.Pups.

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Los pequeños Jayleen y Jason Hale Stilinski llegaron al mundo en un perfecto día soleado y con el mal humor de Derek como mayor complicación, en parte por la parte defensiva de su lobo y porque hace un par de horas se encontraba en su luna de miel.

Oh. Otra pequeña complicación fue el llanto de un increíblemente sensible Stiles, quien quizá había aumentado una talla en pantalones.

La recuperación de Derek no tardó más de un par de horas y el pobre de Stiles también lloro por ello, pues obviamente no sería igual de fácil para él.

— Te odio -murmuró Stiles, sintiendo cómo Derek le abrazaba por la espalda.

El humano se encontraba lavando la misma cuchara por casi 15 minutos mientras que Derek preparaba la cena junto a un par de miembros de la manada, intentando darle su espacio, sin embargo al final tuvo que intervenir.

— Te amo -murmuró apartando la cuchara, para después besar su cuello con delicadeza, obteniendo una sonrisa del menor- — Estas listo para la cena? Todos te están esperando -susurró suavemente.
— Estoy algo nervioso, estoy seguro de que mi padre va a enloquecer -respondió, estriando ligeramente una pulsera en su muñeca derecha.
— Todo saldrá bien, sabes cuanto ama a los cachorros -le animó, dándole un pequeño apretón, para después colocar su mano sobre el vientre de este con extremado cuidado.
— Tienes razón -respondió, colocando sus manos sobre las de este.

Después de un corto y delicado beso ambos caminaron hacia el comedor, encontrándose con sus cachorros siendo acunados por los brazos de Noah y Melissa y el pobre Stiles casi se hecha a llorar a mares, sin embargo se limitó a sonreír, pues todos le observaban.

— Y bien, Qué estamos celebrando? -preguntó Scott con entusiasmo, observando cómo ambos chicos tomaban asiento en la enorme mesa.
— Muchas cosas la verdad -dijo Derek- — En primer lugar la llegada de los cachorros, hoy es oficialmente su primera semana con nosotros -contó, recibiendo un par de aplausos y respuestas alegres- — También queríamos celebrar a la maravillosa manada que tenemos, especialmente al mejor abuelo del mundo, Noah, quien no dudó en ayudarnos con el tenebroso mundo que es la paternidad y Melissa quien resolvió mil dudas que surgieron en el gran transcurso de una hora -confesó, recibiendo un par de risas.
— Gracias de verdad chicos -agregó Stiles ligeramente nervioso- — Algo más que estamos celebrando es que la manada sigue en proceso de expandirse -soltó, dejando escapar una enorme sonrisa.

Casi por inercia todas las miradas pararon en Derek, quien solo pudo sonreír ligeramente incómodo cuando los lobos comenzaron a olfatearle y a usar sus súper sentidos auditivos en busca de algún sonido especial.

— Es seguro para Derek? -preguntó Noah- —Digo, hace apenas una semana que tuvieron cachorros...un minuto...Es incluso posible? -murmuró, colocándose ligeramente pálido, comenzando a pensar en las posibilidades.
— No puedo sentir nada -soltó Scott, tomando al bebé del agarre de Noah, quien parecía algo perdido- —Se refieren a algún omega? -les observo confundido.
— No realmente, ya tiene manada -respondió Stiles con una enorme sonrisa, tomando la pulsera de su muñeca para luego colocarla sobre la mesa.

Y entonces casi todos comprendieron lo que quería decir tan pronto aquella pulsera se alejó de su piel.

Fue casi como si este hubiese encendido una gigante vela aromática.

— Dios mío -susurró el sheriff comprendiendo el asunto- — Stiles...tú -murmuró y su hijo asintió con un par de lágrimas de alegría.

En un par de segundos ambos hombres se encontraban de pie, abrazándose con demasiada felicidad.

El lobo y el humano se habían decidido por ocultar el embarazo de Stiles por un tiempo, principalmente por motivos de los riesgos que implicaban con Stiles siendo humano, uno de ellos la pérdida temprana del cachorro, también porque querían disfrutar de ello solamente entre ellos por un tiempo como lo habían hecho anteriormente y gracias a Deaton lo habían logrado.

Derek no pudo evitar soltar una pequeña risa, hace no mucho el sheriff había pensando en asesinarle por solo pensar en la idea de haber dejado a su hijo embarazado y ahora se encontraba ahí, abrazado a Stiles mientras ambos lloraban como si estuvieran en una novela mexicana.

— Si seguimos así tendremos el doble de manada para fin de temporada -bromeó Peter, palmeando ligeramente la espalda de su sobrino.
— No es una mala idea -sonrió ligeramente de lado.

Ahora que no estaba lleno de hormonas se podía decir que podía soportarle un poco más. Solo un poco. Su lobo aún se negaba a dejarle tocar a sus cachorros, o al recientemente embarazado Stiles.

— Ahora lo entiendo -murmuró- — Es por eso que me lanzaste lejos de Stiles aquel día, yo solo quería preguntarle algo y apareciste gruñendo y en segundos estaba del otro lado de la sala...estás entrando en tu etapa de lobo celoso y defensor -señalo con una sonrisa burlona.
— Eso y porque no te soporto -confesó encogiéndose de hombros, para después ponerse die pie, observando cómo su suegro cambiaba hacia él.
— Felicidades hijo, realmente te deseo mucha suerte, la vas a necesitar -le abrazo con fuerza.
— A que se refiere? -preguntó burlonamente.
— Soportar a un Stiles embarazado...hombre...es difícil cuando está en un estado normal, ahora imagínalo, lleno de hormonas y con hambre y náuseas todo el tiempo -bromeó.

La sonrisa de Derek disminuyó por un segundo para después volverse a expandir en toda su totalidad.

— Estoy seguro de que sobreviviré -respondió alegremente, observando de reojo como el menor danzaba graciosamente con alguno de los cachorros entre sus brazos.

Fin.

Final medio pata, pero realmente quería terminar con algo bonito haha.

Uh...Dad, I Got My Boyfriend PregnantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora