15. En Serie

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—¿Simplemente los borraron y ya? — preguntó ChanYeol con gran intriga.

—Si— asintió KyungSoo —Sólo los borraron y ya.

El detective Park entrecerró los ojos.

—¿Cómo lo lograste?

KyungSoo encogió de hombros —Sólo les pedí que los borraran.

El menor recargó su espalda contra la silla y en una cómoda posición observó la confundida expresión de ChanYeol. Y con una sonrisa de por medio, se decidió por detallar los por menores de su liberación.

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—No podemos borrar tus antecedentes KyungSoo— había comentado el psiquiatra a su cargo —Lo que hiciste fue un crimen.

El semblante del más joven no cambió ni un poco.

El tiempo había sido gentil con KyungSoo, su estatura ya no era blanco de burlas, había alcanzado un tamaño un par de centímetros por arriba de la media nacional, su cabello era lacio y profundamente oscuro, una característica que combinaba bastante bien con el par de tupidas cejas que enmarcaban los ojos expresivos previstos de largas y abundantes pestañas. KyungSoo poseía el rostro de la encarnación angelical, sus labios tenían la peculiar forma de corazón, a la gente le gustaba verlo sonreír, sus mejillas eran naturalmente sonrosadas haciendo el perfecto contraste con su nívea y tersa piel.

Era difícil no confiar en un rostro como aquel.

—Con un antecedente como ese, no creo poder seguir avanzando— negó el más joven.

El psiquiatra sintió lástima por el chico —Hablaré con la policía.

Y luego de un abrazo como gesto de agradecimiento, KyungSoo sonrió complacido, estaba seguro que el doctor iba a lograr convencerlos.

Para cuando fue dado de alta del hospital, KyungSoo estaba cerca de cumplir 19 años, y tal como había predicho, los psiquiatras habían logrado convencer a las autoridades de eliminar todo el registro del chico para que el proceso de readaptación social surtiera un mejor efecto.

—KyungSoo ha superado sus problemas con éxito— habló uno de los médicos —Nuestra recomendación es que, basados en sus antecedentes y desencadenantes, se mantenga lo más alejado posible de su madre.

—Sería ideal si pudiera vivir con su padre— recomendó el otro psiquiatra.

Aquellos vitales encargos fueron ignorados por completo por la policía del condado.

Dado que KyungSoo había cometido los crímenes en una jurisdicción distinta en donde su madre vivía, a la oficina de policías le resultó mucho más sencillo seguir el rastro del joven si lo enviaban con alguien que pudiera mantenerlo a raya.

Así, la patrulla lo dejó en el nuevo domicilio de la señora Do.

KyungSoo desconoció el nuevo vecindario. Era un sitio solitario, apenas con un par de casas en las que se podía observar movimiento, se despidió del oficial que lo había llevado hasta casa y luego de una advertencia por parte del policía, caminó hasta la entrada a su nuevo hogar.

El sitio era una casa pequeña de una planta, contaba con un práctico garaje y la entrada estaba prevista de setos altos, pudo percibir que en la parte trasera había un abandonado jardín.

KyungSoo se paró frente a la puerta, nervioso. No había visto a su madre en casi nueve años.

El chico llamó a la puerta, escuchó un par de pesados pasos acercarse y la puerta se abrió de par en par.

CRIMINAL-MENTE [ChanSoo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora