El Chico Que Quería Ser Perfecto [SIN EDITAR]

IX

Ese día ambos supimos que estabamos rotos.

☁

Había tenido que salir con unos amigos, es lo único que diré al respecto de porqué no estuve viéndote correr ese sábado en la mañana.

Llegaba a casa agotada, cuando algo, no sé que fue, no culpare al destino, hizo que desviara mi camino. En lugar de llegar a mi hogar, caminé hasta el parque.

No había nadie en el lugar, o eso creí en aquel momento, ya que tampoco me molesté en buscar demasiado.

Recuerdo que me senté en una banca que estaba cerca de un arbol de flores amarillas, y hojas secas que caían.

No tenía nada que hacer, nadie me esperaba en la casa, y me sentía ahogada.

Últimamente he hablado mucho con mi psicólogo sobre esa tendencia a sentirme abandonada. No importa con quien o dónde esté, simplemente no logro llenar el vacío con nada. Es como si el aire me faltara, y de la nada quisera llorar. Mientras que mi mente me repite una y otra vez lo remplazable que soy.

Me habla de la poca trascendencia que tengo en la vida de todos, e incluso de mi familia y amigos.

Y a pesar de lo mucho que me dicen lo contrario, aún no logro creerlo.

¿Ansiedad? No, el psicólogo no me ha dicho eso. Pero si me confirmó lo que ya sabía.

Llegaste en el peor momento de mi vida.