Hola, ésta es la primera historia que voy a escribir así que si tengo errores ortográficos o de redacción es porque apenas estoy empezando en ésto.
Lo hago por diversión y porque en tiempos de pandemia no tengo otra cosa que hacer así que disfrútenl...
Después de aquella noche Nobi se quedó dormido en el límite de ambas celdas, tenía unas ojeras profundas, ni siquiera me había dado cuanta de éstas, se notaba cómo no había dormido hace días, éste parecía desvelarse, no tenía idea de qué era lo que él hacía cuando yo me había puesto a dormir.
Era un día algo nublado, parecía ser que una tormenta de nieve iba a arrasar con el lugar, la temperatura descendió drásticamente, hacía mucho frío, demaciado, tanto así que la pequeña ventana se empañó casi al instante y un calante escalofrío recorrió mi cuerpo, aunque tuviera un suéter algo grande, el clima era demaciado helado, empecé a preocuparme por Nobi, pues lo único que el tenía era un suéter con capucha algo largo pero para nada cálido:
-Hey, ¿No tienes frió?-pregunté mirándolo.
-No... Yo... Solía vivir en un lugar con un clima cómo éste, estoy algo acostumbrado, de hecho ésto no es nada, seguramente se pondrá peor...-dijo algo nervioso, se notaba que realmente no le gustaba recordar su pasado. -¿Pero qué me dices de tí?, ¿Seguro que estarás bien?, La noche va a ser muy pesada.
-Pffff ¿Quién yo?, Na estaré bien tú no te preocupes por mí- en un tono relajado algo confiado.
-Bueno, si tú lo dices...
Ocurrió lo mismo de siempre, se llevaron a Nobi del lugar por un tiempo y lo volvieron a regresar, ésta vez yo, al estar enterado de qué era lo que le hacían a él, trataba de calmarlo un poco y hacerlo reír, ésto solía funcionar, hasta que él me hizo una pregunta muy curiosa:
-Hey... S-se que ésta pregunta puede ser algo incómoda por la última vez, pero... ¿Porqué le tienes tanto rencor a las criaturas mágicas?... Es d-decir n-no tienes que responder a mi pregunta s-si no quieres....- era algo gracioso cuando se ponía nervioso.
Lo miré a los ojos y suspirando solo le dije:
-Un Dentus Lunarus asesinó a mí padre... Fué hace 3 años... Y gracias a su muerte, mi madre que estaba enferma al no poder conseguir los medicamentos... Murió.
Narrador:
El pequeño ciervo se quedó callado, no sabía que decir, en verdad no sabía, eso explicaba muy bien el rencor que le tenía a las criaturas mágicas.
Kon, al notar la inquietud de Nobi, decidió conbenserlo de que estaba bien, que ya lo había superado y que no se preocupara.
Cayó la noche y una cruda helada invadió el lugar, Nobi estaba bien, después de todo la principal característica de los ciervos infernales son sus llamativas llamas, las cuáles estaban escondidas en su holgado traje, pero Kon parecía estarla pasando mal, temblaba mucho y se retorcía buscando una forma de poder conservar calor, el pequeño ciervo quería ayudarle, así que esperó al momento en el que Kon se durmiera para acercarse a él y usar un poco de magia de fuego para establecer un poco su temperatura.
Nobi no durmió en toda la noche, pues, además de tener que vigilar en todo momento el estado de su compañero, también se tenía que asegurar de que éste no se despertara y descubriera su secreto.
Nobi sabía que si Kon se enteraba de que él no era humano lo odiaría, y de hecho no lo culparía, después de todo le mintió hacerca de su identidad y su pasado y además, él más que nadie comprendía el dolor de perder a sus pariente de formas horribles a manos de "monstruos".
A la mañana siguiente, Nobi estaba agotado, no había dormido nada, había usado mucha magia y el hambre que se había acumulado día tras día no le ayudaba.
"El enserio tenía que salir de ahí".
"Pero no lo haría solo".
"Al final el simplemente no podía dejarlo ahí".
*Awww que bonita amistad :')*
*Bueno como sé que ustedes obviamente no saben que es un Dentus Lunarus se los voy a mostrar ùwú.*
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*Listo, ahora con sus dudas resueltas, yo me despido buenas noches uwu.*
