Capítulo Doceavo: Liberación

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Caminó un tanto adolorido para respetar los deseos de ama –"Regresa y protégela"– fue lo último que le dijo antes de ir al enfrentamiento con el cazador de vampiros. Espio chasqueó la lengua, molesto, para así abrir la puerta principal y entrar los interiores del castillo en donde vio a una eriza yacer en el suelo intentando arrastrarse a la salida.

–¡¿Qué demonios crees que haces?! – gritó molesto para correr torpemente hacia ella, adolorido.

–T-Tengo que...– intentó hablar la eriza sintiendo su cuerpo arder por contradecir las órdenes de su amo.

–¡Es imposible desobedecer un comando de tu amo y lo sabes bien! – regañó el camaleón para ayudar a ponerla en pie y regresarla sobre sus pasos, aliviando su agonía.

Amy fue arrastrada de regreso para que aquel dolor que había recorrido su cuerpo se esfumara. El aire regresó a sus pulmones mientras el dolor decrecía velozmente según Espio la guía para ver de reojo la puerta que cada vez más se alejaba de ella.

–¡Suéltame, tengo que salir a...

–¿A qué exactamente? – interrumpió sin aflojar su agarre.

Amy mordió su labio con fuerza sintiendo sus ojos aguarse, impotente. Así lograra salir de alguna manera no era rival para Silver, lo único que podía hacer era sacudir aquel martillo con la esperanza de darle a su objetivo.

–¿Por qué volviste? – preguntó Espio seriamente provocando que ella alzara la vista –Pensé que no querías ver a Lord Shadow nunca más.

–Este... yo... – murmuró sonrojándose suavemente –Tenía que advertirlos – respondió evasiva, desviándole la mirada.

– Pensé que estabas molesta con él – resaltó alzando una ceja.

–¡¿Entonces debía de dejarlo morir?! – explotó soltándose de su agarre para que el camaleón lo viera con sorpresa por su repentina reacción. Amy desvió la mirada sintiendo su rostro enrojecer ante sus emociones descontroladas –... No podía permitirlo – musitó avergonzada –Así sólo fuera otro instrumento para él, yo no...

–¿Instrumento? – repitió Espio con gran asombro –¿Por qué piensas eso?

–Eggman lo dijo, él me tenía aquí para utilizarme como...

–¿Te refieres al Doctor Robotnik? – le cortó para que ella asintiera tristemente provocando que de sus ojos color esmeralda se colaran un par de lágrimas traicioneras, unas que le hacían saber sobre su corazón herido –Lord Shadow ha tenido muchas sirvientas antes, y sin lugar a duda no eres la primera en enamorarse de él – dijo para soltar un suspiro de cansancio, provocando que la eriza tensara todo su cuerpo ruborizándose con gran intensidad –, pero sí a la primera que no ve como una simple sirvienta – puntualizó para que ella alzara su mirada expectante –¿Crees que él hubiera salido a plena luz del día por un instrumento que utilizar? ¿O que Madame Rouge me hubiera mandado a protegerte si fuera sólo una simple sirvienta?

–¿Ella te mandó a protegerme? – repitió Amy con asombro, para que el camaleón asintiera forzadamente –¿Por qué?

–Los cazadores de vampiros utilizan diferentes estrategias para vulnerar a un vampiro y es obvio ahora que tú eres el eslabón débil de este castillo. Si llega a matarte Lord Shadow será presa fácil para él. Por eso estoy aquí – explicó cual regaño.

–Él... quiero decir... ¿le importo? – murmuró sintiendo una sensación de alivio inundarla.

–Es la razón por la que Madame no quiere tenerte cerca – continuó, captando la atención de ella –Lord Shadow es lo más importante para ella, es el motivo que ella eligió para soportar esta vida... – musitó cabizbajo – Tú eres alguien que significa sólo miseria para Lord Shadow, pues un vampiro jamás podrá encontrar felicidad con una mortal.

Bloody RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora