Las noches pasaron junto a cualquier esperanza de encontrarla, para ese momento llevaba casi dos semanas en su búsqueda o alguna pista que la llevara hacia ella. Nada. El viento golpeó su rostro sin clemencia, como la vida misma. Jamás se había sentido como un muerto viviente como ese día, a pesar de que ya era uno.
Shadow recorrió cada aldea, cada vereda, cada ruta en busca de ella, de su esencia, de algo que diera con su locación; pero Amy había desaparecido, no había nada, ni siquiera sus restos para dar sepultura. Tal vez ahora yacía en una tumba sin nombre en algún poblado lejano o en algún lugar inalcanzable para él.
–¡MALDITA SEA! – vociferó con dolor para golpear con fuerza el piso adoquinado quebrándolo al instante dejando un cráter a sus pies.
Shadow se dejó caer de rodillas, en completa desesperanza. Una nube negra se posó sobre él mientras los sentimientos de impotencia y desolación empezaban a envolverlo lentamente... consumiéndolo poco a poco.
Él la había dejado ir para asegurarse que ella pudiera ser feliz, pues sabía que Amy jamás podría conseguir eso a su lado, y a pesar de todos sus esfuerzos, a pesar de todos sus sacrificios, la vida le escupía en la cara nuevamente recordándole su lugar en ese mundo.
–Yo renuncie a ella – musitó sin luz en su mirada sintiendo el viento acariciar su pelaje. Un frío abrazo que instauró la desolación en él –, estuve dispuesto a vivir sin ella para asegurarme... para asegurarle... – cerró sus ojos con pesar para que un nudo en su garganta le prohibiera de proseguir.
Shadow estaba dispuesto a vivir una vida sin volver a saborear sangre nuevamente, sin poder tocarla, sin ver su sonrisa o escuchar su dulce voz si con eso aseguraba que ella estaría bien.
–Sin ella... – soltó Shadow macabro abriendo sus ojos de golpe para que estos se iluminaran bajo la inclemente noche, endureciendo su mirada, borrando cualquier rastro de melancolía –No hay motivo para seguir con esto – se dijo poniéndose en pie y ver de reojo la aldea a sus espaldas.
La desesperanza lo consumió por completo, así como el dolor que ahora desquebrajaba cada parte de sanidad o juicio que pudiera tener.
Ese era el destino último de cualquier vampiro, sin importar su clase, todos caerían en la desesperanza y la agonía de la perdida de aquello que juraron proteger. No era su falta de alma o de latir lo que los volvía demonios, era el dolor insufrible que los hacía esperar a que la muerte los liberara... una que sabían que nunca llegaría.
–Los vampiros jamás podrán ser felices sin importar el camino que elijan– soltó al viento para que una lágrima fugaz se deslizara por su mejilla –Y si ese es el caso, si lo que he hecho nunca cambiará mi vida ni de quienes me rodean, entonces...
Volteó a ver a sus espaldas para olfatear sutilmente el ambiente sintiendo los diversos tipos de sangre que ahora hacían que su boca salivara y que sus colmillos se extendieran ante la expectativa de la siguiente comida.
–Entonces seré el demonio que siempre tuve que ser – juró para que una sonrisa afilada iluminara la noche.
Ya nada importaba, y ahora que podía saborear sangre nuevamente, era lo único que en este momento podría brindarle un poco de placer; recuperaría el tiempo perdido y se deleitaría del sufrimiento de otros, como la vida se deleitaba del suyo.
–¿Se encuentra bien? – escuchó preguntar con dulzura a sus espaldas.
Shadow volteó a ver a una coneja mayor quien cargaba lo que parecía insumos médicos; coneja quien al distinguir su mirada color sangre brillar en la noche y afilados colmillos palideció ante su presencia.
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Bloody Rose
FanfictionUna eriza que pretende de huir de su pasado se ve atrapada en un antiguo castillo a las órdenes del vampiro que rige a todos los que habitan en éste. Amy se rehusa a someterse a nadie más y buscará la forma de poder huir de su amo, quien la utilizar...