Represión «Mystic Messenger» [Saeyoung]

32. Ojo de Halcón y el intercambio de secretos (Parte II)

*Aviso por si la notificación los llevó aquí y se hacen spoilers de la anterior parte. Esta es la segunda. 

* * *

Ojo de Halcón y el intercambio de secretos

(Parte II)

—¡Mátalos, mátalos a todos! —Saeyoung susurró cuando estaba ya un metro delante de él—. ¡Aniquílalos, aniquílalos a todos!

Se calló cuando Ojo de Halcón le jaló la oreja en forma de regaño. Seguí caminando dejando a la chica y al pelirrojo atrás. 

Me detuve frente al hombre. Según la información que me había dado Saeyoung en camino al club nocturno, él tenía 48 años y su nombre era Lud Blaz. Se ocultaba bajo el seudónimo de Volteir Rovge para escribir artículos sobre sus investigaciones, pero la agencia había descubierto su identidad. Aunque Saeyoung se llevaba todo el crédito.

No hubo problema para comunicarnos. Él y yo sabíamos alemán, todos los agentes ahí manejaban el idioma. 

Mordí mi labio inferior antes de sonreír de lado y apoyarme en la mesa para hablar:

—Buenas tardes, señor Lud Blaz. —Traté de no alzar la voz más de lo necesario para que se escuchara en medio de toda la música.

—Reservé de forma anónima —respondió, poniéndose alerta.

Negué con la cabeza y bajé la mirada hacia su camisa. En ella había una pequeña placa con su nombre junto al logo de su compañía. Su acento me hizo saber al instante que no había nacido en Alemania. Pero, ¿por qué la información de la agencia de Seven decía que sí?

—No es un secreto para nadie que usted es uno de los empresarios más reconocidos y... apuestos de Alemania —coqueteé. Aunque la verdad nunca había oído de él, lo cual era extraño por todo el tiempo que había vivido ahí.

Lud Blaz tenía un aire extrañamente familiar. Sus ojos eran azules y resaltaban entre su mediana melena negra. Mantenía el semblante profesional a pesar de estar en un club nocturno, pero al verme su sonrisa fue evidente.

—Si quieres, puedes sentarte —ofreció. Traté de ocultar mi sonrisa de emoción y la mantuve de lado.

No dudé. El plan estaba saliendo a la perfección. 

Saeyoung no tardó en acercarse para atendernos, ya que ahora yo era una clienta más al lado de Lud Blaz. Cuando volvió con el pedido, por debajo de la mesa me pasó un papel que decía:

"01000101 01101110 01100011 01100001 01110010 01100111 01100001 01110100 01100101 00100000 01100100 01100101 00100000 01101100 01100001 00100000 01100010 01100101 01100010 01101001 01100100 01100001"

Pestañeé un par de veces. 

No entendía un carajo.

—¿Todo bien? —preguntó Blaz.

Volví a poner una sonrisa al instante. ¿Tanto le costaba a Seven escribirlo en un idioma entendible? 

De nuevo los nervios comenzaban a invadirme. Lo busqué con la mirada, pero fue imposible porque de pronto las luces se apagaron. Los reflectores del escenario se encendieron y apareció ella: Ojo de Halcón.