Ruidosos silencios.

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- Bea...
- ...
- ¿Realmente pasaremos por esto todos los días?
- ...
- Maldita sea, ya es Viernes Thomas ¡Despierta!

¿Ya es viernes?

- ¿Ya es Viernes? ¿Tanto tiempo me dormí?
- Sí, llevas desde el Miércoles dormida aquí -Dijo Sarah ...¿con sarcasmo? ¿O hablaba en serio? Debo de dejar de quedarme dormida.
- ¿Es en serio?
- ¿Qué? no ¿realmente lo creíste? - rió
- Son las 7 de la mañana, si me dices que te vas a casar con Daniel no dudes que te preguntare si soy la dama de honor.
- Linda, obviamente lo serás - se acercó al retrovisor para aplicarse un poco de labial, alboroto su rubia melena y tomo su mochila del asiento trasero. -¿Nos vamos?
- No puede ser ¿mi Sarah Jackson acaba de alborotar su cabello? ¿La chica que prefiere estudiar los fines de semana acaba de alborotar su cabello? - dije con un aire extrañado, coloque mis manos en mi boca en señal de sorpresa. Obviamente estaba exagerando aunque mis palabras eran ciertas, una chica que alborota su cabello antes de cualquier situación está enamorada.- Cuidado chicas que nuestra Sarah se nos va.
- Ya, no seas dramática, cuándo encuentres al chico correcto estarás igual o peor que yo -dijo entre risas. Aún no le contaba lo de Nicholas, no puedo creer que no se lo haya topado en toda la semana.

Ambas nos levantamos, salimos del auto y caminamos hacía la entrada. Entre tantas personas vi a Daniel y a Nicholas. Daniel estaba recargado sobre la pared sosteniendo su mochila en un hombro a unos pasos de la puerta de entrada. En cambio Nicholas estaba hablando con Mia... ¿Qué? ¿Estaba hablando con una chica? Ambos están riendo, Mia esta tocando su hombro para sostenerse de lo mucho que carcajean ¿Pero cómo? Ella es de nuevo ingreso ¿Será amiga de su hermana? Digo ambas acaban de entrar a la preparatoria.

- ¡Bea cuidado!
Sarah logro sostenerme de la vergonzosa caída que estuve a segundos de vivir. Debo dejar de pensar en Nicholas o a este paso moriré en cuestión de días. Afortunadamente sólo tres personas se percataron de Sarah sujetándome para evitar mi tropiezo.
Me ayudó a subir las escaleras y se detuvo justo en frente de Daniel. Nos saludo a ambas, Sarah colocó una mano en su mejilla y lo saludo, yo le respondí con una sonrisa. Esto se estaba tornando incómodo. Ella sostenía mi brazo en señal de que no me fuera pero yo sabía que la escasez de palabras entre ambos se debía a mi presencia.

- ¿Escuchan eso?
- ¿Qué? -dijeron Sarah y Daniel a coro.
- Es el sonido de alguien respirando, será mejor que vaya a averiguar quién es -les sonreí a ambos y le guiñé un ojo a Sarah, obviamente ambos captaron mi indirecta.
Me alejé de ellos, aún les quedaban 15 minutos para hablar. Me encamine a mi casillero, necesitaba sacar los libros de la clase de Español e Historia.

¿Por qué estaban hablando Mia y Nicholas? Demonios sus apellidos combinan a la perfección. Bell Johnson, maldita sea suena hermoso.

- ¿Thomas... Bea? -dijo una voz a mis espaldas.
- Sí - me giré para confirmar mas no necesitaba hacerlo, con oír su voz era suficiente para recordar ese nombre. Nicholas. -¿Qué sucede?
- Hola. -me sonrió y colocó su mano en su cuello, sus dedos intentaban alcanzar un mechón de cabello. Solía hacer eso cuándo se ponía nervioso.
- Hola. -le respondí con otra sonrisa, aceleró el paso para ambos quedar a una distancia más cercana.
- Yo... Falté dos días a clase y quería pedirte los apuntes.
- Lo se, no sentí las miradas acosándote detrás mío -el rió nervioso ¿Por qué estaba tan inquieto? Comencé a sacar mi libreta de mi mochila cuándo él me detuvo.
- Oh no no, por favor. Probablemente necesites tu libreta. Quería preguntarte -tomó un poco de aire -Quería preguntarte si hoy podíamos vernos en mi casa después de clases.

Ahora entiendo. Dirigí mi vista a mis zapatos, ahora yo también me encontraba nerviosa.

- Claro... Pediré permiso. -volví mi vista al frente, acercando un poco mi mochila hacía mi para guardar el cuaderno. Nicholas apartó mi libreta de mis manos y la guardó en mi mochila.- Gracias ¿nos vamos?

Caminamos al salón de español sin dirigirnos la palabra, en momentos lo miraba y luego él me miraba mi, yo miraba mis zapatos y él lo crema del techo. Al llegar paró para dejarme entrar. Daniel ya se encontraba sentado en el mismo lugar del primer día sosteniendo su celular en ambas manos, por la mirada y su sonrisa puedo jurar que se encontraba hablando con Sarah. Me senté en el mismo lugar de siempre y Nicholas detrás, saqué el móvil para decirle a mamá que hoy no podría pasar la tarde en casa.

Tenía un mensaje de Sarah, lo abrí.

- ¿Adivina quién pidió mi número y esta hablando conmigo justo ahora?
- ¿En serio tengo que adivinar? -le respondí.
- ¡Exacto! Daniel, tu siempre aciertas en todo.

Así es, estaba en lo cierto.

- Sarah está de humor y está en sus días. Esto es algo que debe ser grabado en los libros de historia.
- Bruja.
- Bestia.
- ¿Me acabas de llamar bestia?
- Bella* perdona fue el auto corrector.
- Te adoro.
- La bruja no te adora.
- Beaaaaaa
- ¿Quién es Bea?
- Tu eres más bonita que las brujas.
- Oh por Dios, es lo más lindo que me han dicho.

Miré hacía atrás Daniel seguía sonriéndole a un dispositivo y Nicholas le daba los últimos toques a su dibujo del perro. Le mandé un mensaje a mamá.

- Mamá hermosa de mi corazón, un amigo me ha pedido ir a su casa hoy para pasarle apuntes.

A los tres segundos respondió.

- ¿Amigo?
- Amigo.
- De acuerdo, te quiero aquí a más tardar 20:30. Te amo cielo.
- Gracias mamá, yo más.

Bloquee mi celular, la maestra Miriam acababa de entrar.

- Muy bien niños, todos siéntense.
Sé que es la primera semana de clases pero ya les dejaré el proyecto para fin de año, será en parejas.

Perfecto, lo que me faltaba.

- Y cómo estoy de buen humor les dejaré escoger a su compañero con el cuál -se aclaró la garganta -trabajarán durante todo el año.

Miré a Daniel, al parecer era el compañero de Miles, el chico más educado que se podrán encontrar, su mejor amigo y, desgraciadamente, primo lejano de Nicholas.
Todos comenzaban a formarse en parejas cuándo veo a una chica acercarse a Nicholas, Megan.
Megan era la líder de las porristas ,en pocas palabras, un buen motivo para preocuparme.
Miró a Nicholas, alejó un mechón de su perfectamente maquillado rostro y tocó su hombro.

- Nick... -dijo con una voz seductora.

Antes de que Nicholas volteara, antes de que Megan pudiese decir otra palabra, tomé la mano de Nicholas que se encontraba sosteniendo el lápiz y lo miré, el sobresaltó un poco, me miró sorprendido pero sostuvo una pequeña sonrisa en sus labios.

- Entonces... ¿compañeros?

Megan me fulminaba con la mirada, pude leer en sus labios el "yo llegue primero, maldita". Así es como haces enemigos en la preparatoria.

- Compañeros. -respondió. Megan se quedó boquiabierta y con el poco orgullo que le quedaba se fue. Yo me quede aún más sorprendida y cuándo estuve a punto de comentar algo la maestra habló.

- Su proyecto será leer un viejo libro, tal cómo la Odisea o el Lazarillo de Tormes, pero ustedes podrán elegirlo. Y por último, hacerme un ensayo de 5 hojas analizándolo. ¿Sencillo cierto?

Varios chicos al fondo abuchearon, algunas chicas sonrieron, definitivamente eran a las que les apasionaba leer. Yo miraba a Nicholas quién igual me miraba a mi.
Ninguno de los dos hacía el esfuerzo por desviar la mirada. No había pasado nada relevante, nada que alguien pudiera etiquetar cómo algo que valiera la pena recordar, pese a aquello ninguno de los dos queríamos descongelar ese momento donde el silencio y las miradas hablaban por sí mismas.
Probablemente exagero pero de verdad era un momento que quería recordar.

The thin line between usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora