Recuerdos.

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- ... y por esa razón el capitalismo es bueno.

Mi mejor materia, la peor maestra en la existencia.
Había llegado a tiempo al salón de clases, sólo había dos alumnos, Larry quién era de los alumnos más inteligentes de toda mi generación y Daniel, el co-capitán del equipo de football, y claro la maestra Miriam. De los 6 maestros de Español me tocó ella, mi némesis, mi enemiga, la villana de la historia de Español.
El año pasado ella fue mi maestra. Afortunadamente, por ser alumna de primer año, pude cambiarme de clase y sólo la tuve que soportar por un par de semanas. Supongo que no siempre se puede tener esa suerte de ir de maestro en maestro hasta quedarte con los mejores.
A pesar de todo la saludé y me senté a un lado de Larry quien se encontraba hasta el frente, saqué el móvil y vi que Sarah estaba conectada.

- ¿Adivina qué?
- ¿En serio tengo que adivinar?
- Sólo di "¿qué?"
- ¿Qué?
- La maestra Miriam
- No es cierto JAJAJA ¿te han dicho que la suerte muere cuándo escucha tu nombre?
- Al menos tengo a Daniel en una clase.
- Cállate

- Sonríe.- le indiqué a Daniel con un gesto amable. Me miró extrañado pero optó por reírse.

Le tomé una foto.
*Bea ha insertado una imagen.*
- Cállate.
- Te amo.
- Yo más, maldita.

Apagué mi celular y lo guardé, ya no éramos tres alumnos, si no 10. Miré hacía los lados tratando de encontrar alguna otra cara conocida. Nadie.
Miré el pizarrón, la maestra había escrito su nombre y su correo "en caso de emergencia" explicó.

Daniel, él era de esos chicos que en algún momento de tu vida te tiene que gustar. Mi etapa fue el año pasado, la de Sarah acababa de comenzar.

Miré por detrás de mi hombro, 20 alumnos y un asiento vacío detrás de mi dónde usualmente Sarah se sentaba.

- Muy bien alumnos, vamos a comenzar.

Y eso fue lo que sucedió antes de establecer que "el capitalismo era bueno".
Por esa razón era mi némesis, la maestra no explicaba nada de Español ¿Dónde esta el gusto por aprender los géneros literarios y el significado de la lengua de las antiguas culturas?

El rechinido de las bisagras de la puerta inundaron el salón haciendo a todos callar, la maestra incluida.

- Buenos días, yo... bueno... lamento la tardanza es solo qué soy nuevo y no sé dónde está cada salón.- dijo una voz desde la puerta.
- Tranquilo... ¿Tu nombre, disculpa?

¿30 minutos buscando el salón? Es demasiado tiempo, supongo que nunca había venido a la escuela.
Me giré hacía la voz desconocida.

...

No podía ser él. Era imposible.

- Nicholas, Nicholas Bell.

No, no, no, no.

- Bueno, por favor tomé asiento. Atrás de la señorita...- Me miró esperando una respuesta.
- Thomas - dije con la voz temblorosa.
- Claro, por favor - Hizo un ademán indicándole el lugar.

Nicholas Bell, la pesadilla de mis noches más amenas y él borroso recuerdo de mis días más claros.

The thin line between usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora