brillo de vida abandonó sus ojos pude sentir como se llevó mi mundo y mi vida entera consigo, trayendome como remplazo un sentimiento de incontrolable odio e ira que logra con éxito nublar mi razón y mis pensamientos por completo.

Con todo mi esfuerzo dejo a un lado su cadáver para poder levantarme de mi lugar, y concentrarlo todo lo que he sentido desde hace unos minutos, mi odio, mi ira y mi desesperada impotencia en una mirada, que va fijada únicamente a ese repugnante enorme hombre con aspecto de cavernícola, que no paró ni un segundo de sonreír, dirigiendo en todo momento una mirada de completa burla hacia la escena que se había postrado ante el hacia apenas unos minutos.

Ya se había demorado en morir ese viejo, que decepción —A lo ultimo dicho, sorprendentemente su cara se transforma repentinamente a una de completa seriedad, por primera vez frente a mi— Darme tanta pelea para morir solo porque si.

Esas palabras fueron la que hicieron culminar por completo mi razón, desatando un fuego que hizo de mi cuerpo hervir todo a su paso, llenando de una misteriosa fortaleza mi cuerpo, fortaleza que me lleva hacia adelante, en un ataque impulsado por mi cumulo de emociones desbordadas como si de un gasolina se tratase, potenciando cada golpe, cada patada, cada expresión y lagrima que mi desamparado ser le dirige al desagradable hombre que esquiva cada uno de mis ataques con una sonrisa socarrona.

¡pero quien lo diría!, ¡la pequeña sabe pelear! —Parece extaciarse con cada acción que forman mis impulsos— Venga, seré bueno contigo, dejare que me des un golpe, o un golpecito, soy muy amable ¿no crees?

Todo lo que sentía y todo lo que alguna vez pude sentir lo exprese en ese golpe, toda esa fortaleza que me había llenado hace un rato se dirigió de manera totalitaria a mi puño derecho, obedeciendo a la oportunidad que ese hombre puso frente a mi de manera tan soberbia.

En el momento en el que mi puño hizo contacto con su abdomen, logre oír como cada hueso del mismo rechinó, sonido que en aquel entonces fue como musica para mis oídos, su expresión exageradamente altiva cambió a una que refleja un claro estado de estupor.

Eso ha dolido... Demasiado —Su tono de voz anteriormente soberbio se había tornado amenazante, sus compañeros que antes yacían omnicientes a la situación de su compañero posaron su atención en el mismo por primera vez, con una expresión indescifrable que vacila entre el interés y el asombro.

Su mirada que se había tornado amenazante tomo más intensidad en la misma, arremetiendo hacia mi con una velocidad realmente alucinante, no pude distinguir el cuando ni el donde se encontraba hasta que sentí como un golpe cargado de una fuerza inmensurable impacto justo en mi estomago, desatando en mi los mismos sonidos que había escuchado hace unos segundos cuando le golpee, sin poder controlarlo en absoluto,chorros de sangre tibia se escapan de mi boca de manera descontrolada, acabando con la nitidez de mi vista con cada golpe que me propina. No puedo esclarecer cuanto tiempo ha pasado desde que arremetió hacia mi, segundos o tal vez minutos, mi conciencia empieza a desvanecerse como simple polvo en el viento, pero al fin ha dejado de golpearme.

¿Y así era como pensabas vengarte?, no hubieras podido ser más miserable niña, tanto que ahora eres totalmente incapaz de percibir que quien llevo a cabo la muerte de ese viejo no fue nadie más que tu, yo solo fui un simple mediador para que ocurriera, si te hubieras quedado escondida, quien sabe, ese viejo tal vez ahora seguiría vivo —Pese a estar entre la fina linea entre la inconsciencia pude oír claramente cada palabra que soltó de manera narcisista, esas misma palabras fueron las que me hicieron estrellar de cara en la dura y cruel realidad— No mereces ni que te mate yo mismo, puedes quedarte ahí pudriéndote en la vergüenza de ser completa responsable de su miseria.

𝕲𝖗𝖆𝖓𝖎𝖟𝖔 𝖉𝖊 𝖑𝖚𝖓𝖆 • [𝙷𝚒𝚜𝚘𝚔𝚊 𝙼𝚘𝚛𝚘𝚠]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora