¡ nueve !

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Otra vez, Jisung se encontraba drenando sus energías en la clase de baile, siguiendo la coreo casi a la perfección y moviendo su cuerpo lo más rápido que podía. Cuando frenaban, Felix le hablaba de Changbin, y aunque Jisung sentía que estaba harto de oírlo hablar de su mejor amigo, le resultaba tierno. Estaba feliz de que alguien pudiese apreciar a Seo casi tan bien como él lo hacía. 

La clase siguió normalmente e inconscientemente, un puchero se instaló en el rostro de Jisung cuando Minho anunció el fin de la clase. Aquél salón de baile podía considerarse más su hogar que el mismísimo departamento en el que vivía. Era tan feliz allí, tan feliz que nunca sabría cómo ponerlo en palabras.

Mientras juntaba sus cosas para meterlas desordenadamente en la mochila, el sol se escondía detrás de los edificios en la ciudad. Todos comenzaban a irse, y el salón, poco a poco, se vaciaba. Jisung estaba por irse cuando la voz de su profesor lo detuvo.

—Jisung, ¿vas a tu casa?

Huh, sí.

Minhó posó las manos sobre su cadera, moviéndose con insistencia sobre el piso de madera. Han lo observó confundido.

—Perdón, te estoy reteniendo.

—No, está bien. No tengo nada que hacer en casa —dijo Jisung, tomando la correa de su mochila sobre el hombro—. Iba a dar una vuelta para no volver ya.

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Minho.

—Me gustaría invitarte a salir.

Jisung lo miró en silencio, sus mejillas estaban rojizas a pesar de que su rostro intentaba no demostrar ninguna emoción.

—¿Salir?

—Sí... Podría comprarte algo para tomar y sentarnos en la plaza a conversar —la forma en la que Jisung se fijaba en él lo ponía nervioso. Sus manos comenzaron a sudar—. Si te parece bien, entiendo si decís que no.

—No, creo que está bien. La ciudad es linda a esta hora.

Minho suspiró aliviado y le indicó a Jisung que lo esperase para que pudiera guardar todas sus cosas antes de irse. Así que eso hizo Han, observando como su profesor caminaba con pasos largos y apresurados por todo el salón de baile y el pequeño despacho. 

A los pocos segundos, Minho apareció junto a él con una sonrisa en el rostro y el bolso grisáceo colgando de su hombro.

—¿Nos vamos?

Jisung asintió y siguió al hombre hasta salir del lugar. Fuera, hacía demasiado calor. Odiaba el verano, la humedad y la forma en la que la ropa se le pegaba al cuerpo. Estaba seguro de que, si tuviese la posibilidad de haber nacido en un lugar en donde el invierno fuese eterno, sería muy feliz.

—¿Te gustaría ir caminando o en auto?

Jisung giró ligeramente el rostro cuando Minho le habló. Se encogió de hombros.

—Como más le guste.

—¿Cuál te gusta a vos, Sung?

Jisung mordió su labio inferior.

—Hace mucho calor para caminar.

Minho asintió satisfecho.

—Bien, vamos en auto, entonces. 

Jisung volvió a subir en el auto que ya conocía, el hombre encendió el aire acondicionado y Han disfrutó de cómo el aire frío peinaba su cabello humedecido. Estaba seguro de que no le haría nada bueno recibir el aire frío, pero el calor que sentía era tal que poco le importó. 

PARADISE ━ MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora