Sentimientos ocultos.

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Algo difícil de admitir es lo importante que es alguien para ti.
Sarah es importante.
Mis padres también.
¿Pero Nicholas? Me es difícil admitirlo, especialmente por lo sucedido ayer.

- Hey, Bea.- dijo Sarah sacudiendo un poco mis hombros.
- Sigo viva, lo juro.
- ¿En que piensas?

Ambas caminábamos entre los largos pasillos hasta que llegamos al punto en que nos teníamos que separar.

- En las personas importantes.- le respondí, me despedí y me dirigí a mi salón.

Miles me miraba desde el último y maltratado asiento junto con Daniel, me saludaron y continuaron hablando. Nicholas aún no llegaba, cosa que verdaderamente agradesco. Me encaminé a mi lugar cuándo divisé a la Señorita Greene de entre la multitud afuera.

- Muy bien.- dijo desde el umbral de la puerta. Lucía un lindo traje color vino haciendo resaltar sus brillantes ojos. .- hoy no habrá clase de español, disfruten su día.

Nos miro por unos segundos para después retirarse.
Feliz de no tener clase de español comencé a caminar hacía las canchas de football.

- ¿Bea?
- ¿Si?

Era Jason, el capitán del equipo.

- Estas invitada a la mejor fiesta del año. Es hoy... bueno.- me extendió una pequeña invitación.- ahí dice todo.
- Gracias... supongo.

Guardé el pequeño papel amarillo en mi mochila para después retirarme a las gradas.

Era un día cálido, algunos rayos de sol se asomaban de entre las nubes.
Camine a la última y fría grada con la disposición de estudiar para el dichoso test de historia.

- Thomas.

Que me trague la tierra.

- Hola, Nicholas.
- ¿Puedo?.-Señaló la fría y grisácea grada dónde yo me encontraba.
- Adelante.
- ¿Sucede algo?
- ¿A qué te refieres?.- su pregunta me extrañó.
- Me has estado evadiendo toda la mañana.- soltó una risa nerviosa.
- No.- mentí, claro que lo estaba evadiendo.
- Te conozco lo suficiente para saber que lo estas haciendo
- No, no lo haces.- dije en susurro.- ¿Te invitaron a la fiesta del equipo?
- Las fiestas no son lo mío.- dijo sacando el arrugado papel de su bolsillo.- ¿Qué hay de ti?

Una fiesta. Las fiestas tampoco eran lo mío pero quería una noche donde Nicholas no fuera el protagonista de mis pensamientos.

- Si.- solté al fin.- tengo que arreglar unos asuntos ¿te veo después?.- El sólo asintió con la cabeza. Esa era nuestra señal para preguntarle si me llevaría a casa.

Horas después yo me encontraba en mi habitación vistiendo mis jeans preferidos con una blusa negra y mis balerinas doradas. Cómo siempre, mamá y papá estaban lo suficientemente ocupados como para no estar en casa así que tomé mi celular de la cajonera al lado de mi cama y me encaminé a la pequeña banca afuera de mi casa. En cuestión de minutos el auto de Daniel yacía parcado afuera de mi casa. Sarah asistiría a la fiesta por ser novia del co-capitan y Miles por ser el mejor amigo de éste. Iba a ser una tarde divertida.

- Hey.- dijo Sarah mientras cerraba la puerta del bonito convertible rojo y se acercaba hacía mi.
- Me gusta.- dije señalando el lindo conjunto de jeans y blusa blanca que ella llevaba.
- Gracias, linda ¿Nos vamos?
- Claro.

La casa de Jason era increiblemente grande, blanca y llena de ventanas. Aparcamos el auto unas cuadras más adelante. Era tarde, el sol se ocultaba dentre los arboles.

Entramos, unas cuantas personas se acercaron a felicitar a Daniel por su gran recepción, Sarah no dejaba de soltarle la mano y Miles había desparecido así que decidí dejar a la feliz pareja y buscar un lugar donde sentarme. Adiós tarde llena de diversión, hola tarde de soledad.

The thin line between usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora