.Heartbeat.

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Stiles casi pierde la conciencia.

— La posibilidad...la posibilidad era una en medio millón -respondió el veterinario completamente asombrado, sin poder creer lo que estaba viendo.

Inevitablemente Derek le observo completamente inexpresivo, a pesar de verlo no podía creer que eso le estaba ocurriendo a él.

El lobo se encontraba recostado en la mesa metálica del veterinario, sin camiseta y con un extraño gel en su abdomen, mientras que el mayor pasaba un pequeño aparato sobre el y observaba con demasiada atención una pantalla a su lado.

— Eso...eso...eso -tartamudeo Stiles, tambaleándose un poco.
— Es un bebé Stiles -respondió ligeramente burlón- — Tiene aproximadamente 4 semanas, pero como Derek es un lobo el proceso se acelera ligeramente...en este momento tiene el tamaño de un feto común de 7 semanas y...oh vaya...-susurró, llevando su mano libre hacia su nuca para rascarla nerviosamente.
— Qué...qué sucede? Hay algo mal? -murmuró Derek, ligeramente perdido, pero preocupado.
— He encontrado otro saco...chicos esto...esto si es uno en un millón -medio explicó, completamente sorprendido.
— Qué quieres decir con otro saco? -murmuró de nuevo.
— Derek -soltó Stiles llámando su atención.
Sin poderlo evitar los ojos de Stiles quedaron pegados a la pantalla, el ultrasonido era muy claro, dos enormes manchas negras y en el centro de ambas una mancha blanca mucho más pequeña.

— Son...son dos -susurró, comenzando a sentir sus piernas como gelatina- — Tranquilo Stiles -se dijo, sintiendo como comenzaba a respirar con dificultad.

Y en dos segundos el pobre chico entró en un ataque de ansiedad.

Stiles daba vueltas por todos lados, respirado casi como si tuviese sufriendo un ataque de asma e ignorando los llamados de Deaton, quien no dejaba de pedirle que se relajara un poco, o algo podría pasarle.

Mientras que Derek parecía estar en otro universo, pues aún seguía en estado de shock en su lugar, asimilado toda aquella nueva e impactante información.

Era un hombre embarazado y tendría dos cachorros. Dos nuevos Hale.
Increíblemente aterrador pero...sin embargo era algo...bueno?.

— Stiles -finalmente le llamó Derek.

El menor ni siquiera lo noto.

Sabiendo que sería inútil seguir llamándole, Derek apartó con suavidad a Deaton y se puso de pie, para luego tomar a Stiles por los hombros y observarle con preocupación.

— Estas embarazado -soltó, recibiendo un leve asentimiento- — Y no de uno....de dos -agregó recibiendo la misma respuesta- — Seremos padres...padres...de dos -murmuró.

En este punto la mirada de Derek se había entristecido ligeramente, tenía unas terribles ganas de llorar y su lobo se sentía muy mal. Lo único que podía oler en Stiles era desesperación y ansiedad, lo cual ni él ni su lobo podían tomar positivamente.

— Dos...dos bebés -susurró de nuevo, respirando con más control, observándole directamente a los ojos.

En cuestión de nada, decenas de lágrimas comenzaron a abandonar los ojos del lobo, rompiendo el corazón del humano, quien inmediatamente respiro profundamente y se tranquilizó, para luego tomarle por la nuca con su mano derecha y llevar la izquierda hacia su estómago.

— Derek -suspiró ligeramente, observándole ligeramente dolido- — Es...es el mejor regalo que me han dado en toda la vida -confesó, comenzando a acortar la distancia.

Y así comenzaron un beso suave, ligeramente salado por el llanto del lobo e increíblemente lleno de decenas de sentimientos.

Una vez que ambos se separaron y se tranquilizaron lo suficiente, Deaton les recordó de su presencia y le pidió a Derek que regresara a su lugar y al menor que se sentase, pues necesitaba seguir con el chequeo y hablar un poco más sobre lo que estaba sucediendo.

— Si te concentras lo suficiente podrás escuchar sus latidos -le explicó a Derek, sonriéndole ligeramente- — Por desgracia Stiles necesitará un poco de ayuda -agregó, colocando más gel sobre este- — Muy bien, encenderé el sonido, tómenlo con calma, será ligeramente...ya lo escucharán -y sin más aplasto un pequeño botón.

En segundos golpeteos casi sincronizados inundaron la habitación. Y ambos chicos casi se desmayan de los nervios y la emoción.

Habían llegado con la pesadez de que algo greave le podría estar pasando el lobo y al final terminaron descubriendo que tendrían dos cachorros, algo que de no presenciar sería imposible de imaginar.

— Y...y Derek será bien? -preguntó Stiles, sin poder sacar aquello de su cabeza.
— Los riesgos son increíblemente mínimos, diría que son menores que en un embarazo común -respondió con simpleza.

El druida jamás había presenciando personalmente algo similar en todos sus años de vida, pero sin embargo sabía que aquello ya había pasado en el menos un par de manadas al rededor del mundo y todo había salido bien, por lo cual realmente no se sentía preocupado.

— Se de algunos casos, si no me equivoco el más cercano ocurrió en Canadá, quizá me de una vuelta por allá estos días, me informaré bien y los llamaré cuando tenga todo listo -les tranquilizo- — Por ahora lo único que se es que Derek estará muy sensible, tendrá muchos cambios de humor, antojos, mareos, nauseas y seguramente tendrá dificultad para transformarse en su forma animal y honestamente creo que es mejor no intentarlo ni siquiera a medias, pues podría dañar a los cachorros -advirtió, recibiendo un asentimiento por parte de ambos- — Oh y nada de entrenar con la manada o usar tu fuerza de lobo, podría resultar en una perdida...creo que es un milagro que sigan con nosotros después de todo -agregó con seriedad.

Después de aquellas palabras Derek no pudo evitar sentirse demasiado culpable, pues su enorme terquedad pudo haber dañado a sus cachorros.

Había entrenado demasiado, había intentado transformarse, había usado su fuerza por días...y casi deja que le inyecten una substancia dañina, realmente era un milagro que las cosas estuvieran bien.

Todo gracias a Stiles. De no ser por el quizá el destino de aquella historia sería completamente diferente.

— Lo siento -se disculpo, tomando su mano con suavidad- — Fui un idiota -susurró, dejando escapar un par de lágrimas.
— Derek, lo importante es que ellos están bien, que tú estas bien, afortunadamente nos enteramos a tiempo, el pasado no lo podemos cambiar, pero podemos ser cuidadosos de ahora en adelante -le hablo con suavidad, llevando su mano libre al estómago de este- — Ni tú ni yo sabíamos que algo así era posible, no dejes que eso te atormente -agregó, acariciando ligeramente la zona.

Hi! Les ha gustado mi pequeña sorpresa doble? Lol.

Uh...Dad, I Got My Boyfriend PregnantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora