Mi vida era simple, hasta que llegaste tú en forma de tormenta.
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Me acuerdo completamente del primer día que te vi.
Eras un chico más de esos que siempre iban a entrenar a la calle Del Valle, vestido con unos pantalones grises de esos holgados de tela y una franelilla negra de alguna marca deportiva. No era un atuendo muy atractivo, se vale decir, y no resaltava nada en tu delgado cuerpo.
Estaba viendo justo en ese momento afuera de la ventana ya que estaba aburrida, jamás espere que al hacerlo te miraría caer al poco rato de correr, sin verte la cara sentí tu frustración y comprendí porque era que golpeabas con tus puños la acera.
Estuve apunto de salir y preguntarte que te sucedía, me había preocupado bastante, quiero decir ¿quién no? Te veías pálido y demasiado cansado para el poco tiempo que tenías en eso, llegué a pensar incluso que te ibas a desmayar. Pero antes de siquiera poder acercarme vi como otro corredor estiraba su mano para ayudarte.
Y pude presenciar como lo rechazaste.
Luego solo seguiste corriendo y yo dejé hasta ahí el asunto. No volví a pensar en el porqué de tu caída y seguí viendo a los otros hacer sus rutinas.
Jamás hubiera pensado en lo importante que en algún momento te volverias. La verdad.
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El Chico Que Quería Ser Perfecto [SIN EDITAR]
Short StoryMe dijeron que si contaba nuestra historia, podría sentirme mejor. Así que aquí estoy. Otra vez en ese día. En ese parque. Tú, tan distante, tímido e idiferente a quienes te rodeabamos. Y yo, tan tonta, ingenua y con tan poca dignidad. Aún no puedo...