.The Proposal.

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El restaurante era hermoso, se encontraba perfectamente impecable, con hermosas decoraciones, aroma exquisito y muchas familias y parejas felices riendo y pasando un buen momento.

Sin embargo Derek se encontraba ligeramente nervioso, su mano se apretaba a la de Stiles mientras caminaban hacia su mesa, desde hace un par de semanas que no salía a lugares con mucha gente al rededor, pues su barriga era más que obvia.

— Estarás bien Derek, casi no se nota -le tranquilizó, acomodando una silla para que se sentase.

Derek asintió ligeramente y tomó asiento, para luego observar al menor hacer lo mismo en frente suyo.

Lydia le había ayudado a elegir un buen vestuario elegante y de cierta forma había encontrado un saco perfecto que cubría bien su tierna barriga y le hacía parecer como si solo fuese un par de kilos de más acumulados en esa zona, aunque Derek sentía que se veía más como el estómago de un hombre adicto a la bebida, porque si, el resto de su cuerpo seguía en completa forma.

— Te ves muy bien, podría marcarte aquí mismo -se atrevió a decir, en un intento de relajarse.
— Derek...compórtate -murmuró con una sonrisa, observando cómo alguien se acercaba a su mesa.
— Buenas noches caballeros, bienvenidos a Dante's -interrumpió el mesero- — Mi nombre es Luis Muñiz, seré su mesero esta noche -se presento dejando un par de cartas frente a cada uno- — El especial de hoy es el camarón a la diabla con pasta Alfredo para dos personas -agregó amablemente- — Puedo traerles algo de beber? -preguntó, tomando una pequeña libreta de su delantal.
— Limonada rosa por favor -respondió Stiles.
— Té de durazno -dijo el lobo, frunciendo ligeramente el ceño y dejando escapar un pequeño gruñido.

Su lobo se sintió algo celoso.

El mesero se retiró con una pequeña sonrisa y el menor no pudo evitar hablar sobre aquello.

— Sourwolf, Realmente estás celoso del mesero? -preguntó con suavidad.
— Lo...lo siento...-susurró.
— Derek, no, no lo sientas, esta bien, solo...solo relájate, sabes que te amo y mucho -le recordó, sonriéndole con dulzura.
— También te amo -murmuró apenado, tomando el menú entre sus manos, para distraerse.
— Pide lo que quieras, Peter es nuestro patrocinador -confesó con diversión.

Un par de minutos después el mesero volvió con las bebidas de ambos, un bowl de frituras y un par de salsas.

— Están listos para ordenar? -preguntó al mayor, volviendo a tomar aquella pequeñita libreta.
— Quiero el especial de hoy, jalapeños rellenos, lasaña, enchiladas suizas y un plato de ensalada, todo junto -respondió el lobo.
— Quieren que traiga platos extra para que puedan servirse? -soltó algo confundido.
— No, todo es para mi, mi acompáñate pedirá otra cosa -respondió con seriedad.

El mesero le observo extrañado por un segundo, pensando que quizá era solo una broma, pero después de no recibir algún otro comentario se decidió por observar  al menor.

— Pollo a la plancha con pasta Alfredo, por favor -dijo con simpleza, sonriendo nerviosamente.
— Muy bien, volveré en un par de minutos con sus órdenes -respondió, aún sin poder creer lo que había pasado.

Y un poco más de 15 minutos después el mesero regreso...acompañado de otras tres personas y acomodaron la comida de la mejor forma que pudieron sobre la mesa.

— Te molesta si te robo un poco? -murmuró Stiles, señalando los camarones.
— Adelante cariño -contestó con una sonrisa, para después comenzar a devorar la lasaña.

Una hora y media después la mesa se encontraba casi vacía, si, casi, pues se habían decidido por pedir postre.

Derek porque tenía un enorme antojo de helado y el pobre de Stiles porque quería aplazar un poco la propuesta, pues se sentía ligeramente aterrado. Y si prácticamente ya estaban comprometidos, pero bueno, proponerse delante de medio mundo...era algo nuevo, más porque tenía un gran discurso, que había practicado día y noche por una semana, pero de último momento había decidido abandonar su memoria.

— Muy bien -murmuró, dejando escapar un suspiro pesado.
— Es hora? -susurró el lobo, tomando el último bocado de su postre.
— Es hora -respondió nerviosamente, para después ponerse de pie y pararse frente a este.

El lobo pudo escuchar como el corazón del humano comenzó a acelerarse con demasiada fuerza y por un segundo temió que este estuviese a punto de tener un ataque de ansiedad, pero el menor de inmediato le tranquilizó con una apenada sonrisa.

— Derek Hale, mi Sourwolf, mi lobito sensible -comenzó, sonrojándose ligeramente- — Tenía un gran y conmovedor discurso para esta noche pero...bueno...soy un idiota y por la emoción lo he olvidado por completo -confesó, dejando escapar una pequeña risita- — Pero ahora que estoy aquí parado frente a ti, he recordado que realmente no hay palabras para describir todo lo que siento al estar contigo, eres mi alma gemela, mi ancla, te amo tanto que duele -inhalo con fuerza, inflado ligeramente su pecho- — Estoy orgulloso de lo que hemos logrado juntos...de la familia que estamos formando y realmente no puedo esperar por lo que viene, no puedo esperar para pasar el resto de mi vida junto a ti -y sin más se arrodilló y tomó aquella cajita de terciopelo- — Derek Hale, Quieres casarte conmigo? -finalmente preguntó, abriéndola y dejando a la vista el anillo.

El anillo era precioso, de color negro con un par de piedras azules adornándole, sin embargo Derek ni siquiera lo observo, solo se dedicó a observar el rostro de su amado.

— Si -respondió con emoción, asintiendo efusivamente, para después lanzarse al chico y abrazarle.

La escena era extraña pero hermosa, ambos hombres arrodillados en en el suelo, mucha gente aplaudiendo y alguna canción melosa de Ed Sheeran en el fondo.

La gente aplaudió con más fuerza, el volumen de la música incremento y todo era tan perfecto.




Hasta que se escuchó un fuerte disparo.

Los gritos y aplausos de emoción se intercambiaron por gritos de horror y cosas cayendo al suelo.

Oh no.

Qué pasará ahora?.

Uh...Dad, I Got My Boyfriend PregnantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora