.Unexpected Question.

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Un par de semanas después. Habitación de Stiles.

El grandioso Derek Hale ya tenía 4 meses de embarazo -con apariencia de 5 1/2- y las cosas...bueno...

— Stiles esto no me queda -se quejo con su típica faceta gruñona, con su torso descubierto, mientras sostenía una camiseta entre sus manos.

Al parecer su estómago había decidido aumentar un par de centímetros durante el anochecer.

El menor no pudo evitar reír internamente, aquello le había traído un enorme flashback.

— Lo siento mucho Miguel, supongo que tendremos que ir a comprar un poco de ropa -respondió con seriedad, midiendo sus palabras para evitar molestarle.

Últimamente Derek estaba muy gruñón, no a un punto grosero, sin embargo lograba asemejarse al viejo Derek y no, no era porque las cosas estuviesen mal entre ambos, simplemente eran sus hormonas y el instinto de su lobo, que sabía que sus crías estaban cerca de salir al mundo y comenzaba a expulsar su lado protector.

— Y que usaré entonces? -preguntó con el mismo rostro.
— No tengo problema con que te quedes así -murmuró, acercándose a este para abrazarle.

El mayor le correspondió y olfateo el dulce aroma de Stiles por un par de segundos y de inmediato se sintió más tranquilo. Bueno, eso hasta qué pasó la mirada por su cuello.

Era un idiota. Uno muy grande.

Lo había olvidado por completo.

— Stiles...-susurró, apartándose ligeramente.
— Si? -imitó su acción, tomando más distancia.
— Yo...nunca te marqué...-confesó y este le observo confundido.

Pero después lo recordó. Los lobos generalmente marcan a sus parejas para reclamarles y fortalecer lazos.

— Es algo malo? -murmuró preocupado.
— Generalmente se hace durante ya sabes...o el apareamiento...y...durante el nacimiento de los cachorros...mi lobo se pondrá algo sensible con quien esta cerca, aunque seas el padre...-explicó.
— Está bien, no hay problema, puedes marcarme esta noche -sugirió más animado.

Llevaban cuatro meses sin acción verdadera más allá de besos caricias y uno que otro toque, porque bueno, el lobo no se había sentido en condiciones y pues Stiles tampoco lo quería presionar, ser un hombre embarazado ya es lo bastante difícil.

La idea sonaba honestamente emocionante.

— Hay un pequeño detalle...-llevó ambas manos a su barriga con nerviosismo- — Somos almas gemelas y si no lo recuerdas Deaton dijo que incluso tu mismo podrías quedar en cinta -le recordó.

Bien.

Stiles corriendo riesgo de quedar embarazado.

— No podremos usar protection verdad? -murmuró con un pequeño temblor.
— Mi...ya sabes...tiene que entrar...tengo que dejar mi esencia dentro tuyo...-respondió.

Su padre lo mataría.

— Bien, correré el riesgo, no puedo apartarme de nuestros cachorros, mucho menos cuando lleguen a este mundo -aceptó.

Derek le dedicó una enorme sonrisa y le abrazó con suavidad, dejando un pequeño beso en su hombro.

— No me importaría tener más cachorros honestamente...por mi tendría cientos, mientras sea a tu lado -confesó con emoción.

Stiles casi deja escapar un par de lágrimas, aquello era muy dulce.

— En caso de que eso pase quiero ser tratado como rey, quiero mayordomos y todo -bromeó, apretándole un poco.
— Claro cariño, te compraré hasta un zoológico si lo deseas -le siguió el juego.

Los dos estaban muy cómodos en aquella posición y de no tener que hacer nada podrían haberse quedado así todo el día, sin embargo tenían que ir con Deaton, para hacer el chequeo mensual.

— Le preguntare a mi padre si tiene una camiseta que pueda prestarte por ahora -medio murmuró, separándose lentamente de este.
— Está bien -aceptó ligeramente sonrojado, tomando asiento en la cama.

Un par de segundos después Stiles salió de su vista y este no pudo evitar suspirar.

Hoy era el gran día, sabrían el sexo de sus cachorros y aunque Derek, Stiles y la manda tenían sus sospechas aún debían confirmarlo. Aunque bueno, realmente estaban algo atrasados, pues desde el mes anterior sus cachorros estaban lo suficientemente desarrollados para ello pero desafortunadamente no se quisieron mostrarse muy bien y el lobo de Derek estaba de muy mal humor, por lo cual tuvieron que dejarlo para la siguiente visita.

No mucho después Stiles volvió a la habitación con una camiseta colorida y ligeramente más grande que las suyas y se la entregó con una sonrisa burlona.

— Es una broma? -murmuró Derek observándole con el ceño fruncido.
— Lo siento...era lo mejor que pude encontrar, papá olvido lavar su ropa, solo tiene uniformes y dudo que quieras usas uno -explicó al borde de la risa.

Derek no tuvo más opción y se la colocó.

No podían llegar tarde.

Y es así como Derek termino con una camiseta llena de colores, dibujos de pescados, anzuelos, cañas y con un letrero enorme en su espalda con la leyenda "Amo pescar".

Veterinaria de Deaton.

Para la alegría de ambos, el sheriff se había unido de último momento y les había acompañado a la veterinaria, donde se encontraban Deaton y Melissa, completamente listos para hacer el famoso chequeo.

— Felicidades chicos, están esperando una preciosa niña y un hermoso niño -soltó Melissa con emoción, pasando aquel extraño aparato sobre la barriga del lobo.

Stiles por poco se desmaya, pero para su suerte su padre le sostuvo y le dio una pequeña palmadita en la espalda, regresándole a la hermosa realidad.

Y entonces observo a Derek, quien le miraba con una enorme sonrisa y un par de lágrimas rodando por sus enrojecidas mejillas y no pudo evitar abrazarle y luego besarle y de nuevo abrazarle y besarle de nuevo.

Estaban tan felices.

No mucho después para su mala suerte el sheriff recibió una llamada importante, así que les felicito, pidió una copia de la ecografía, se disculpó y se despidió a regañadientes, para luego salir con algo de prisa.

— Gracias Stiles -susurró el lobo.
— Esto fue trabajo de los dos honey -respondió con suavidad, apartándose para ver la pantalla- — Derek...mira lo lindos que son -susurró, dejando otro par de lágrimas.
— Cásate conmigo -soltó de golpe, observando lo mismo.
— Espera, Qué? -desvió la mirada hacia este algo confundió y nervioso.
— Te casarías conmigo? -repitió con más calma, ligeramente avergonzado.

Ni Deaton ni Melissa dijeron nada sobre el asunto, solo se observaron entre sí y salieron de la habitación en completo silencio.

— Derek...-susurró.
— Lo siento...se que quizá no es el momento, lo he echo mal...estoy usando una camiseta de pesca, no hay regalos, cena, ni anillo pero mi lobo...-intentó explicar pero el otro negó lentamente.
— Hale, claro que me casare contigo...pero -suspiró, llevando una mano al bolsillo de su chaqueta -que en realidad era la vieja chaqueta de cuero de Derek-, para después sacar una pequeña cajita - — Yo te lo iba a pedir esta noche...te iba a invitar a cenar...hice las reservaciones hace una semana -le sonrió apenado.
— Oh...mier...bien, hagamos como que esto no pasó -le devolvió la sonrisa.
— No, lo siento, está grabado en mi memoria para siempre, pero si te hace sentir mejor...no te mostraré el anillo y aún te lo pediré esta noche -le guiñó un ojo, sonriendo un poco más relajado.

Bien, casi le da un infarto al lobo.

Qué opinan?.

Uh...Dad, I Got My Boyfriend PregnantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora