.Hey Dad.

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Stiles tenía una enorme sonrisa plasmada en su rostro, pero sin embargo su interior era un enorme desastre, pues estaba increíblemente ansioso.

Apenas llevaba media hora en la tienda y Derek ya le había mandado una decena de mensajes e incluso le había llamado una vez, pidiéndole que regrese pronto porque "los cachorros" necesitaban de su presencia con urgencia.

El pobre chico era todo un lío andante, casi parecía estar loco, pues caminaba apresuradamente entre los pasillos, casi resbalándose un par de veces, con su mirada viajando con rapidez entre los productos y estando a nada de chocar con una señora que parecía caminar un metro por hora.

Después de tener todo lo que necesitaba se formó en la fila, la cual no era para nada corta, para su mala suerte Derek seguía insistiendo y su ADHD no ayudaba para nada, ni el enorme hecho de que había tomado adderall al despertar.

Honestamente estaba actuando de una manera tan nerviosa que hasta el guardia de seguridad en la entrada no dejaba de verle con demasiada insistencia.

No tenía muchas opciones.

Así que eligió lo que mejor le salía, mentir.

— Dios...-murmuró, para luego tomar su teléfono y fingir una llamada- — OH POR DIOS! -gritó llamando la atención de la mayoría a su alrededor, en especial la del guardia, quien colocó una mano sobre su arma- — MI ESPOSA ESTÁ APUNTO DE DAR A LUZ! -gritó con emoción,
en un tono que nadie creería que es mentira.

De inmediato todos le observaron con alegría, otros incluso dejaron escapar una que otra felicitación y rieron nerviosamente, mientras que el guardia alejó su mano del arma, a la vez que dejaba escapar un enorme suspiro de tranquilidad.

— Felicidades -dijo una mujer formada frente a él.
— Gracias, solo que...-le observo con tristeza- — Necesito llevar esto con urgencia a casa, realmente no me puedo ir sin esto, tres personas hambrientas me esperan y no pueden llegar aquí por sus propios medios -contó, luciendo como un pobre cachorro bajo la lluvia.
— Oh, entiendo -asintió, para luego hablar con la persona frente a ella.

Y en cuestión de segundos este estaba enfrente de la línea, gracias a su mentira piadosa, había avanzado mínimo 10 lugares, para ser exactos.

Después de pagar con una sonrisa más grande y menos nervios en su interior, salió del lugar y se dirigió hacia su jeep, para luego abrir la puerta del copiloto y comenzar a meter las compras.

Estaba tan orgullo de que su bobo plan trabajase tan bien.

— Así que, tu esposa está apunto de dar a luz -murmuró una voz femenina a sus espaldas.

No podía ser posible.

Sin podérsela creer cerró la puerta de su jeep y se dio la vuelta. De inmediato su sonrisa de felicidad cambió a una ligeramente nerviosa.

— Hey...Cora...es un gusto volverte a
ver...Qué te ha traído por acá? -preguntó incómodo, colocando sus manos sobre el carrito de compras.
— Vine a visitar a mi querido y molesto hermano, pero al parecer no está en el loft, su refrigerador está vacío así que pase por aquí por algo de comida...pero dime, Quién es tu esposa...Lydia?...Malia? -le observo con atención.
— Uh...Derek? -murmuró nervioso, observándole con una expresión extraña.
— Qué? -la chica le observo confundida.
— Esposo...bueno...al menos no aún...quizá pronto, no lo se -despegó una de las manos del carrito y rascó su nuca con nerviosismo.
— Es una broma verdad? -preguntó, ladeando ligeramente la cabeza.
— No...no realmente -respondió, dejando escapar una sonrisa ladina.
— Esto...-sin aviso tomó el carrito y lo apartó.
— Yo realmente tengo que irme Cora...Derek me está esperando para comer y...ya sabes cómo son los lobos hambrientos -susurró, tragando con algo de dificultad.
— No puede ser...-se acercó a este y comenzó a olisquearle sin preocupación- — Definitivamente apestas a mi hermano...hasta que el gran idiota se dio cuenta -murmuró- — Pero...hay algo más -siguió olisqueándole- — Es un aroma suave...delicado, definitivamente no mi hermano -se apartó para observarle con dureza- — Explícate -demandó.
— Bueno...Cora veras...te has perdido de un par de cosas...quizá debas verlo por ti misma, me parece que es lo mejor...-soltó ligeramente tenso.
— Bien, iré por mi auto, Vamos a tu casa? -preguntó y este asintió- — Bien, gusto en verte...cuñadito -murmuró lo último con algo de gracia, para finalmente irse.
...
Al llegar Stiles noto que el sheriff estaba en casa y no pudo evitar dejar escapar un par de insultos, la situación parecía empeorar con rapidez.

Después de estrellar su cabeza con el volante un par de veces se bajó del vehículo y tomó las compras para luego observar a Cora con preocupación.

— Bien -le dijo a Cora- — Mi padre no tiene ni la menor idea de lo que está pasando con Derek, te agradecería si eres discreta, no quiero causar un alboroto, por lo menos no en este momento -le pidió.
— Bien, no hay problema...-acepto, tomando un par de las bolsas para ayudarle.

Con una actitud más relajada ambos chicos entraron a la casa y se dirigieron hacia la cocina, llevándose una gran y enorme sorpresa, tan sorprendente que Stiles casi se desmaya y Cora tuvo que sostenerle discretamente.

Sentados en la mesa estaban nada más y nada menos que el sheriff y Derek, compartiendo un desayuno -ligeramente tarde- bien servido.

— Hey...-saludó Stiles incómodamente, dejando las compras sobre la barra.
— Hola hijo -saludó Noah- — Hola...Cora? -observo a la chica ligeramente inseguro.
— Hola sheriff, hola hermanito -saludó, observando cómo su hermano le observaba en shock.
— Uh...Podría saber que está pasando? -preguntó Stiles, frunciendo ligeramente el ceño.
— Pues...al llegar escuché ruidos raros en el baño de tu habitación y al entrar me encontré con Derek, se veía pálido y no parecía estar pasándola bien, dijo que habías ido a la tienda y yo le ofrecí desayuno...no hay mucho que explicar -contó.
— Y...realmente no te importa que esté aquí? -preguntó, recibiendo una extraña mueca de Derek.
— Hijo, míralo, tenemos nuestros problemas pero honestamente no lo dejaría estar por ahí con este aspecto, sin ofender -confesó.

Afortunadamente Derek estaba usando una camisa ancha y su estómago se ocultaba por completo bajo la mesa, haciendo que fuese imposible que su padre notase algo.

— Gracias...supongo...-murmuró confundido.
— Si me disculpan tengo que irme, tenemos un caso muy difícil y necesitan mi presencia -sin más se levanto y levanto su plato, para luego dejarlo en el fregadero y observar a los presentes- — Nos vemos luego, hay suficiente comida para todos, no la desperdicien y pórtense bien -se despidió, para luego irse.
— Estas bien? -murmuró Stiles, observando al lobo con preocupación.
— Ahora si -le sonrió ligeramente.
— Ahora quiero saber que está pasando -demando Cora.

Perdón por la tardanza, mi inspiración se corto por completo y estuve todo el mes intentando escribir algo bueno y pues este es mi mejor intento.

Espero que les guste.

Qué hará Cora?

Uh...Dad, I Got My Boyfriend PregnantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora