El Chico Que Quería Ser Perfecto [SIN EDITAR]

VIII

¿Y si vamos al grano?

☁

Sí me aceptaste las galletas esa vez.

¿Puedo hablar sobre lo alegre que estuve por esos cortos cinco minutos? Me sentí increíble.

Luego volvimos a lo mismo.

Tú ignorandome, y yo viendote a lo lejos.

¡Estaba harta! Quería tú atención. Ese siempre fue mi capricho.

Y seré honesta por primera vez en mucho tiempo. Fue mi ego lo que me impulsó a seguirte, a no abandonar el deseo de hablarte. No podía tolerar que no hablaras con nadie. Y mucho menos que no lo hicieras conmigo.

Pero nada de lo sucedido ese fin de semana lo planee, eso te lo aseguro. Esa vez no fue mi culpa.