Capítulo 5

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Me despido con este capítulo!

Nos leemos muy pronto

🤗🤗🤗🤗🤗🤗

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No pasó su mejor noche.

Tuvo una auténtica pesadilla, una en la que el marqués sabía de sus sentimientos y se burlaba de ella sin misericordia. No concilió el sueño más tarde, lo que estuvo desvelada y con los ojos más grandes que los de un búho.

A la mañana siguiente se levantó con el pelo enmarañado que fue un suplicio tanto para su doncella como para ella que le desenredara cada, lo cual le despejó de cualquier vestigio de sueño.

Cuando llegó a la mesa de desayuno, no había nadie a la vista, lo que se sentó en cualquier asiento de la mesa. Se imaginó que su padre habría ido al banco mientras que su madre seguiría durmiendo. Se preguntó si sabía alguna noticia nueva de su hermano, ya que a la vuelta a casa, no hablaron del asunto. Como si la ausencia de él no fuera preocupante salvo para ella.

Era verdad que estaba liado, encima con su compromiso con lady Shelford, aun más. Más responsabilidades que atender. Y más problemas con los cuales tendría que lidiar. Sería algo normal y nada relevante que se hubiera escaqueado de la fiesta de su amigo, para irse a descansar, pensó al morder la tostada.

También, quería ocupar su mente con esa preocupación que el hecho... dejó la tostada a medio comer, sabiéndole a serrín de repente.

En mala hora que decidió mandarle esa carta y haberse cruzado con ese caradura. Sí, ya le había dicho de todo y podía seguir ampliando su vocabulario sobre él. Porque aún no se había quedado a gusto.

Como no tenía ningún plan programado en esa mañana, y quería averiguar el paradero de su hermano, fue hacia arriba y le pidió a su doncella que la ayudara a vestir. Ya que iba a salir hacia el banco, con la esperanza de despejar su mente.

Sin embargo, no obtuvo las respuestas que había esperado encontrar cuando llegó. Saludó a los empleados y compañeros de su padre. No vio a su progenitor en la entrada, ni siquiera en el interior. Le dio la idea de que estaría en su despacho, así que no lo molestó y se ahorró su "buenos días", y empezó a buscar a su hermano.

Solo que una persona se le había adelantado. Mientras se acercaba al escritorio del secretario de su hermano, cerró la correa del parasol mientras le llegó a sus oídos:

— Perdóname, sir. Pero lord Darian no podrá atenderle hoy; tendrá que decirme otro día por el que pueda asistir y gestionar su asunto.

Eso no era normal en su hermano, frunció el ceño. Más lo frunció hasta juntar sus cejas cuando reconoció la voz del visitante.

— Así que no está lord Darian. Me decepciona que no esté, había escuchado de él que era un gran profesional y no descuidaba de su trabajo.

— Disculpe — inquirió Bonnie, ya alterada de que ese desconocido tuviera el atrevimiento de insultar a su hermano —. Está totalmente equivocado, mi hermano es un profesional.

— Señorita Darian — el secretario tuvo la amabilidad de saludarla, en cambio, el otro caballero, no, que enarcó una ceja ante su mera presencia.

— Buenos días, señor Anderson.

— ¿Ah, no? — olvidándose por completo de la educación —. Si lo fuera, no desatendería a sus clientes, ni dejaría cualquier gestión a su secretario.

Deséame  #8 Saga MatrimoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora