Remolino emocional.

54 5 5
                                    

Una semana.
Una semana bastó para que Nicholas comenzara a llevarme a casa, una semana bastó para que mis padres llenaran la casa de preguntas al verlo traerme, una semana bastó para que Sarah y Daniel pasaran todo el tiempo juntos. Una semana.

Me encanta verla con Daniel, su sonrisa es más notoría incluso aquellos ojos que podían llegar a fulminarte se habían transformado en una mirada apacible, tierna.
Como sea, Sarah ya no pasaba por mi en las mañanas ni me llevaba a casa en las tardes por irse con Daniel.
Nicholas lo hacía, Sarah se lo pidió hace una semana.

- Bea...
- ¿Si?
- ¿En que piensas?.- dijo Nicholas mientras aparcaba el auto.
- Nada.- No estaba de humor para preguntas pero apreciaba su interés.
- Hey, Thomas.- coloco uno de los mechones de mi cabello detrás de mi oreja- Se que extrañas pasar tiempo con Sarah.

Era cierto. Ya no nos veíamos o al menos no tanto como antes, le dedicaba todo el tiempo a Daniel igual que él a ella incluso Miles comenzaba a juntarse más con Nicholas que con su mejor amigo.

- Esta bien, de verdad.- dije con una sonrisa- me gusta verla así.

Y eso era cierto.

Nicholas no dijo nada, me miró por unos segundos para después bajarse del auto y dirigirse a mi puerta para abrirla.
Ambos caminamos en silencio. Ahora Nicholas estaba pensativo.

Todo fue normal, Español e Historia ya no me emocionaba aunque realmente ninguna clase me emociona, o al menos ya no. Varias veces me topé a Sarah en los pasillos hablando con Daniel, ambos reían y se daban rápidos besos antes de cada clase.

El día se fue más rápido de lo que puedo decir tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal.

Ya era última hora: Artes.

Me encontraba caminando entre los pasillos, a cada minuto se iban vaciando poco a poco dejándome a mi y a mis pensamientos ser los protagonistas de la obra.

- ¿Bea?.- Nicholas yacía a mis espaldas, había olido un placentero aroma desde hace unos minutos, creí que sólo era mi imaginación jugándome sucio.
- ¿Sí?.- Apretaba la perilla de la puerta con fuerza, no quería entrar.
Ver a Sarah feliz me hace feliz pero pasaba tanto tiempo con Daniel que a veces sentía que se olvidaba de mi y mi pequeña existencia. Especialmente en esta clase que compartimos los tres.
Desde hace una semana que me siento con Lucía. Desde hace una maldita semana que ese sentimiento egoísta ronda en mi cabeza y me prohibe estar plenamente feliz por Sarah.
- Ven conmigo.

Pero que diablos.

Me tomó de la mano y comenzó arrastrarme por los pasillos. Su paso era apresurado, se movía entre la multitud con una agilidad impresionante.
Llegamos a las canchas, en un pequeño árbol yacía Sarah quitando el esmalte esmeralda de sus uñas. Nicholas me miraba serio pero conforme nos íbamos acercando una sonrisa se asomaba por sus tiernos labios.

Rayos Nicholas ¿Qué sorpresa me darás ahora?
No una del todo placentera al parecer.
- ¿Y bien?.- dijo Sarah
- Bea quiere hablar contigo.-Nicholas seguía sujetando mi mano, se mostraba serio. Sarah nos miraba suponiendo lo imposible a lo cual respondí con un no.
Me alegro el ver que aún existía esa telepatía entre nosotras.
Nicholas soltó mi mano, me sonrió y se fue.

-¿Qué sucede?
- No... yo... No sucede nada.- Sarah me estaba mirando fijamente a los ojos, sus labios formaban una larga y fina mueca. Sacó un papel del bolsillo derecho de su mochila verde y comenzó a leer.
- Sarah, algo le pasa a Bea. Te extraña y creo que es porque pasas mucho tiempo con Daniel.
Espero y hayas leído la nota en el momento exacto.

Con cada palabra Sarah juntaba más sus cejas, extrañada por lo anteriormente escrito. Definitivamente no lo venía venir. ¿Quién escribió eso?

- ¿Quién? No ¿Cómo?.- pregunté, ahora mis cejas se unían como dos imanes.
- Nicholas.- dijo Sarah al cabo de unos segundos. Me extendió la nota y comencé a leerla.- Vino hacía mi en el receso, dijo que las dos teníamos que hablar. Entonces me extendió la nota y se fue.
- No puede ser.
- Con "el momento exacto" se refería a este, en el que tu afirmaras que no pasaba nada. ¿Qué sucede Bea?
- Creo que ya lo sabes.- asomé una pequeña sonrisa en mi rostro, sin embargo sabía que si seguíamos hablando no me quedaría otro remedio más que dejar caer las lágrimas que he estado reteniendo.
Ultimamente me había sentido sola. No quería aceptarlo pero fue el pasar menos tiempo con Sarah la gota que derramó el vaso.
Nicholas.
Trataba de solucionar todo esto y no tenía idea que todo comenzó cuando se sentó detrás de mi el primer día de clases.
Él y su sonrisa.
- Pero quiero que tú lo digas.

Su comentario me libró de mis pensamientos. No supe que hacer ni que decir, me quedé congelada.
Yo no soy así. No puedo expresarme, es ese temor a decir la palabra incorrecta y echar a perderlo todo.
Me acerque a ella y la abracé. Dejé que unas lagrimas cayeran por mi rostro para finalmente decir lo que nunca había dicho.

- Sarah, eres como mi hermana y si hay niveles más altos que esos tú los llenas todos. Tu has estado para mi siempre, a la guardia de no dejarme caer y cuándo.- ligero nudo en la garganta- él se fue nunca me dejaste sola. Eres mi todo, la niña más linda que conozco, la que se merece lo mejor porque lo vales.
Verte con Daniel me hace feliz, ver la sonrisa en tus labios todos los días a todas horas verdaderamente me pone feliz. No estoy enojada y no son celos sólo que de verdad te extraño y tengo miedo, mucho miedo de en 10 años estar sola y que mi esposo me este engañando y no tener a nadie con quien compartir aquél secreto. Tú sabes que cuando guardo lo que siento soy un remolino de emociones. Eres quién me levanta siempre y no quiero perder a mi pequeña polea.
Eres de las mejores cosas que me han pasado, eres increíble en todos los aspectos y doy por sentado que si puedo cambiarte por "la mejor amiga del mundo" diría "No gracias, ya la tengo." Y luego los golpearía por haber creído que alguien es mejor que tú.
- Ya, me vas a hacer llorar.- Sarah estaba riendo, me había quitado del abrazo para poder mirarme de frente y quitarme esas lágrimas que resbalaban por mis mejillas- No te cambiaría por nadie porque eres lo mejor. Lamento que te hayas sentido así es sólo que ha sido un buen tiempo desde que fantaseaba con él y yo saliendo ¿recuerdas? Y tenerlo ha sido como un sueño. Eres mi pequeña luz en un mundo lleno de caos porque has sabido por dónde guiarme y te amo por eso.

Sarah me abrazaba a mi, decirle lo que sentía era un peso de 2 kilos menos en mis hombros.

Después de unos minutos Sarah llamó a Daniel para decirle que esta tarde saldría conmigo, también le pidió que le avisara a Nicholas aunque creo que no hacía falta, seguramente él ya lo daba por hecho.
Me ordenó que la esperara en la entrada mientras iba a arreglar unos asuntos.

Yo caminaba pensando en que por primera vez en toda mi vida me había saltado una clase, en que por primera vez en toda mi vida expresé lo que realmente sentía, en que por primera vez...

Auch.

Miré a mi alrededor, estaba sentada en el piso ¿Es posible caerte y no darte cuenta?. Algunos chicos pararon de hacer lo que estaban haciendo para mirarme sin embargo no se burlaban, eran dos segundos para dejar de hacer lo que hacían y otros dos para mirarme.
Un chico estaba al frente de mi, estaba soltando pequeñas risas, me extendió una mano a la cuál respondí con rapidez.

- Lo siento.- dijo el extraño de ojos azules- simplemente no te vi.
- De acuerdo.- lo mire extrañada, no ver a una chica de casi 1.70 era un tanto difícil de creer. Estaba a punto de seguir mi camino cuándo el chico comenzó a hablar.
- James.- me miró y extendió una mano para estrecharla.
- Bea.

Sonrió, fue una sonrisa tierna pero coqueta. Algo me decía que él no era de los que buscaban lo difícil. James...
Que nombre más peculiar.

The thin line between usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora