De nuevo el insomnio lo acechaba, pero esta vez no era por trabajo o por sed de conocimiento sobre nuevas gemas, esta vez era porque la ausencia de ella recorría por completo su castillo, uno que se sentía más desolador que nunca ¿Es que acaso siempre fue tan silencioso? ¿la oscuridad siempre había estado tan perpetua como ahora? Suspiró con pesadez ante las preguntas de un desquiciado romántico, tal vez ahora lo era.
Una vez más sus pasos errantes lo llevaron a la recámara de ella, una que se mantenía intacta desde su partida; la única en atestiguar todo aquel amor que ahora lo mataba más lentamente que su necesidad por sangre. Shadow se adentró en silencio; el dulce aroma de ella aún podía percibirse, un aroma a rosas que inundaba cada rincón de aquel cuarto oscuro.
La tristeza lo abrazó nuevamente para que la melancolía lo viera a la expectativa, casi esperando a que corriera de nuevo a los brazos de la desesperanza en un intento de ahogar los gritos internos del dolor que su ausencia le provocaba.
Shadow se había prometido ser libre de las cadenas que lo había atado a ese mundo de miseria y desesperanza sin importar al costo que esto conllevase, pero no tenía idea de cómo hacerlo ¿cómo se suponía que debería de darle sentido a su vida? Uno que lo llevara a un sentimiento de plenitud y felicidad, uno que no involucrara ser un monstruo de la noche o tenerla a ella a su lado como su rehén. Incluso en su breve período de tiempo como mortal eso ya de por sí parecía una tarea titánica.
Soltó un pesado suspiro para de nuevo admirar la recámara de ella, sintiendo su ausencia. Uno que le desgarraba el alma, uno que le hacía pensar que completar su misión sería imposible.
–Amy...– murmuró el erizo casi como una suplica al cielo, como si ella pudiera escucharlo a la distancia y llenarlo de fuerzas para continuar.
Un estruendoso sonido metálico rezumbó por todo el castillo de pronto, irrumpiendo en la melodía que el insufrible silencio cantaba, una a la que estaba tan acostumbrado. Sus orejas se alzaron en el aire en señal de alerta. Alguien había traspasado a su morada. No sería la primera vez, pero sin lugar a duda era la primera vez que no tenía intenciones de hacer algo al respecto.
–... ¿Shadow? – escuchó decir a sus espaldas de pronto. Era Rouge quien llegaba con una expresión adormitada –¿Qué haces? ¿Por qué tanto escandalo? –preguntó soltando un bostezo –¿Haz visto la hora? Ya amaneció – dijo cual reclamo.
–Alguien vino – respondió el erizo sin verla en ningún momento, absorto en sus pensamientos de melancolía y nostalgía.
–¿Uh? – exclamó ella para dirigir su mirada a las pesadas cortinas que ocultaban el mundo exterior detrás de ellas –Es muy temprano para un bocadillo diurno – dijo adentrándose en la habitación en dirección a las ventanas cubiertas.
Rouge pasó de la largo al erizo quien parecía no reaccionar ante el intruso. Espió entre las cortinas procurando no ser tocada por el sol y al hacerlo ver a un ente de pie frente al castillo, uno que hizo sus piernas flaquear pues ella lo conocía, el erizo que la había obligado a buscar refugio ahí en primer lugar... Silver Van Helsing.
La murciélaga retrocedió aterrada alejándose de la ventana quedando nuevamente en completa oscuridad. Esta vez no podría huir como en sus batallas previas. La había atrapado al fin.
–¿Qué sucede? – preguntó Shadow al percatarse de la errática reacción de Rouge.
–Me encontró – musitó aterrada.
–¿Quién? – indagó curioso
–Silver... – pronunció de unos labios temblorosos.
–¿Silver? – repitió Shadow para alzar una ceja intrigado.
ESTÁS LEYENDO
Bloody Rose
FanfictionUna eriza que pretende de huir de su pasado se ve atrapada en un antiguo castillo a las órdenes del vampiro que rige a todos los que habitan en éste. Amy se rehusa a someterse a nadie más y buscará la forma de poder huir de su amo, quien la utilizar...