Emociones toxicas (EDITANDO)

El miedo tóxico

El miedo tóxico

El miedo es una emoción que puede ayudarnos a mantenernos seguros, a manejarnos con prudencia y a detenernos a pensar.

Pero..

El miedo que nos supera se puede transformar en un miedo tóxico.

El miedo paraliza a las personas y les impide dar pasos que los lleve a arriesgarse para alcanzar lo que desean.  Les impide enfrentarse a sí mismos, a su realidad para superarla a sus pensamientos para ponerlos en orden, les molesta la confrontación porque los hace sentirse vulnerables  y  les impide enfrentarse a los demás.

Se vuelve tóxico cuando su imaginación genera imágenes e ideas sobre la situación que vive o  sobre un problema o circunstancia  y de forma exagerada se crea un imposible en sus mentes que los aterra y los detiene.

El miedo engrandece los conflictos y los problemas.

El miedo toxico paraliza a las personas y las mantiene encerradas en un campo de confort, estancadas por miedo a lo desconocido, cuando en realidad a lo que le temen es a perder lo conocido.

La persona infectada con el miedo tóxico teme a perder el control de lo que vive, de lo que sucede, de lo que posee, teme recibir lo que imagina de forma negativa o que sobrevenga lo que teme.

El miedo tóxico  le genera mucha ansiedad y alteraciones nerviosas, lo hace ocultar sus emociones y lo acoraza en su propio mundo emocional.  Lo estanca y le impide reaccionar de una forma saludable por que afecta su visión de la realidad.

A la persona con miedo tóxico se le es difícil confiar en Dios.

Porque teme al fracaso y prefiere vivir en su zona de confort, dónde está lo que conoce y no se compromete con el cambio, porque teme a lo que habrá más allá si da el paso, porque a vivido protegiendose en su caparazón.

Una persona con miedo tóxico se mueve en dirección opuesta a la que le conviene ir. El miedo siempre te hace huir al lugares equivocados, hacia situaciones erradas y hacía personas tóxicas, el miedo causa ceguera espiritual y emocional.

"Mis huidas tú has contado"
Salmo 56: 8

"Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza"
Salmo 56: 3  (dirección correcta)

Cuando nacemos, nacemos con las manos cerradas, porque no traemos nada, y cuando morimos, morimos con las manos abiertas, porque no nos llevamos nada..

Entender esto nos permite mirar al Señor Jesucristo con actitud correcta, él cuida de nosotros, tanto en nuestro presente para sanarnos de todas las heridas y conflictos del pasado, como para  darnos una esperanza y dirección para el futuro.

Pero..

Muchas personas tienen miedo a perder lo que tienen, aunque no tengan nada..
No tienen una buena  relación familiar, Matrimonial, con los hijos.
Temen perder el control, cuando jamás lo han tenido, en sus emociones, en su familia, en su relación matrimonial, en su noviazgo, en su entorno laboral..
No se entregan completamente a Dios por temor a perder algo que jamás han tenido  "Paz"

Temen perder, cuando el Señor Jesucristo vino a sus vidas por que estaban perdidos.
En su mente ..
En su alma..
En su cuerpo..
En su espíritu..

No tenían dirección..
No tenían tranquilidad..
No tenían rumbo..
No tenían valor..
No tenían equilibrio..
No tenían lógica, vivían al azar..
Sobreviviendo nada más..

El miedo nos hace refugiarnos, en los lugares y en los brazos equivocados.

Se convierte en tóxico cuando cambia la realidad y la confunde con seguridad, estancando a la persona en su vida personal, sentimental, emocional, familiar, económica, laboral, profesional, en sus metas y en sus sueños..

El miedo cierra los  oídos de las personas. Y al ser un miedo tóxico los hace aceptar solo lo que no los confronta. Y lo que no los mueva a cambiar.

Es influenciado por un espíritu de engaño y manipulación.