Emily intento hacerme venir con su majestuosa boca, pero no podía permitirlo. Quería hundirme en ella y sentir esa paz que solo ella podía transmitirme. Deslice las tiras sobre sus hombros y con un ágil movimiento desabroche el sujetador dejando libres el par de senos más hermoso que había visto. Redondos y firmes con pezones del tono más rosado claro posible.
Un suspiro entrecortado escapo de los labios de Emily cuando me los lleve a la boca. Sus uñas presionaron un segundo mis hombros antes de que se relajaran y enrollara sus manos en puños. Se estaba conteniendo y me mataba por dentro pero no podía ir con rasguños en la espalda cuando obviamente no eran de mi esposa. Y otra vez estaba pensando demasiado cuando ya luego habría tiempo para pensar y charlar. Sin esperar más nos gire encerrándola entre mi cuerpo y la pared. Separé sus piernas, hice a un lado la tela de sus bragas, estuve a punto de empujar cuando ella grito
- ¡Protección! No podemos arriesgarnos -asentí diciéndome internamente que luego ya tendría tiempo de meditar porque rayos no me desagradaba la idea que tuviera un hijo mío cuando estaba más que seguro que sería el desencadenante de una guerra. Una vez ya puesto el condón, tome su cintura levantándola en el aire y ella hábilmente rodeo mi cadera con sus tonificadas piernas y sus brazos mi cuello - Octavio quiero…- balbuceo sobre mi boca.
- Dime-pedí mientras jugaba moviendo la punta de mi adolorido miembro en su entrada. Tentándola y haciéndole entender que teníamos algo bueno cuando estábamos juntos.
- ¡Te quiero dentro de mí ya! - grito desesperada y eso hice.
Me deslice dentro de ella como si de un guante se tratara. Ajustado y calzando perfecto. Mis ojos estaban fijos en su rostro admirando sus gestos. Como sus ojos se ponían en blanco cada vez que me retiraba y volvía a entrar con más fuerza. Su boca se abría para dejar escapar esos gemidos agudos que me ponían cada vez más loco. La presión en mis hombros aumentó un segundo antes que sus caderas se balancearan encontrándose con mis embestidas. Si seguía así no iba a durar mucho. Decidido a que fuera Emily quien se viniera primero, dos de mis dedos comenzaron movimientos circulares y algo tortuosos en su clítoris.
- Aaaaaaah - grito Emily aferrándose con más fuerza a mis hombros a la vez que repartía besos en mi cuello y mentón. ¡Uní nuestras bocas ahogando sus gritos - Octavio… Oh dios! - chillo volviendo a besarme antes de apoyar la cabeza contra la pared y gritar mientras su cuerpo entero convulsionaba llegando al punto máximo de placer. Sin dejar de envestir con dureza gruñí su nombre uniéndome a ella.
[…]
- ¿Qué quieres que te regale para tu cumpleaños? - pregunte a la vez que mis dedos viajaban por su espalda desnuda. Emily sonrió y fingió pensarlo unos segundo antes de encogerse de hombros.
- Necesito un nuevo diario- la vi mirarme de reojo y una sensación extraña se instaló en mi pecho
- Hecho
- Igual, hoy es el tuyo. ¿Tienes algún plan hecho?
- Además de tenerte por otra hora más para mí solo, nada que me interese.
- Octavio…- suspira.
- No sabes lo que te extrañe-admití atrayéndola hasta que su espalda chocara con mi pecho. - ¿Qué paso?
Ni hace falta aclarar de que estaba hablando. Ella lo entendió
- Sabes lo que pasó- señalo, pero no admito esa respuesta. Nos giró de manera que ella quede encerrada bajo mi cuerpo
- No. Te alejaste antes de saber del embarazo. Algo tuvo que suceder, estábamos bien. – presioné. Navegué en la profundidad de sus ojos, viendo claramente la duda y el enojo.
- No puedo- intento esquivarme no obstante no lo iba a tener fácil. Tomo su mentón obligándola a que me mire
- ¿Qué no podes? - insistí- nunca nos mentimos…
- No me vengas con eso justamente tu-sonríe besando mis labios castamente. Suspira finalmente agregando - me aleje porque me estaba acostumbrando a tenerte cerca y no es bueno…
No respondo porque sinceramente no sé qué decirle. Si lo que en verdad pienso o lo que merece escuchar. En estos momentos era cuando no estaba seguro de como seguiría esto. Yo ya me había acostumbrado a tenerla cerca, me preocupaba por ella. Seguí haciéndole mimos dejándola descansar. No la alteraría. Podía fingir que no me mataba por dentro saber que estaba con alguien más. Acepto verme ¿no? Aprovecharía cada momento que tuviera con ella.
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Encadenado a Ella© (Serie Encadenados : LIBRO I)
RomanceHay ocasiones en el que el primer amor no suele ser el amor de nuestra vida, ocasiones en las que necesitamos algo que nos motive a vivir, que nos haga sentir realmente con vida... quizás alguien nuevo. Octavio Frazer es un hombre apuesto, maduro...