Libro I4I
Es algo extraordinario conocer a alguien a quien abrir tu corazón y que te acepta como eres, he esperado lo que parece ser un tiempo muy largo para asumir lo que soy y contigo siento que por fin puedo empezar, el tiempo que quiero pasar ju...
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Narrador omnisciente
Aro seguía sosteniendo la mano de Alice, sumergido en los pensamientos que esta albergaba en su mente.
Entonces la expresión de esta cambio, frunció el ceño y lo miro incrédula.
—No importa lo que te haya mostrado, aun viéndolo todo. —se soltó bruscamente. —No cambiaras tu decisión. —
Ella rápidamente se volteó.
—Ahora. —le dijo a Elina, diciéndole así que la batalla estaba a punto de comenzar y tenía que sacar a sus hijos de ahí. Tenía que poner en marcha su plan.
Elina rápidamente supo lo que tenía que hacer, miro a los lobos con tristeza y dijo:
—Cuídenlos, por favor. —dando así la orden para que escaparan.
Los lobos soltaron un gemido de tristeza, se dieron la vuelta y comenzaron a correr con dirección al bosque.
—Deténganlos. —dio la orden Cayo.
Dos guardias salieron corriendo detrás de los lobos.
Todos estaban tan concentrados en los lobos que no se dieron cuenta de lo que tenía planeado hacer Alice. Ella dio una vuelta y le dio una patada justo en la barbilla a Aro, haciendo que este saliera disparado hacia atrás. Todos miraron asombrados a Alice. Pero ese asombro en los ojos de los guardias Vulturis se volvió rápidamente en resentimiento, desprecio y en ansias de matar.
Por otro lado y como era de esperarse de un vampiro de tan alta edad como Aro, dio una vuelta en el aire antes de impactar con el suelo y aterrizo con gracia sobre sus pies. Miro a Alice molesto.
—Llévensela. —dio la orden y dos miembros de la guardia la comenzaron a jalar.
Mientras tanto Jasper intentaba quitarse a los guardias que lo retenían, para poder ayudar a su compañera, justo al mismo tiempo que Carlisle gritaba:
—Suéltenla. —comenzó a correr para poder ayudar a su hija.
Un par de guardias lo interceptaron, pero él pudo contra ellos. Siguió corriendo y salto al mismo tiempo que Aro. Los dos chocaron en el punto más alto y cayeron. Entonces Aro se levantó lentamente y sonrió con malicia hacia sus enemigos, levanto la mano y enseño la cabeza decapitada del jefe de la familia, al mismo tiempo que Cayo le prendía fuego al cuerpo.
Esme soltó un grito desgarrador y lleno de dolor, mientras que los demás estaban en shock, no podían creer que su amigo, padre y compañero, hubiera muerto a manos de una persona que hipócritamente se proclamaba su amigo.
Entonces todo comenzó.
La familia Cullen y sus aliados comenzaron a correr, para así poder vengar la vida de su compañero caído, y al mismo tiempo poder acabar con toda esa tiranía y falsa justicia que brindaban los Vulturis.
