Sebastián estrechó la mano al eminente hombre de barba corta al tiempo que le brindaba una sonrisa diplomática que adoptaba, como le era usual, en las negociaciones.
―Sebastián Palaez ―se presentó―. Esta es mi hermana, Sofía.
La aludida lo saludó con la cabeza, así como lo hizo el eminente.
―Lucio de la Garza, un placer ―soltó el apretón y aferró con ambas manos la carpeta de cuero―. ¿Me permite ver el contrato?
―Por supuesto. ―Sebastián le extendió los documentos―. ¿Cuánto tomará el subir la mercancía a la nave?
―Mi buen señor, primero los documentos. No le puedo facilitar la mercancía hasta cerciorarme de que es a usted a quien debo hacer la entrega.
―Comprendo ―Sebastián asintió―. ¿Tardará en revisar el contrato?
Lucio lo observó por encima de las gafas, haciéndole notar los ojos verdes de manantial.
―Me inquietan sus preguntas, don Sebastián.
―Espero no estar dándole una impresión equivocada de mis deseos. Se ha presentado un serio problema con otro de mis barcos y necesito reunirme con las autoridades pertinentes.
Lucio ajustó las gafas al tiempo que movía los papeles. Sofía lo percibió arrogante.
―¿No le parece esto más importante? ―le cuestionó Lucio.
―Temo que ha malinterpretado mis palabras ―le dijo Sebastián. Ambas situaciones ameritan mi atención inmediata, pero quisiera que el día me rindiera para atenderlas a partes iguales.
―¿Entiende que debo darle la contrafirma y autorizar la carga?
―Por supuesto.
―Entonces comprende que debo registrar esta negociación y sellar los permisos.
―Lo comprendo ―enfatizó Sebastián.
―¿Qué tan urgente es su otro asunto? ―indagó Lucio.
Sebastián miró a su hermana. Ella se encogió de hombros, indicándole que era decisión suya contarle o no.
―Necesito levantar una denuncia por cargos de piratería en contra del capitán de mi otro barco ―le contestó él.
Los manantiales del eminente se abrieron, impresionados por la respuesta.
―¿Un barco pirata a nombre de un mercante de la flota? ¡Insólito! ―Sacudió la mano en su dirección―. Vaya, pues, resuelva ese asunto. Preséntese de inmediato ante la Real Compañía de Comercio de La Habana. Si tiene suerte, se encontrará con el almirante Augusto de la Tejeda y podría ayudarle a acelerar el trámite engorroso. ―Sebastián asintió, agradecido―. ¿Qué le parece si le envío los documentos con su hermana? ¿La cree competente para servirle de mensajera?
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El arribo del corsario (Valle de Lagos 1)
Historical Fiction«Valle de Lagos es la cárcel de los aventureros y de las almas que quieren sanar, y dos almas perdidas están a punto de encontrarse.» Primera parte de la bilogía «Valle de Lagos». Lizbeth López, 2021. Portada realizada por @megan_herzart