22.- "Un gran susto".

18 1 1
                                    

Kon había despertado, se sentía aturdido por la extraña experiencia por la que había pasado, aunque no tardó mucho en notar como el cuerpo de Nobi yacía inconsciente en el frío suelo apedrado de la cámara, Kon se incorporó de inmediato, y rápidamente se acercó a su compañero, notando que muy apenas respiraba y un poco de sangre carmesí manchada su ropa.

En ese momento no sabía que era lo que había pasado mientras éste no estaba, pero de algo estaba convencido, talvez su otro yo había roto su promesa o algo más le había pasado a Nobi como para que acabara en tal estado, ahora ya no le importaba cualquier otra cosa, solo encontrar una forma de devolver a su amigo a la normalidad.

Cargó a Nobi como pudo y se dirigió al exterior de la cueva en busca de ayuda, no sin antes tomar las cosas que habían dejado en el pequeño campamento improvisado con rapidez.

(por cierto en caso contrario, Nobi no es tan fuerte como para cargar a Kon ya que es más pesado que él ;w;)

Kon desesperado vagaba por el bosque en busca de auxilio para su amigo que, por más tiempo que pasaba, su temperatura disminuía, lo que hacía que Kon se pusiese más nervioso que antes.

Todo era su culpa, pensaba, si tan solo no hubieran entrado a esa cueva nada de eso hubiera pasado, Nobi estaría bien, el era el culpable de su estado actual, el tenía la culpa de todo, pensó con mucho remordimiento mientras seguía corriendo con lágrimas en sus ojos.

Para empeorar las cosas estamos perdidos, no sé a dónde ir, no sé qué hacer.

Kon estaba tan inmerso en sus pensamientos culposos que no notó como una endidura sobresalía de la colina por la cual pasaba, haciendo que ambos cayeran cuesta abajo.

Kon estaba algo lastimado y cansado, no podía seguir corriendo.

-Maldición, maldita sea, no puedo moverme-

-pero no puedo rendirme-

Nobi ahora solo se encontraba sobre un montón de hojas secas, sin su capucha, mientras una neblina cubría el bosque y sus flamas comenzaban a verse más y más apagadas.

Ésto pareció no gustarle para nada a Kon, quién aún herido, se levantó y se acercó a Nobi abrazándole en el acto, mientras no podía evitar soltar unas cuantas lágrimas, pues claramente, ya no podía hacer otra cosa, estaban perdidos, no parecía haber ningún poblado cerca para pedir auxilio, no podía ver nada y parecía ser ya demasiado tarde.

-Perdóname, todo ésto es mi culpa-

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Desperté en el mismo lugar, aunque ahora las cosas eran un tanto diferentes, podía ver cómo el escenario que solía ver al inicio de aquella aldea con el hermoso pino en el centro se desvanecía poco a poco, parecía ser solo un montón de arena siendo arrastrada por el aire del desierto.

El sitio acabó por ser solo una zona blanca y fría como la nieve misma.

Ya no ví ninguna puerta, solo lo que parecía ser una persona, una silueta humanoide de pequeña estatura se acercó a mí, poco a poco sus rasgos se fueron definiendo, era yo, o eso parecía, un yo pequeño me miraba con una expresión seria.

-No te rindas, hazlo por ellos-. Dijo mientras podía escuchar como su voz se devolvía varias veces con un efecto de eco.

No pude entender bien a lo que se refería hasta que una luz segadora se hizo presente, despertándome de la alucinación que acababa de tener.

.
.
.
.
.

-¿Kon?- preguntó Nobi débilmente cuando notó que su amigo se encontraba llorando desconsoladamente.

-¿Por qué estás llorando?, ¿Viste un fantasma o algo así?- preguntó con una voz débil, pero satírica.

Kon no podía creer lo que escuchaba y solo abrazó con más fuerza a Nobi.

-Estúpido casi me das un infarto, creí que te perdía, no lo vuelvas a hacer- aún llorando.

-jaja... Mira quién lo dice baboso- abrazando de vuelta a su contrario.










*Ahora solo tienen que encontrar una forma de llegar a un hospital :)*

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 02, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un Mundo De BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora