11.- "El despertar".

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Habían pasado tres días desde el escape y Nobi aún no despertaba... Estaba preocupado, tanto así que no me alejaba ni un segundo de la sala en la que Nobi reposaba, mirándolo atentamente y velando por su seguridad, al parecer el doctor se había dado cuenta de la forma en que me descuidaba para poder cuidar de Nobi, así que se acercó a mí y amablemente me dijo:

-Hey... No has estado comiendo bien últimamente... Creo que deberías relajarte, además ahora que lo recuerdo no te inspeccioné a tí...

-No se preocupe... Yo... Estoy bien, solo tuve algunos rasguños y moretones, ya se me pasará.

-Bueno como tú quieras... Yo solo decía.

El doctor abandonó el lugar no sin antes dejar un pequeño desayuno de ballas silvestres, se veían apetecibles, así que solo probé unas cuantas y seguí vigilando a Nobi... No había dormido muy bien esos últimos días así que supongo que en algún punto solo me quedé dormido recostándome en la camilla, sosteniendo suavemente una de sus manos

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El mismo sueño... Volví a despertar en el mismo lugar, solo que ahora era algo diferente... El pueblo ahora tenía habitantes, eran como sombras... No podía saber de qué tipo de criaturas se trataba, sus rasgos eran muy ambiguos casi transparentes... De repente volvió a oscurecerse y la puerta de la última vez nuevamente apareció ante mí... Ésta vez una especie de fuerza comenzó a atraerme, como si algo me arrastrase a esa puerta... Talvez curiosidad, talvez ignorancia, o talvez deseo; era una sensación rara, pero me carcomía saber qué había tras esa puerta, así que empecé a avanzar, en cámara lenta como en los sueños... De nuevo ese dolor en la cabeza comenzó, me detuve aturdido por éste y otra vez... Desperté.
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Cuando finalmente abrí los ojos, me desperté hiperbentilando era una horrible sensación, una inmensa ansiedad se apoderó de mí, estaba temblando y sudando frío, poco a poco me fuí calmando mientras lloraba en silencio... Después de calmarme comencé a recordarlo todo, me puse a ver detenidamente a mi alrededor y lo primero que ví fué a Kon que estaba durmiendo a un lado mío sosteniendo una de mis manos, de alguna forma mis bruscos movimientos no lo habían despertado... Se veía tranquilo, pero yo estaba confundido, después de todo, la última vez que lo ví me había dicho que me alejase de él. No entendía que era lo que pasaba, seguía en un estado de confución, era de noche, quizá de madrugada, "el momento perfecto para despertar" pensé, seguí en silencio hasta que cambié ligeramente de posición y un inmenso dolor estridente recorrió todo mi ser, era como si un dragómello me hubiese masticado y escupido después, me sentía fatal, ya no me quería ni mover, así que rendido solo me recosté y con una de mis manos acaricié los cabellos de Kon... Tenía tantas dudas, pero sabía que tendría que esperar el día de mañana para que fuesen disueltas.

¿Porqué me ayudó?

¿No aborrecía a las criaturas mágicas?

Además a todo ésto... ¡¿Dónde se supone que estamos?!

La brisa que pasaba por la pequeña ventana echaba a volar mis pensamientos. Y simplemente, me puse a admirar el hermoso cielo que por ésta pasaba, dándome a recordar así que finalmente... Éramos libres.

















*Y... ¡¿qué les pareció?! :D*

*Espero que les esté gustando uwu*

*Pero más que nada gracias por leer :'3*

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