Hola, ésta es la primera historia que voy a escribir así que si tengo errores ortográficos o de redacción es porque apenas estoy empezando en ésto.
Lo hago por diversión y porque en tiempos de pandemia no tengo otra cosa que hacer así que disfrútenl...
El pequeño ciervo se había decidido, estaba determinado a sacarlos de ahí, aunque tal vez ese día no se podría, tendría que tener unas condiciones específicas, como el clima que borrara sus huellas, la hora en la que salieran, y qué tan oxidados estuvieran los barrotes, más que nada necesitaban energías, cosa que no poseían en ese momento, pues la noche pasada literalmente no habían dormido nada, estaba tan cansado y apunto de serrar los ojos hasta que finalmente se quedó dormido, al rededor de las 6am, aún hacía frío, pero al menos el sol ayudaría a su compañero, pensó, al cortar finalmente el hechizo que estaba usando para proporcionarle calor al contrario se desplomó completamente, sin importarle la comodidad, él solo estaba exahusto.
Narra Kon: Me desperté, había dormido maravillosamente ayer, como si un aura cálida me acogiera tiernamente en sus brazos, fué un lindo sueño, hasta que finalmente tuve que levantarme, lo primero que ví fue a Nobi durmiendo, realmente se veía muy cansado, quizá el no había tenido tanta suerte anoche, al verlo tan tranquilo no quise molestarlo ni un poco dejándolo dormir y estando en silencio solo observándole, pues después de todo qué más podía hacer.
. . . . . . . . .
... Poco a poco desperté, no veía a Kon a mi lado... Tampoco estaba en esa pequeña habitación, era un bosque inmenso con unas cabañas vacías y un hermoso y gigante pino en el centro, era algo extraño, algo en la atmósfera me parecía un tanto... "Familiar", no podía describir qué era, solo era una sensación acogedora, algo que me hacía sentir bien... Como si estuviera en... "Casa"...
De repente todo se volvió negro, la escena se habían oscurecido y un tono rojizo escarlata invadía el lugar, corría un olor a sangre, un olor vívido, un olor que horriblemente reconocía, fué entonces cuando una puerta apareció en aquella inmensa oscuridad, de ella salían pequeños fragmentos de luz rojizos, mi cabeza comenzó a doler, era un dolor agudo, sentía como si perdiera fuerzas, y seguido de eso... Desperté.
-¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaaggggg!!!!!
Escuché gritar a Nobi, se había despertado, estaba llorando y gritando fuertemente, demaciado fuerte, preocupado traté de calmarlo y consolarle, me acerqué lo más que pude, pero entonces el hizo algo de lo que nunca lo creí capaz, el me tiró un arañazo con una mirada de terror en su rostro, era uno de miedo, miedo puro, cómo aquél que tienen las personas cuando están a punto de morir, retrocedí por el movimiento repentino y Nobi hizo lo mismo, éste se puso en posición fetal en la esquina de su celda llorando, casi lastimándose por la forma brusca en que éste se apretaba a sí mismo, como si tuviese ira contenida, yo, al ver su estado decidí solo darle espacio.
-L-lo siento... L-lo siento... En verdad... P-perdóname...-Se tomaba de sus cabellos con fuerza.
No sabía que era lo que le pasaba, nunca lo había visto así, en ese estado se veía como alguien vulnerable, quería abrazarlo, pero no podía, enserio detestaba esos barrotes.
-Tranquilo, tranquilo, no pasó nada, ¿Ok? Yo estoy bien, tú estás bien, ambos estamos bien, debes... Calmarte.
Seguimos así por un rato hasta que finalmente se tranquilizó, después de eso se acercó al límite entre ambas partes, tomó mi mano herida y usando una venda que se había guardado en uno de sus bolsillos comenzó a curarla, yo solo observaba y él lo único que hacía era mirar a la venda, yo estaba algo confundido por la manera en que él reaccionaba, en ese estado era casi impredecible, lo único que sabía como mínimo, era que al menos el no me dañaría, no pretendía hacerme daño.
El pequeño ciervo tenía la mirada en blanco como si no pensara en nada, como si estuviera perdido en un desierto y ya ni siquiera le quedaran fuerzas para preocuparse de su situación, solo quería sobrevivir.
Al poco rato llegaron para llevárselo, pero ésta vez fué diferente, enseguida sus ojos se iluminaron de nuevo, ésta vez él opondría resistencia.
Cuando aquél hombre entró en la habitación y abrió la celda en la que se encontraba cautivo, el pequeño ciervo salió disparado de la celda y le arañó con mucha fuerza la cara con rabia, a él ya no le importaba que tan herido saliera ese hombre, ya no le importaba tanto su vida, pues después de todo finalmente comprendió que para ellos él solo era un objeto, o una pertenencia, él finalmente decidió salir de ahí, fuera como fuera, en ese mismo instante inmovilizó a ese hombre y lo encerró en la celda.
Con las llaves en su poder, abrió la celda de Kon y lo jaló con fuerza para sacarlo de ahí.
-"Hoy vamos a escapar, y pase lo que pase, yo te ayudaré a hacerlo."
*He aquí un pequeño dibujo uwu*
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
