PREPAREN LOS PAÑUELOS!
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19 de febrero de 2020
Madrugada
Había logrado convencerla para pasar por un juzgado de paz y casarnos antes de mañana. Necesitaba que fuera mía de todas las formas posibles.
Y eso hicimos ayer, con total hermetismo nos casamos de manera legal y dentro de unas horas frente a nuestros íntimos y pocos seres queridos consolidaríamos nuestra unión religiosa.
- Cuando se enteren van a matarnos. Más Belén que cualquier otro.
- No me importa
- No puedo creer estar casada. Siempre pensé que no era algo para mí.
- Emily no era algo para ti si no lo hacías conmigo. – la veo poner los ojos en blanco
- No seas egocéntrico.
- Admite que te encanta la idea de que estemos casados. – insistí presionando en esa zona entre sus costillas donde era super sensible a las cosquillas.
- ¡No Octavio! – golpeo mi pecho alejándome. Ambos sonreímos y la atraigo más cerca. Mi erección rozando el hueso de su cadera.
Ella obviamente la nota y una mirada perversa aparece en sus ojos.
- ¿De nuevo?
Una vez que Helena se durmió aprovechamos el tiempo. Dos veces y contando.
- Te tengo desnuda en una cama. Siempre estoy listo
El cabello de Emily era un desastre, despeinado y con mechones en todas direcciones, pero era la mirada satisfecha y feliz en su rostro que me hacía saltar un latido. Se acomodo quedando sobre mí. La luz del techo creaba una aureola alrededor de ella que me dejo por un momento pasmado
Era hermosa y era mía.
Ella me hacía feliz.
Ella era esa tranquilidad que hacía mucho no sentía, era mi paz en medio de tanto caos diario.
Su sonrisa se vuelve juguetona al escucharme gruñir cuando balancea sus caderas sobre mi dura y dolorida erección. Cubro su coño húmedo con mi mano
- ¿Decidiste si vas a cambiar tu apellido a Frazer? – pregunte mientras introducía dos dedos y puedo sentir como se contrae.
- Nunca y será mejor que reemplaces tus dedos por tu polla.
- ¿Segura? – ronroneo
- Siempre seré una Behr – gruñe antes de gemir suavemente cuando presiono su punto g – Me case contigo – declara echando la cabeza - ¿no es suficiente con ser tu esposa? – balbucea entre gemidos.
Mis instintos posesivos se disparan cuando oigo que se refiere a si misma como mi mujer. Nos rodeó quedando sobre ella, empujo sus piernas abriéndolas más y acomodándome entre ellas.
Sus ojos color gris humo arden de deseo mientras arrastro mi polla por su clítoris. Mis dientes se cierran sobre su labio inferior intentando ahogar sus gemidos, sus caderas levantándose buscando introducirme en ella.
- Por favor – ruega
- ¿Qué quieres?
- Te quiero a ti, a ti dentro de mi – exhala
Con mis manos en la curva de su cadera me empujo hacía su calidez, hundiéndome hasta el fondo.
- ¡Oh Dios! – grita echando la cabeza hacía atrás. Una risa baja escapa de mis labios
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Encadenado a Ella© (Serie Encadenados : LIBRO I)
RomanceHay ocasiones en el que el primer amor no suele ser el amor de nuestra vida, ocasiones en las que necesitamos algo que nos motive a vivir, que nos haga sentir realmente con vida... quizás alguien nuevo. Octavio Frazer es un hombre apuesto, maduro...