Capítulo 20

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Querido Diario

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Querido Diario

Han pasado dos semanas desde mi fantástico, maravilloso, mágico, y sobre todo,  maravilloso beso con Markian. En todo ese tiempo no lo he visto como Tremblemet, solo lo veo en los pasillos y cuando me saluda lo hace con normalidad, como siempre, pues no sabe que soy Symphonix y que... yo lo besé.

He estado patrullando con Max, y por lo que dijo, me supongo que Tremblemet esta evitándome por lo mismo del beso, aunque según Max me extraña un poco y ha estado algo triste y distraído.

En fin, aparte de eso, me la he pasado con Diaval en la escuela. Es un gran chico, me agrada bastante porque es educado siempre, pero procura decir lo que piensa abiertamente sin ser grosero o violento, y aunque tiene aire de chico solitario y sin amigos es muy divertido y agradable, bueno, eso es conmigo, porque no se junta con otras personas en la escuela, bueno, se junta conmigo, con Eric, y con Ivette, a por cierto, mi amiga parece estar flechada por Diaval, siempre quiere abrazarlo o agarrarle la mano, lo que me parece incomodo cuando estoy cerca, pero no sé porqué, es como si nunca hubiera notado lo pesada y empalagosa que puede ser Ivette, y hablando de ella. Pasar tiempo con Ivette y con Eric me comienza a parecer extraño he algo incómodo, ya no comprendo de lo que me hablan, ósea  si los escucho medio entiendo, pero no logro entender porque les preocupan tanto cosas tan... comunes, no quiero menospreciarlos, ni nada, solo que es extraño, como si ya no estuviéramos en el mismo mundo, y creo que a Ivette le pasa igual porque cuando le cuento mis aventuras con Max o con Diaval, aunque no digo su nombre, ella parece incomoda, parece que no quisiera escucharme más porque no lo entiende y me dice "Pero ese no es nuestro asunto, son cosas de supers" Es muy extraño.

Oh, y en estas dos semanas no he podido tocar canciones nuevas, ósea  no tengo nuevos poderes. Me pregunto si ya llegue al limite o el violín se descompuso porque traté de usar su magia para... arreglar la vida de Markian, creí que como lo hacía para ayudarlo funcionaría, pero no paso nada, y en cambio no puedo tocar nada nuevo, solo me vienen a la cabeza las canciones y melodías que ya me sé.

—Si tienes dudas ¿Por qué no haz acudido a mí? —la voz del hombre británico la tomó por sorpresa, haciéndola cerrar su diario de golpe para poder alejarse de la orilla del edificio y ponerse de pie para mirarlo de frente.

—Tom —dijo algo apenada. Ethel tenia su antifaz y su ya típica chamarra azul con un extraño pants.

—Hiciste mal uso del violín, Ethel —dijo de manera tranquila, parecía un poco decepcionado.

—¿Qué? Pero yo...

—No, tranquila —le aconsejó aun con una voz calmante —Lo hiciste sin darte cuenta y por esa razón no tendrás que devolvérmelo. Intentaste ayudar a alguien que no necesitaba de tu ayuda, intentando darle una salida fácil con magia.

—¿Hablas de... No —negó de inmediato —Él si necesitaba mi ayuda, por mi culpa no pudo irse de aquí, asi que intenté crear una canción para que pasara su prueba.

Symphonix: El violín de EthelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora