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Un estercolero hubiera sido más acogedor que el interior de ese lugar. El olor a humedad que desprendían las paredes se calaba en sus fosas nasales, las luces eran tenues, disimulando el aspecto deplorable que tenían. El hombre de la entrada se sentó en una silla colocada justo al lado de la puerta, allí mismo saco una navaja de su bolsillo y comenzó a hurgarse las uñas. 

Yoongi esperó ahí, pero antes de que se diera cuenta el joven JK apareció por las escaleras principales, haciéndole una señal con la cabeza para que le siguiera.  Notaba como le temblaban las piernas ya en los últimos escalones, se sentía débil y cansado. En el rellano del tercer piso había dos grandes y viejas puertas. El chico sacó una llave de su bolsillo para abrir la chirriante entrada. 

— Bienvenido a mi dulce hogar —dijo un tanto irónico. 

Al igual que el resto del edificio, el piso tenía un aspecto desgastado, aunque al parecer el joven había invertido bastante tiempo en tratar de acondicionarlo para que fuera más acogedor. Había varios objetos de decoración como pequeñas esculturas, cuadros algo escalofriantes e incluso fotos, las cuales Yoongi hecho un vistazo logrando así reconocer a Jimin y a los demás en ellas, pero una en especial le trajo curiosidad. 

— ¿Quién es la chica de la foto? —preguntó Yoongi. 

— Mi hermana mayor —dijo JK dejando caer su cuerpo en el sillón al lado de la gran ventana.— Puedes ponerte cómodo en ese sofá —añadió señalando un viejo mueble.

Yoongi miró a su alrededor ignorando la invitación, no pretendía quedarse mucho tiempo, tratando de encontrar cualquier cosa fuera de lo relativamente normal. Se preguntaba cómo ese chico de apenas dieciocho años había acabado en ese pozo al que llamaba casa ¿No tenia una familia? ¿Y su hermana? Si se encontraba viviendo de esa manera a su edad, ¿Qué le esperaba? Le parecía ridículo como alguien podía desperdiciar la vida de ese modo. 

Jungkook observaba atentamente las reacciones de su mayor. Le parecía interesante, su cara siempre permanecía totalmente inexpresiva, recordaba pocas veces en las que dejara de contenerse. Entonces, vio como este sacaba su teléfono y le mostraba la imagen de Jimin y él hablando en casa de Namjoon.

— ¿Tú sabes por qué Jimin ha desaparecido? —preguntó Yoongi frunciendo ligeramente el ceño. 

Las cejas del más joven se alzaron en señal de sorpresa que Yoongi no creyó, había captado la falsedad del chico desde el momento en que le contestó el teléfono por la mañana, hablándole de manera formal cuando nunca lo había hecho, demasiado obvio. 

— No... ¿Porque iba ha saberlo?  

"Mentiroso" pensó Yoongi. Al parecer nadie estaba dispuesto a hablarle del tema, ni siquiera las personas que consideraba amigos, palabra que comenzaba a odiar por cierto. 

— Os arrancaría la cabeza —sentenció el mayor apretando los dientes 

Con una sonrisa infantil, JK miraba divertido como su mayor contenía la frustración, nunca le había oído algo de ese estilo, es mas pocas veces le había oído hablar tanto, normalmente emitía sonidos que solo Jimin entendía, gesticulaba con su cuerpo o contestaba si o no.

— Jimin sé a quedado corto al contarnos lo intenso que puedes llegar a ser —ladeo la cabeza mojando sus labios.— Deja de buscarlo, cuando sea el momento volverá. No tienes ni idea de lo mucho que se ha esforzado por mantenerte a su lado sin que te involucraras en este mundo. 

"Bingo" por fin escuchaba algo interesante de ese mocoso bocazas. Quizás había encontrado un hilo del que tirar, aunque no estaba muy seguro de como abordarlo, el voto de silencio estaba a la orden del día últimamente.  

— ¿Qué mundo? 

— Ninguno en el que debas involucrarte  —respondió rápidamente el chico. 

Estaba claro, tanto Namjoon como JK trataban de ocultarle algo. En circunstancias normales no le despertaría ni el más mínimo interés, pero a medida que intentaba profundizar más en el tema, más raro se volvía todo. 

¿De verdad quería saberlo? 

¿Era necesario? 

Dos personas le habían dicho que volviera a casa y esperara, quizás era la mejor opción, así se ahorraría meterse en problemas que no eran suyos. Solo quería que su Jimin volviera a casa, a cualquier precio. 

— Habla —mascullo Yoongi casi en contra de sí mismo. 

El joven se puso en pie y se acercó a su amigo que le miraba de nuevo inexpresivo, tratando de ocultar sus inseguridades, no podía permitir ser el débil. 

— Si lo hiciera Jimin me cortaría el cuello esta misma noche y creo que aun me queda mucho por vivir ¿Sabes?

Estaba perdiendo el tiempo y no había cosa que más desquiciara a Yoongi que la gente le tomará el pelo. No se lo pensó mucho, agarró al chico por el cuello y lo acerco a escasos centímetros de él. 

— Sé donde vives, no lo olvides. Reza por qué vuelva entero.

Al soltarlo JK rió y se acomodó de nuevo sus ropas, esa clase de reacciones espontáneas tan desproporcionadas eran claramente la viva imagen de Jimin, quizás no eran tan diferentes.

[...]

Salió de ese montón de escombros con una creciente rabia en su interior. Tanto silencio por parte de la gente que le rodeaba hacia que la desesperación creciera en él y la desconfianza que sentía lo desestabilizaba. 

Su cuerpo le parecía más pesado de lo habitual y la cabeza comenzaba ha darle vueltas, al parecer no comer y la ansiedad comenzaba a pasarle factura, pero aun tenia que conducir de regreso a casa. Le tomo más tiempo de lo normal, pero prefería conducir con precaución. 

Llegó de nuevo al apartamento de Namjoon.

— Gatito... me ha llamado jungkook —dijo este cuando Yoongi le entrego las llaves de la moto— ¿Estas bien? no tienes buena cara. 

Yoongi pestañeo varias veces para tratar de focalizar a su amigo, pero la cabeza le daba vueltas y las nauseas habían vuelto aparecer. 

— Estoy un poco mareado —se apoyó en el marcó de la puerta,— solo necesito comer algo y... 

Sintió como perdió la poca fuerza que le quedaba en las piernas, todo se volvió oscuro y el sonido de un golpe seco dio paso a la nada. 





Criminales | La vida de Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora