𝕲𝖗𝖆𝖓𝖎𝖟𝖔 𝖉𝖊 𝖑𝖚𝖓𝖆 • [𝙷𝚒𝚜𝚘𝚔𝚊 𝙼𝚘𝚛𝚘𝚠]

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟓

La oscura y danzante penumbra rozaba mi piel con incertidumbre, mi vista era peculiarmente pobre gracias a esta dándome una sensación incómodamente surrealista, hace demasiado frío y mi cuerpo y mente se sienten desgarradoramente heridos y demacrados por una razón que me es desconocida. Junto a este lugar me acompaña una extraña sensación de familiaridad que se desprende de mis propios recuerdos y vivencias, mis recuerdos y vivencias me aseguran a raja tabla no haber visitado aquel tenebroso lugar en que me encuentro a la deriva, lo cual no me permite sentirme del todo tranquila.

Se que estoy dormida... No se cómo ni por qué, pero algo me decía que esta no era una ensoñación corriente.

A lo lejos... Una silueta masculina se abre paso entre los árboles que yacían plantados a mi alrededor, apenas visible de entre aquellas sombras danzantes que todo el paisajes cubrían. No tardé mucho en darme cuenta de que no controlaba mis movimientos ni reacciones, de que este ni siquiera era mi cuerpo.

Tengo la sensación de no pertenecer en absoluto a esta situación, un escalofrío atemorizante recorre por mi mente al pensar en que estoy atrapada en un cuerpo que no es el mío, y tampoco estoy segura de a quien pertenece.

Aquella silueta se acerca sigilosamente a cada segundo, con pisadas tan suaves como letales, como si intentase convencerme de que no está allí realmente y son los roedores del bosque quienes se encargan de revolotear las hojas secas esparcidas sobre la tierra a causa del otoño.

Me levanté. Pero no como lo haría yo, esta vez sentí como el cuerpo en el que me encontraba no era el de una persona, si no el de un animal, muy a mi pesar, un animal de cuatro patas que era acechado por una silueta amenazante en mitad de la noche, que por deducción lógica no se podía tratar de otra cosa que de un aficionado cazador el cual me había fichado como su siguiente presa.

El cuerpo en el que me encontraba parecía saber bien que hacer, era inteligente y supo enseguida que no estaba en condiciones para profesar una feroz batalla, en lugar de eso, observó con una minuciosa atención cada movimiento de aquel hombre que acechaba peligrosamente entre la espesa penumbra, el hombre alza sin escrúpulos su arma con la intención de acabar con su cacería de un solo movimiento poniendo al animal en una alerta inmediata. Oí el sonido sordo del disparo y aquel resplandor producido por la bala me dio la aterradora sensación de estar a punto de desfigurarme el craneo. Pero no llegó absolutamente nada, la bala había dado en el blanco, pero no en el adecuado, lo cual me llenó de una persistente incertidumbre combinada con fascinación.

Frente a mi, se postraba la silueta oscura de otro lobo, hecho de algo que no parecía del todo orgánico, me di cuenta de inmediato de donde provenía aquella peculiar sustancia que había formado un cuerpo dinámico y tangente.

Sombras

Aquel cuerpo falso había hecho el papel de chivo expiatorio para aquella bala sin darme el tiempo de darme cuenta de cuando ambos cambiaron de lugar, sin embargo, aquel su cuerpo no había caído despedazado sobre el fango del bosque ni había desaparecido entre la noche, en lugar de eso, aquella sustancia pareció haberse tragado la bala sin suponer ninguna clase de problema.

Me encontraba allí completamente perpleja, mi mente se desvaneció en un blanco que no pude llenar con ninguna idea o suposición, solo sorpresa y fascinación.

Ambos lobos comenzaron a correr con una extraña agilidad entre los arboles que tejían al bosque confundiendo y atemorizando al hombre que había osado perpetuar en su contra, pude ver como su mente cayó rápidamente en una decadencia hacia la desesperación y el helado temor por su sentenciado destino.

Lo demás ocurrió en solo cuestión de segundos, en los que fui espectadora de como el cuerpo en el que hacía de huésped visualizó el rostro de un hombre con el rostro grotescamente deformado por el terror antes de que este le arrancara la garganta ferozmente de una sola mordida.