.Bite.

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Un par de días después.

Todo parecía ir tranquilo, lo cual realmente era muy aliviador para todos. Las cosas ya habían vuelto un poco más a la normalidad, a excepción de que ahora el sheriff pasaba trabajando más tiempo en casa y Argent les visitaba cada noche, pues no podían bajar la guardia tan pronto y honestamente la única razón por la que habían hecho los cambios era por Derek. Su lobo comenzaba a apartar a todo aquel que no fuese parte de su familia, haciendo un par de excepciones con Scott, Melissa y Deaton. Pronto solo aceptaría a los últimos dos y a Stiles, a quien definitivamente necesitaba marcar para asegurarse de que su lobo no fuese un idiota en el momento más importante de sus vidas.

Afortunadamente o desafortunadamente hoy fue uno de "esos" días. Derek despertó sintiendo un increíble deseo por su querido y adorable prometido, quien despertó gracias a la mano del mayor, la cual se había introducido a la parte delantera de sus bóxers para acariciarle con lentitud.

— Estamos solos? -susurró, mordiendo ligeramente su labio, intentando girarse en vano, pues Derek le mantenía en posición de "cuchara".
— Definitivamente -respondió pegando sus labios a la punta de la oreja del humano, apretando suavemente la piel bajo su mano.
— Joder Derek, realmente extrañaba esto -susurró, introduciendo su mano para tomar la de Derek y apretarla.

Y el punto de quiebre de Derek llego. El menor ni siquiera lo vio venir. En segundos el mayor se encontraba sobre este, justo entre sus piernas, simulando pequeñas envestidas que definitivamente le volvían loco.

Bien. No haber tenido relaciones en tanto tiempo definitivamente sería algo...si.

— Recuerda que debemos tener cuidado -susurró Stiles, para luego ser tomado en un feroz beso que le cortó la respiración.

En este caso Derek tenía dos enormes desventajas. La primera es que el embarazo le hacía sentir como si estuviese en alguna clase de celo, lo que en idioma lobo significaba hacerlo literalmente como un animal (aún más porque su pareja aún no está marcada) y la segunda desventaja es que tiene que ser cuidadoso o podría terminar lastimándose a el mismo o peor, a sus cachorros.

— Lo seré, lo prometo -murmuró suavemente, dejando un suave beso sobre su cuello.

Para suerte de ambos lo único que les separaba era la ropa interior, la cual no tardo en trasladarse hacia alguna parte del suelo de la habitación.

Los besos seguían, las caricias incrementaban, la habitación estaba envuelta en un fuego imaginario...pero de la nada Derek se detuvo y observo al menor detenidamente.

— Tienes que saber algo...-le observo nerviosamente, quedándose sin palabras.
— Se lo del nudo, esta bien -respondió el contrario con simpleza.

Y entonces Derek volvió a lo suyo, envolviendo su mano sobre ambos miembros, comenzando un movimiento increíblemente placentero de arriba a abajo, ganándose un par de gemidos del contrario, que al final terminaron muriendo sobre su boca.

Su piel comenzaba a arder y su lobo luchaba por tomar control, necesitaba reclamarlo pronto.

— Jo...der -soltó Stiles, rasguñando ligeramente la espalda del mayor.

Y en ese punto su poco control se perdió por completo.

Sin saber como, una pequeña botella de lubricante apareció en su mano y la esparció sin ningún cuidado sobre ambos.

Generalmente no necesitaban mucha preparación, un poco de saliva y los dones de Derek podían ser suficientes, sin embargo estos últimos no podían ser usados por la seguridad de sus cachorros.

Derek fue lo suficientemente delicado, introduciendo sus dedos con suavidad, mientras que su boca no se separaba de Stiles. El humano realmente amaba que Derek siempre se preocupaba por su bienestar y jamás dejaba que sintiese alguna clase de dolor.

No pasó mucho tiempo cuando Stiles ya estaba completamente listo y los dedos de Derek fueron intercambiados por algo mucho mejor, mientras las piernas del humano se enroscaban sobre el lobo.

Al principio fue ligeramente incómodo, pues hace mucho tiempo que no hacían aquello, sin embargo la experiencia no tardó en mejorar. El mayor se empujó ligeramente, mientras su boca dejaba una pequeña mordida entre el cuello y el hombro del menor, eligiendo ese punto para dejar su marca más tarde.

— Derek -gimió el menor, pegándose un poco más al cuerpo de este.
— Mío, todo mío -respondió, con la voz tres veces más grave, comenzando a moverse con suavidad, causando un cosquilleo en el estómago del humano.

Sintiendo un fuego incontrolable en su interior, Stiles tomó el rostro del lobo y le besó desordenadamente, dejando una que otra mordida sobre sus labios.

En segundos la habitación terminó llena de aromas, gemidos y una que otra mala palabra, realmente extrañaban tener esa clase de contacto íntimo. Claramente ambos tenían a los cachorros en mente todo el tiempo, definitivamente no harían algo que pudiese lastimarlos, por lo cual no internarían ninguna clase de posición exótica ni usarían fuerza de más, además de que bueno, Derek no es poseedor de la misma resistencia que antes.

Ambos se perdieron en el otro, disfrutando de cada pequeño detalle, sintiéndose en las nubes y perdiendo por completo la noción del tiempo.

Posiblemente -o posiblemente no- pasó casi media hora cuando Derek por fin soltó una frase cuerda.

— Estas listo? -preguntó el lobo, empujándose suavemente.
— Definitivamente -susurró con una sonrisa, ladeando su cuello ligeramente.

Y entonces Derek llevo su boca al cuello de este, dejando un par de besos y ligeros mordiscos, para luego finalmente detenerse en aquel punto perfecto. En menos de un segundo los colmillos de Derek salieron a la luz y se posaron sobre la piel del menor, para después hundirse con suavidad sobre la piel de este.

Aquello dolía como el infierno, pero hablamos de Stiles, uno de los chicos más fuertes de Beacon Hills, quien ni siquiera gritó, solo soltó un pequeño gemido y cerró los ojos con fuerza, mientras Derek aún seguía empujándose ligeramente dentro de este, intentando distráele un poco de aquello.

Y entonces lo sintió, su interior se llenó de aquel líquido caliente, escapando en grandes proporciones, logrando manchar ligeramente parte de sus muslos, seguido de una presión extraña que comenzó a crecer dentro de si, aquello se sentía tan bien que no tardó en seguir los pasos de Derek.

No mucho después los colmillos del lobo se retrajeron y este se dedicó a limpiar la herida con su lengua, repasándola una y otra vez, logrando detener el sangrado en poco tiempo.

Lamento que no sea lo mejor, haha, hace mucho mucho mucho tiempo que no escribo esto y estoy en estado de oxidación lol.

Por cierto, estamos a 1-3 capítulos del final.

Uh...Dad, I Got My Boyfriend PregnantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora