CAPÍTULO 9

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- Emily - no sabía que había estado conteniendo la respiración hasta que hable. Su nombre salió de mis labios como si fuera la primera vez que lo dijera y estuviera saboreándolo. Me aleje un poco de una enojada Greta antes de volver a hablar - ¿Dónde estás? Te fuiste dejándome para lidiar con todo. Nunca respondiste ni un mensaje para decirme si estabas bien o si necesitábamos algo.
- Lo sé, y lo siento Octavio. No pensé en nadie más que en mí y no soy así.
- Entiendo tu decisión de terminar todo, pero podrías haber pensado en Vic o las nenas.
- Lo sé y por eso volví.
- ¿Para quedarte? - se podía oír la esperanza en mi voz y
- No - balbuceo antes de aclararse la garganta Estoy de Belén. ¿Podemos vernos mañana? Quiero que hablemos en persona antes de que me aparezca por casa… para que no sea incómodo.
- ¿Quieres que nos veamos temprano en nuestro parque? - insinué pensando que podríamos correr un poco juntos.
- Claro - una risa escapo haciéndome sonreír con la idea de volver a verla- Ahora dame con mi sobrina antes de que empiece una huelga de hambre.

2040

- Recuerdo eso - agrega Greta con una minúscula sonrisa.
- ¿Cuántos años tenías?
- Cinco y medio creo- hace una mueca- no recuerdo la última vez que dije así mi edad- negó riendo- siempre quise crecer rápido.
- ¿Y ahora?
- Daría lo que fuera para volver a tener cinco años de nuevo. Era más fácil todo. Pero la vida es así. Me acuerdo que sentí que hace años que no hablaba con la tía Emily y la volví loca queriéndole contar todo lo que había sucedido. Ella solo se reía, me escuchaba…- el rostro de Greta se tensa en shock al recordar algo más.
- ¿Qué pasa G? – Helena la mira.
- Nada, solo que extraño esa época.
- ¿Pudiste hablar con la tía a la mañana siguiente? – asiento mirando a Frida.
- Discutimos, lloramos, nos besamos y después me tiro la bomba. Agradecí haber quedado lejos de casa.
- ¿Por?
- Porque Emily me destrozó.

Septiembre 2014

Camine y camine, hasta que esos vagos pasos se volvieron en una carrera contra la realidad, en la que trataba de agotarme para pensar solamente en llevar aire a mis pulmones y no en lo que ella me había pedido hace media hora. Es que no podía aceptarlo. Sabía que esto algún día podía llegar a suceder, pero ¿una despedida real para nunca más verla? ¿Enserio cree que luego de todo lo que pasamos podría hacerlo con ella y despedirme, olvidarme de todo y seguir con mi vida como si nada? Esta muy equivocada si piensa eso. Luego de no haberla visto por meses, no podría tener sexo una única y última vez y luego permitir que volviera a desaparecer, pero esta vez definitivamente
Con la respiración agitada, el cuerpo encorvado y mis manos apoyadas en mis rodillas me detuve. No podía estar todo el día huyendo.
El teléfono comenzó a sonar en mi bolsillo trasero. Numero privado
- Hola - fue lo único que pude contestar antes de que me respondiera
- Soy yo - su voz. Se la escuchaba diferente desde anoche, más agitada. Esta enojada - ¿Dónde diablos estas?
- ¿Qué paso?
- Paso que tu querida mujer... - la interrumpí
- Emily no empieces con tu sarcasmo
- ¡No es sarcasmo! estoy en el hospital con Frida. Vuela de fiebre, Victoria no esta y no puedo ir a buscar a Greta.
- Yo me encargo de Greta. - conteste rápidamente. Mire a ambos lados de la calle antes de correr y subirme a mi auto.
- No vengas al hospital con ella, si es algo grave te avisaré
- Por favor y gracias- pude sentir su duda, su malestar, su incomodidad
- Es mi sobrina Octavio. – colgó
- Pero a veces te comportas como lo tendría que hacer la madre. -gruñí al tiempo que encendía el auto.
Conecte el manos libres y comencé a llamar como loco a Victoria
- ¿Ho…hola?
- ¿Victoria donde estas?
- ¿Paso algo importante? estoy ocupada amor
- Te hice una maldita pregunta. Si hoy es tu día de franco porque no estabas con Frida.
- ¿Qué le paso? -pregunto más recompuesta
- Tu hermana la llevo al hospital.  Ve directo para la casa Victoria cuando termines de hacer lo que sea que estés haciendo. - colgué sin esperar a que respondiera.
Su "ir directo para la casa" fue tres horas después. Cuando Emily ya había regresado con mi hija y no habíamos podido hablar nada. Frida necesitaba un baño para quitarse el olor a hospital y Greta se había querido unir a su hermana.
Bajaba las escaleras cuando oí otra discusión de las hermanas Behr. Hacía tiempo que no ocurría y no podía decir si era algo que extrañaba que sucediera.
- ¡No te metas en mi vida! - se quejó Victoria
- Me meto porque esta también es mi casa, aunque me haya mudado. ¿Te parece una linda imagen de ver encontrarte a tu pequeña sobrina delirando de fiebre? Federica es la chica de la limpieza, no tu niñera por si no lo sabias. La mujer estaba jugando con el celular.
- ¿No podías llamarme a mí en vez de a Octavio?
- ¿Revisaste tu teléfono? 15 llamadas perdidas de mi número debes tener registrado. Si andas de fiesta recuerda que tienes dos hijas...
- ¡Basta! - grite para que me escucharan - ¿Pueden terminar de discutir como niñas pequeñas?
- A mí ni se te ocurra gritarme...- Emily centro la mirada en mí, sus pupilas estaban dilatadas del enojo que estaba manejando- No soy tu mujercita para tener que soportarte
- Victoria ¿Puedes ir a ver a tus hijas?  que no paran de preguntar por ti desde que llegamos- exigí sin dejar de mirarla. Asintió obedeciendo de mala gana. Sabía que estaba furioso, que me estaba controlando hasta que estuviéramos a solas
Una vez solos me acerque a ella.

Encadenado a Ella© (Serie Encadenados : LIBRO I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora