20. Disruptivo

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Cinco largos años habían pasado desde la última vez que lo vio.

Y luego de todo ese tiempo, volvía a observarlo, en esta ocasión a varios metros de distancia y muy por encima de su hombro.

—Uh...— mencionó el de baja estatura, acomodando los mechones de cabello detrás de su oreja, mascaba la punta de un palillo de madera, había adoptado aquel peculiar hábito.

Sentado sobre en una cómoda posición y con el rostro ligeramente elevado para poder distinguir con mayor claridad las siluetas que observaba. El ruido a su alrededor no era lo suficientemente alto como para no dejarlo escuchar con atención.

—Así que finalmente volvió— habló para sí, sacando el picadientes de su boca, únicamente para lanzarlo con habilidad hasta el cesto de basura más cercano.

KyungSoo se encontraba en el área designada para que los presos más peligrosos pudieran tener un tiempo libre frente a la televisión, pero como parte de una especie de tortura, los vigilantes tenían el poder sobre el control del televisor y siempre elegían sintonizar el canal de noticieros.

El de baja estatura, veía con interés lo que se estaba desarrollando detrás de la pantalla; era una especie de rueda de prensa sostenida por los bastantes afamados detectives Park y Byun, dando la presentación de su texto sobre criminalística.

—¿No participaste tú en eso, KyungSoo? — preguntó el guardia de seguridad que estaba a su cargo.

—Mh— se limitó a musitar para afirmar. El preso se mantenía con la atención fija sobre el televisor. La sensación que experimentaba al volver a ver a ChanYeol era algo cercano a la emoción.

Dentro de la aguda visión de KyungSoo (producto de los gratuitos lentes de contacto para los presos), una nueva presencia apareció en su campo, vio la silueta por su mirada periférica moverse con energía hasta llegar a un lado del cesto de basura y detenerse en seco.

El reo Do no hizo nada al respecto, seguía con la atención sobre la noticia del lanzamiento literario del par de policías con los que había convivido en años anteriores.

Pero la silueta comenzó a deslizarse desde las sombras hasta quedar a un par de centímetros de distancia de KyungSoo, con ademanes torpes llamó su atención.

La noticia había finalizado y los conductores introducían una nueva nota informativa. El de menor estatura desvió la vista desde la pantalla hasta la persona a su lado, una seria pero penetrante expresión fue dedicada hacia la otra persona.

—¿Puedo cantar ahora... Dyo-sshi?

KyungSoo puso los ojos en blanco, levantó ambas manos al aire como gesto indicativo de que estaba listo para abandonar el lugar y regresar a su celda —Puedes hacerlo, ya me voy.

—De acuerdo— sonrió el otro individuo. Y a los pocos segundos comenzó a lanzar alaridos desafinados.

El prisionero Do fue previsto de las esposas y escoltado por el guardia de seguridad hasta su celda, pero antes de dejar el área de recreación se aseguró de lanzar los cacahuates que no se había comido a su preso vecino que seguía graznando inteligibles palabras.

—A veces eres realmente increíble— hablaba el guardia de seguridad mientras caminaban por los pasillos de la prisión.

—Puede ser pretencioso decirlo desde mi posición— KyungSoo levantó uno de sus hombros —Pero ese tipo siempre ha sido igual a una bestia, así que fue fácil domesticarlo como a un perro.

El oficial negó con la cabeza, sintiéndose culpable de reír internamente por el comentario hecho.

Do KyungSoo había logrado que el preso que había sido colocado en la celda contigua guardara la compostura en su presencia después de emplear lo que él denominó "condicionamiento positivo".

CRIMINAL-MENTE [ChanSoo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora