𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒

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Enormes gotas de sudor se arrastraban por todo mi cuerpo, recorriendo cada rincón de mi pequeño cuerpo empapandole totalmente en su escurridizo trayecto, haciendo que la tela de mi ropa se pegue por completo a mi piel como si de un pegajoso chicle se tratara, había perdido por completo la cuenta de cuanto tiempo había repetido mis acciones alrededor de los últimos años, tampoco recordaba claramente la imagen de mis manos sin exagerados callos en su superficie, ni mucho menos recordaba el numero de veces en las que mis brazos impulsaban con fuerza mis ya familiares par de katanas.

Habían pasado 6 años con exactitud desde que Iyana y yo dejamos atrás todo a lo que un día denominamos como nuestro hogar. Desde ese mismo día he jurado por mi sangre dejar toda mi debilidad atrás de una vez por todas, para vengarme de ese hombre que se pasea alegremente por mis pesadillas cada noche desde ese fatídico día, día el cual me vi obligada a dejar morir junto ellos la persona quien solía ser.

Por papá.

Por mi clan.

Seguramente deben estar bastante confundidos, por lo que les comenzaré a contar es exactamente lo que ha pasado desde ese día hasta ahora.

Seguramente deben estar bastante confundidos, por lo que les comenzaré a contar es exactamente lo que ha pasado desde ese día hasta ahora

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FLASHBACK:

Desembarcamos en un puerto desconocido tras dos días navegando a la deriva, en una isla que se nos hizo completamente extraña tanto a Iyana como como a mi, puesto a que ignorabamos totalmente el mundo exterior hasta hacia apenas unos días, así que nuestra extrañeza estaba de por sí bastante justificada en aquel entonces. Tras haber pasado dos días sin comida no dudamos ni un solo segundo en abandonar la canoa en el puerto en busca de esta, sabíamos bien que algo como esto podría suceder por lo que traíamos con nosotras algo de dinero, dinero que para ser más exactos consistían en 1500 Jennys, lo cual de por si era poco, pero era suficiente para saciar nuestra hambre debidamente.

Caminamos por varios minutos sin rumbo alguno entre lo que parecía ser un pequeño pueblo que habitaba la isla, luego de un pequeño rato deambulando por allí, logramos reconocer finalmente un pequeño local que decía ser un restaurante de ramen y otro tipo de comidas del estilo, no prestamos mucha atención a la fachada de este y apresuramos nuestro paso en dirección hasta el, al llegar, nos dirijimos rapidamente a tomar asiento en una de las mesas de las que disponía en las afueras del mencionado local, luego de varios segundos vimos como un enorme hombre se aproximaba hasta nosotras a paso lento con intención de recibir nuestras ordenes, ambas decidimos conformarnos con dos tazones de ramen de cerdo, que al parecer era bastante popular allí según nos dijo aquel hombre que hacía de mesero.

No tardamos mucho en devorar todo lo que rellenaba cada uno de esos enormes tazones, momentos después de quedar completamente satisfechas con la comida que se nos había servido allí ambas nos disponemos a pedirle la cuenta al enorme camarero de aquel restaurante.

Serían 2000 jennys por los tazones —Nos dijo con tranquilidad aquel enorme mesero, en el momento en el que mencionó la suma de dinero correspondiente, la cual estaba 500 jennys por encima de nuestro presupuesto, Iyana y yo entramos en pánico, no sabíamos exactamente que era lo que tendríamos que hacer en un caso como este, puesto que nunca nos vimos envueltas en una situación de este tipo, decidí hablar primero al hombre que evidentemente empezaba a perder la paciencia ante nuestro silencio, sabiendo por nuestras expresiones que era lo que estaba sucediendo exactamente.

𝕲𝖗𝖆𝖓𝖎𝖟𝖔 𝖉𝖊 𝖑𝖚𝖓𝖆 • [𝙷𝚒𝚜𝚘𝚔𝚊 𝙼𝚘𝚛𝚘𝚠]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora