𝕲𝖗𝖆𝖓𝖎𝖟𝖔 𝖉𝖊 𝖑𝖚𝖓𝖆 • [𝙷𝚒𝚜𝚘𝚔𝚊 𝙼𝚘𝚛𝚘𝚠]

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟎

El viejo Netero me mira fijamente sin decir ni una palabra por unos largos segundos en las que con determinación sostengo su mirada

Por ti papá, por ti voy a intentar retroceder ante mi juramento por primera vez...

—Comprendo —Habla finalmente luego de unos hostigantes segundos— Entonces pasaré a la siguiente pregunta —Asiento ante el cambio de tema— ¿A cual de los doce aspirantes no pierdes nunca de vista?

—A la aspirante 406 —Respondo refiriéndome a Iyana —Por motivos personales.

—Una última pregunta. ¿Contra cuál de los doce aspirantes preferirías no tener que pelear?

—Contra el número 405 —Contesto ahora refiriéndome al adorable de Gon— No creo que tenga la suficiente voluntad para lastimarlo.

—Entonces eso sería todo —Dice esta vez sin despegar la mirada de su libreta— Ya puedes marcharte.

Me levanto no sin antes despedirme del viejo y camino hasta finalmente salir de la habitación para que el siguiente aspirante pueda pasar.

Se preguntaran si he oido las entrevistas de los demás participantes y desearía poder contestarles que en efecto es el caso, sin embargo, no creo que valga la pena el intentar algo tan difícil como lo es aumentar mi sensibilidad con algo tan trivial como lo es violar aquella privacidad con la que ellos creen contar al entrar ahí.

Había notado a Gon bastante más apagado de lo habitual por lo que ahora me encontraba buscándolo para ver si había algún método que yo pudiera emplear para devolverle nuevamente su animada sonrisa.

—¿Ocurrió algo en especial durante la cuarta fase? —Al escuchar la voz de kurapika llegar a mis oidos detengo confusa mis pasos, si no escuché mal, se encuentra junto a Gon solo al girar del pasillo— Cuando nos encontramos, noté que estabas algo raro —Creí que era mi imaginación jugando conmigo, pero no veo que fui la única en percibir a Gon algo muy abstraído— Y desde que abandonamos Isla Zevil has estado muy pensativo.

—Mi objetivo era Hisoka. —Confiesa Gon voz serena— Esperé la oportunidad perfecta y le robé su placa de identificación, pero resulta que había alguien vigilándome y me alcanzó con un dardo envenenado. Poco después, Hisoka recuperó su placa de aquel que me la había robado, pero me la dejó para mí. Dijo que le debía una.

Con las palabras de Gon no puedo evitar pensar en lo empeñado que está Hisoka en dejarnos vivir a pesar de habernos intentado matar hace tan solo unos cuantos días.

—¿Hisoka dijo eso? —Pregunta algo incrédulo Kurapika.

—Le dije que no necesitaba su ayuda —Logro distinguir por primera vez algo que nunca pensé escuchar entre la voz de Gon. Resentimiento— Y me dió un puñetazo que me lanzó por los aires. Estaba tan frustrado por no poder hacer algo contra él ... —Noto como la voz de Gon comienza a tartamudear indicandome que había comenzado a llorar. Mi corazón se oprime dolorosamente al verle llorar por algo de lo que claramente no tiene culpa.

Yo conozco ese sentimiento del que habla...

—Gon —El nombrado gira su atención hacia mi. De sus ojos desprendían gruesas lágrimas que son familiares para mi, lágrimas de profunda impotencia.