1. Aléjate

4K 309 513
                                    

¿Nunca has sentido la sensación de que no importa cuánto te esfuerces, simplemente no logras conseguir nada? 

Así habían sido los últimos días junto a él, una constante lucha consigo mismo. Como si intentara reprimir sus emociones, porque cree que lo único que ganaría sería lastimar a las personas que lo rodean. 

Salí de la habitación para asegurarme de que Seven estuviera bien, no parecía haber comido en horas. Lo encontré recostado contra la pared, estaba dormido. Su cabello caía sobre su frente, cubriendo una pequeña parte de sus lentes. La computadora estaba tirada en el suelo, junto a sus demás dispositivos de trabajo.

Caminé hacia mi habitación para buscar una manta. Me acerqué intentando no despertarlo y la coloqué suavemente sobre él, sintiendo su tranquila respiración subir y bajar. No pude evitar apreciar cada detalle de su rostro, parecía un ángel. Algo insegura, puse mi mano sobre su cabello, acariciándolo. Él no se movía, por lo que no me aparté.

—Aléjate —dijo quitándose la manta de encima. Sus ojos miel ahora me estaban mirando, ordenándome que le obedeciera—. No tienes que preocuparte por mí, ve a dormir.

—Necesitas descansar. —Intenté convencerlo de dejar de trabajar al menos por unos minutos—. No es bueno para ti...

—Sería bueno para mí que desaparezcas de mi vista. —Cogió su computadora, volviendo a teclear unos códigos. 

Lo observaba suplicante, mi paciencia aún no llegaba a su límite. Pero sentía que si las cosas seguían así, pronto lo haría. 

—Por favor deja de evitarme. —No me moví—. Al menos mírame. —No respondió. Ni siquiera mostraba señales de haberme escuchado—. ¡Seven!

—¡No me molestes! —gritó— Maldita sea, ¿por qué no me dejas en paz?

Levantó la mirada, prestándome atención. Analizaba cada parte de mi rostro, buscando una sola señal de entendimiento por parte mía. Pero no, Seven.

No me voy a rendir. No sin antes intentar todas las formas posibles de ayudarte, de que aceptes tus sentimientos por mí.

—Sé que toda esta situación es difícil para ti. —Él puso los ojos en blanco.

—No, no lo sabes. No sabes nada de mí, y es mejor así. —Volvió a mirar su computadora—. Cuando todo se resuelva, tú y yo no nos volveremos a ver. Así que no intentes acercarte.

—Bien —asentí. Me mordí el labio inferior, ya no diría más. Al menos, no por hoy.

Eran demasiado dolorosas todas las palabras que estaba soltando, como si arrojara veneno. Parecía decir esas cosas con tanta facilidad, pero yo sabía que no era así. A él también le dolía esta situación, incluso más que a mí.0

—Bien —contestó indiferente—, ahora vete.

Resoplé de mala gana y volví a mi habitación, tal vez era lo mejor no hablarle cuando se comportaba así. Sentía que no importaba lo mucho que me esforzara, él iba a seguir rechazándome. Lo miré una vez más, Seven observó la manta de reojo y la tomó acomodándola detrás de su cuello, como una almohada. Sonreí inconscientemente, al menos sí le había servido de algo.

Me tiré contra la cama, frustrada. No sabía que podía estar pasando por la mente del pelirrojo en estos momentos, y él tampoco estaba dispuesto a explicarme nada. Sólo me respondía con evasivas y medias palabras, incluso le subía el volumen a su música para no oírme. Decidí dejar de pensar en eso e intentar dormir, era lo mejor que podía hacer en esa situación.

Desperté al oír un auto frenar bruscamente y a Seven gritando una especie de insultos desde el pasillo. Salí lo más rápido que pude para ver qué es lo que estaba pasando y encontré al pelirrojo en una llamada telefónica que parecía ser una discusión. Su rostro reflejaba angustia, miedo, preocupación e ira. 

Represión «Mystic Messenger» [Saeyoung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora