XI

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La hermosa rutina de lo prohibido.



Fueron dos veces, creo. No, estoy segura de ello.

En dos ocasiones tú dijiste lo mismo sobre mi llanto. De que te parecía hermosa con mi rostro lleno de lágrimas. Y para ese entonces escuché tus palabras como el mejor de los halagos. ¿Cómo no? Si era la primera vez que decías que era bonita.

¿Te he dicho que ahora no me gusta que me digan bonita? ¿Te imaginas el por qué?

El Chico Que Quería Ser Perfecto [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora