𝕲𝖗𝖆𝖓𝖎𝖟𝖔 𝖉𝖊 𝖑𝖚𝖓𝖆 • [𝙷𝚒𝚜𝚘𝚔𝚊 𝙼𝚘𝚛𝚘𝚠]

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟔.𝟐

Si soy sincera, nunca había estado dentro de un dirigible, y esta es la misma razón por la que por primera vez en años, una sonrisa permaneció por horas postrada firmemente en mi rostro, los árboles, ríos y montañas se veían tan pequeños que parecían diminutos juguetes en una pequeña maqueta, por primera vez en mi vida pude ver las nubes hacia abajo y desde tan cerca, como si al estirar mi mano pudiera desaparecer entre estas.

Emoción era realmente poco para describir el festival de sensaciones que se celebraba con furor en mi interior. Era cierto, hasta hace apenas unos años estaba realmente ansiosa por hacer algo tan relativamente común como subir a un dirigible que volara los más alto posible, se suponía que pasaría años recorriendo país tras país, ecosistema por ecosistema, y cientos de maravillas naturales en busca de mi desaparecido "padre" biológico, supongo que aunque mi objetivo haya cambiado, experimentar cosas tan nuevas como lo es ésta se siente mucho mejor de lo que pensé...

Al aterrizar, todos los aspirantes bajamos de inmediato de aquel singular dirigible que ahora que veía con atención tiene la forma de un tiburón. Efectivamente y como su nombre lo indica, aquel monte está partido en dos, hay un ancho y en extremo profundo precipicio rocoso.

—A ver... Miren hacia abajo —Dice Menchi mirando aquel precipicio con atención, en el borde, nos encontrábamos Killua, Gon y yo junto a varios participantes de más. Al mirar hacia abajo nos percatamos de algo bastante curioso, en la mitad del precipicio se encontraban unas enormes y gruesas telas de arañas tejidas de manera bastante cuidadosa y organizada, como un complejo tejido de lana. sobre algunos de esos gruesos hilos. logramos distinguir varios conjuntos de huevos recogidos por una especie de red hecha con hilos bastante más finos— Una telaraña de araña-águila.

—¿Tejen sus redes ahí abajo? —Pregunta Gon con un tono de curiosidad en su voz.

—Pues eso es lo que parece... —Respondo vagamente mientras mantengo mi mirada fija en aquella telaraña que tenía lugar en medio del precipicio, de repente, una fuerte ventisca proveniente del fondo del mismo que golpea nuestro, llegando incluso a derribar a algunos de nosotros, por lo que puedo deducir en base a esto, este precipicio expulsa corrientes de aire de manera no constante, creo que ya voy entendiendo de que trata esto...

—Miren abajo de la telaraña —Prosigue Menchi con sus indicaciones— Son huevos de araña-águila —Dice refiriéndose a los enormes huevos que colgaban de los gruesos hilos de la telaraña.

—Las arañas-águila tejen sus telarañas en grandes barrancos para proteger sus huevos de los depredadores —Interrumpe el agradable viejito Netero— Esto convierte a sus huevos en uno de los ingredientes más difíciles de obtener. A estos huevos se los conoce también como "huevos legendarios" —Prefiero no esperar mucho de algo que se supone que son huevos de araña, pero si lo dicen ellos supongo que tendrán algo de razón.

—U-un momento... —Aquel obeso rubio había hablado y parecía estar cagado de miedo, ahora me doy cuenta de que fue él el que había caído con la ventisca expulsada hace unos segundos— No nos dirá que...

—Eso mismo —Responde Menchi que parece haber dejado todo su enojo de hace unas horas en el olvido.

—¡¿Qué?! –La cara del chico es un poema en su esplendor, sin embargo, Menchi no se da el tiempo de responder, puesto que sin dudarlo ni por un segundo se lanza hacia aquel precipicio como si fuese a clavar en un alberca, desciende con rapidez y se cuelga de unos de esos gruesos hilos y da un par de giros que dan la impresión de ser hechos por un gimnasta profesional, se queda ahí colgada por unos segundos que parecen eternos, los participantes miran con terror y curiosidad aquella singular escena protagonizada por una habilidosa Menchi.