Capítulo 27

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OK, PRIMER HOLA, ANTES DE LEER DEBO ADVERTIRLES QUE ESTE CAP SI ES MUY LARGO, YA SIN MÁS QUE DECIR, ESPERO LO DISFRUTEN

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OK, PRIMER HOLA, ANTES DE LEER DEBO ADVERTIRLES QUE ESTE CAP SI ES MUY LARGO, YA SIN MÁS QUE DECIR, ESPERO LO DISFRUTEN.

Max, usando muy buen uso de sus poderes llevo a Ethel cargando hasta la extraña comunidad super de la ciudad, solo que en una parte diferente, pues no era la zona suburbana que Ethel ya había visto. parecía la entrada de un bosque, lo cual era extraño de ver.

—¿Qué es esto? —quiso saber Ethel al ver esos arboles enormes y frondosos de la zona.

—Aquí viven los Supers tradicionalistas. Construyeron ellos mismos este bosque con sus poderes de plantas y esas cosas. Es que los adultos y ancianos se sentían más cómodos con la naturaleza a su alrededor, que porque les recordaba a viejos tiempos —explicó Max.

—¿Qué hacemos aquí? Creí que no era bien recibida con los supers. Ya sabes, por lo de la primera y ultima vez.

—Ah, no te preocupes, si intentan matarte... corremos —dijo como si fuera algo divertido antes de abrazarla de lado e incitarla a entrar al bosque a su lado —Ademas... por lo que dijo tu mamá, necesitas mucho esto.

—¿Qué? —dijo Ethel aun confundida.

—Ay, linda —dijo mientras suspiraba —Tienes mucho que descubrir.

Mientras más se adentraban en el bosque el aire comenzaba sentirse más limpio y fresco, dandole a Ethel una sensación de seguridad, pese a que estaba en medio de un bosque desconocido, yendo a visitar a la gente que menos la deseaba ahí, acompañada por un supuesto amigo que había drogado a su madre para traerla hasta ese lugar.

Al principio la joven creyó que se volvía loca por sentir calma y curiosidad en momento así. Creía que debía estar nerviosa y asustada, pero su mente se despejo al contemplar las lindas y raras casas de madera que se encontraban frente a ella. Era como estar en un pueblo mágico y antiguo, aunque había faros de luz iluminando algunas partes y se veía que la electricidad estaba presente, al igual que el Wi-Fi.

Seguramente pasaban de las once de la noche, pero aun así había mucha gente fuera de sus casas, la mayoría poniendo extrañas figuras de madera que decoraban los arboles, recordándole a Ethel a las esferas que se les ponía a los pinos. Otros simplemente cargaban leña de una manera no tradicional, seguramente usadnos su poderes para hacerla flotar, y la llevaban hasta o qué seguro era el centro de esa comunidad.

—¡Apresurate, Esme! —escuchó detrás suyo antes de ver a unos niños correr con apuro y diversión hasta una de las casas.

—Ya voy —dijo una niña de unos doce años. La niña pasó justo junto a Ethel, dejando sorprendida a la chica, pues la niña tenia una extraña esfera de luz flotando en su cabeza. La esfera desapareció cuando la niña chasqueo los dedos y se dirigió con sus compañeros hasta una casa.

—Uy, creo que no debimos venir hoy —mencionó Max apareciendo al lado derecho de Ethel con una ráfaga de viento detrás suyo. Pues haba dado un rápido recorrido —Lo olvidé. Hay celebración hoy.

Symphonix: El violín de EthelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora