Escuché música en cuanto llegué a casa. Edward no había tocado el piano desde que se fue Alice. Puse más atención y me di cuenta de que era mi nana. Edward me daba la bienvenida a casa.
Fui a paso humano a sacar a Soo y a Mi del Volvo, los cuales estaban dormidos, ya que habíamos pasado todo el día fuera. Jacob y Leah se habían ido a la casa de Charlie, porque habían dicho iban a visitar a Sue, la cual era su pareja desde hace años.
Mientras caminaba hacia la casa, no se me iba de la cabeza que era posible que nos separamos de mis bebés, eso hacía que la poca esperanza que tenia se fuera de mi ser. Me entraron ganas de llorar otra vez al escuchar a Edward interpretar una pieza para mí, pero me recompuse. No quería que sospechara nada y tampoco dejar ningún tipo de pista en su mente que pudiera encontrar Aro.
Edward volteo hacia mi dirección y sonrío cuando cruce la puerta, y siguió tocando.
—Bienvenidos a casa. —dijo. —¿La pasaste bien con tus padres? —
—Sí, perdón por tardar tanto. Salí para comprar algunos regalos de Navidad para los niños. Quiero que se emocionen abriendo regalos, así como yo me emocione en su tiempo. —sonreí.
Dejo de tocar y me sonrió.
—¿Qué les compraste? —
—Es algo chiquito pero con amor, está en mi bolso. —
—Pásame a Soo. —
Con cuidado de no despertarlo se lo pase y saque los regalos que estaban en una bolsita de terciopelo en mi bolso.
—Lo encontré en un tienda cuando manejaba por ahí. —dije mientras lo sacaba de la bolsa. —Lo bueno es que venían a juego. —
Puse dos pequeños guardapelos plateados en la palma de su mano. Uno era un corazón con unas alas de ángel y el otro era literal dos alas de ángel entrelazadas. Edward los abrió y miró dentro. Había un espacio para una foto pequeña y en el lado opuesto una inscripción en francés.
—¿Sabes lo que dice? —me preguntó.
—El vendedor me explicó que decía "Más que mi propia vida". ¿No? —
—Sí, tiene razón. —
Me escaneo con la mirada por un minuto, buscando cualquier mala emoción en mi rostro.
—Espero que les guste. —murmuré.
—Les encantara. —dijo. —Vamos, hay que llevarlos a casa. —
Se puso de pie y me paso su brazo libre por los hombros.
No me moví.
—¿Qué, pasa? —me preguntó.
—Quería saber si Emmett quería practicar un poco... —
Emmett, que estaba en el sofá con Rose, me volteo a ver y me dio una mirada malvada.
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Eternal Love
FanfictionLibro I4I Es algo extraordinario conocer a alguien a quien abrir tu corazón y que te acepta como eres, he esperado lo que parece ser un tiempo muy largo para asumir lo que soy y contigo siento que por fin puedo empezar, el tiempo que quiero pasar ju...