EPÍLOGO

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HELENA

- Necesito aire... - murmuro dando un paso atrás alejándome de papá.

Mi mamá fue asesinada. Por mi tía.

Todavía me costaba creerlo.

Caminé o corrí hacia la puerta, no se bien porque en dos zancadas estaba fuera. La brisa matutina golpeando mi rostro. Escuche a mi familia gritar mi nombre, pero los ignore.

Me deslizo dentro del auto y una vez segura, con cinturón de seguridad abrochado y puertas aseguradas por las dudas, marco el número de Aria. Responde al instante.

- Sabía que te despertarías temprano.

- No dormí y no estoy bien.

Puedo sentir ruido de fondo, un gruñido y algo romperse antes de responder.

- ¿Qué paso? – pregunta con algo de precaución en su voz.

- No-no se ni por dónde empezar – me quedo callada intentando ordenar mis pensamientos y parece que estoy tardando bastante en responder porque Aria me grita.

- ¡Helena di algo! ¿Dónde estás? ¿Necesitas que haga algo?

- Necesito... - una idea se materializa en mi mente – que busques algo rápido por mí. Y lo necesito para ayer.

Aria Blunt era mi mejor amiga y una extensión de esta familia, una hermana más para mi y mis hermanas. Había entrado conmigo a la academia antes de que la expulsaran por "entrar sin permiso" el sistema. Ella alegaba que no era su culpa que tuvieran un software tan fácilmente violable, cibernéticamente hablando, obvio.

Era una genio que adoraba pasar por estúpida. Podía interpretar a la perfección el papel de rubia tonta y luego recitarte un verso de algún papiro antiguo. La apariencia le era de gran ayuda. Cabello lacio y dorado con ojos grises y un cuerpo de infarto por tanto entretenimiento a la que le obligaba a acompañarme.

- Estoy en mi lugar. ¿Qué quieres que...? – la interrumpo prendiendo el auto.

- La tumba de Emily Behr.

La línea queda en silencio

- Puedo preguntarle a mamá, pero no entiendo.

Niego

- No. Hará preguntas que en este momento no puedo responder – respire – tengo tanto que contarte – lamento

- ¿Dónde estás?

- Arrancando el auto. Prepárate, paso a buscarte.

- De acuerdo, mientras me visto voy preparando café.

Una risa amarga escapa de mis labios.

Aria era una fanática y adicta a la cafeína. No empezaba el día sin al menos dos tazas cargadas.

No pasan ni dos minutos cuando me llega un mensaje. Por suerte, me toca un semáforo en rojo y me detengo para leerlo.

Aria: Lo tengo. Ve directo, te encuentro allá en diez.

Nos encontramos en la puerta del cementerio.

Apenas me ve me tiende un vaso térmico con café humeante. El aroma me estabiliza un poco.

- Vas a explicarme porque estamos tan temprano yendo a la tumba de tía Emily ¿o no?

- Mi mamá

Su mano encontró mi antebrazo deteniéndome

- ¿Qué?

- Eso. Emily es mi mamá. Victoria la mató el día que se iba a casar y luego se pego un tiro en la cabeza. Tuvimos una larga noche donde papá decidió que era un momento acorde narrarme como toda mi vida fue una gran mentira.

Encadenado a Ella© (Serie Encadenados : LIBRO I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora