Dieciocho. Recuerdos y dones.

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—No sabes cuánto lo siento, Seth

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—No sabes cuánto lo siento, Seth. —dije mientras me sentaba a un lado de él.

No había medido nada, solo había saltado al ataque. Y Seth como un buen miembro de su manada había intervenido para poder defender a un Jacob indefenso ante mi ataque. Así que al final me sentía mal y le había roto la clavícula y una pierna a Seth.

—No te preocupes, Elina. Estoy bien. —dijo Seth.

—Corazón, nadie te está juzgando. Lo estás haciendo muy bien. —dijo Edward.

Claro que no lo estaba haciendo bien, había reaccionado exageradamente contra Jacob y Leah. Intentaba estar más tranquila sabiendo que Leah y Jacob entretenían a Mis angelitos en el patio. Manteniéndolos lejos de su loca madre neófita.

Carlisle ajusto otra pieza del cabestrillo del brazo de Seth, haciendo que este hiciera un gesto de dolor.

—¡Lo siento mucho! —volví a disculparme.

—No te alteres, Elina, estaré bien en media hora. Cualquiera hubiera reaccionado igual que tú. Lo bueno es que no me mordiste, Eso si hubiera sido malo. —dijo Seth.

Me sentí mal al pensar que hubiera pasado si lo hubiera mordido, lo hubiera matado.

—Me siento tan mal. —dije mientras escondí mi rostro en mis manos.

Edward me acaricio el pelo en forma de consuelo.

—No exageres, Elina. —dijo Seth. —Qué suerte tiene Jake de que Mi no sea venenosa, porque se la pasa mordiéndolo. —

Quite mis manos de mi rostro y lo mire.

—¿Eso hace? ¿Y Soo? —

—Claro que lo hace, cuando él y Rose no le dan comida con rapidez. A Rose le hace mucha gracia. En cabio Soo...—

—¿Qué? —pregunte.

—Soo produce ponzoña. —explico mi esposo. —Nos dimos cuenta cuando no le dieron comida con rapidez y mordió a Emmett. —sonrió. —A Emmett le ardió y ahí supimos que producía, así que le explicamos que no podía morder a Leah o algún lobo, que sería malo. —

Asentí comprendiendo.

—Bueno, Seth. —dijo Carlisle, levantándose. —Creo que esto es todo lo que puedo hacer. Intenta no moverte en, bueno, unas cuantas horas, supongo —se rio. —Ojalá el tratamiento en los humanos fuera igual de rápido. —le apunto con un dedo. —Quédate quieto —le ordenó y después desapareció escaleras arriba.

—Creo que seré capaz de quedarme un rato sentado. —dijo Seth en medio de un bostezo.

En menos de un minuto Seth se acomodó con cuidado en el sofá y se quedó dormido con la boca abierta.

Con mucho cuidado de no mover el sofá me levante y camine hacia la ventana que daba al patio trasero, Edward camino conmigo y me tomo de la mano.

Pude ver como Esme miraba a Leah jugar con Soo, mientras esta miraba de vez en cuando a la casa con preocupación. También pude escuchar a Jacob discutir con Rosalie en las escaleras de la fachada principal sobre a quién le tocaba alimentar a Mi. En la única cosa en la que se ponían de acuerdo ahora era en que había que apartar a los bebés de mí, hasta que estuviera recuperada al cien por ciento de mi ataque de enojo. Edward había discutido ese veredicto, pero yo les dejé ir.

Eternal LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora