Al oír mis palabras Jimin sonrió y sus ojos se iluminaron como si dos luciérnagas brillarán en ellos, sujetó mi mano con las suyas y acarició su rostro con la yema de mis dedos para luego depositar un tierno beso en mis nudillos.
En ese momento, alguien tocó la puerta de la habitación.
— Será el medico —dijo Jimin sorprendido. — ¡Adelante!
Se levantó rápidamente y acomodó sus ropas. Noté como su expresión cambió en una fracción de segundo, con un leve gesto desafiante. Juntó sus manos detrás de la espalda y se adelanto unos pasos para recibir a un hombre corpulento, de poco pelo y nariz grande, que tría consigo un maletín viejo de piel.
— Joven Jimin, cuanto tiempo sin verle —dijo sacando un trapo del bolsillo para secar el sudor de su frente.— Su presencia cada vez es más... imponente, aún recuerdo cuando le conocí por primera vez, era usted un chiquillo salvaje lleno de energía... ¡Y mírese ahora!
Jimin alzó una mano deteniendo el parloteo de aquel hombre.
— Yo también me alegro de verle doctor, pero por favor, concentremos nuestra atención en lo importante —pidió Jimin cortes.
— Por supuesto —exclamó el doctor dirigiéndose hacía a mi torpemente y colocando el maletín sobre la cama. — ¿Como te sientes joven? —preguntó quitando la sabana que me cubría. — La trayectoria de la bala rozó tu arteria, casi te desangras. —lo miré con sorpresa,— ¿No lo sabias? ¡Fue casi un milagro! Suerte que tu otro amigo supo hacer presión correctamente en la herida y bueno... —se rasca la barbilla— que fuera de tu mismo grupo sanguíneo también fue mucha suerte.
¿Tan grabe había sido? Era consciente de lo que había pasado, pero no imagine el nivel de alcance, aunque según lo que Jimin había dicho antes, había estado una semana inconsciente.
— ¿Hope esta bien? —pregunté.
Vi de reojo como Jimin daba vueltas por la habitación con una mueca de burla al escuchar ese nombre. Regresé la vista al doctor en cuanto noté el desprendimiento del parche que cubría mi herida.
— ¿Hope?... ¡Ah! Tu amigo esta bien, solo estaba algo asustado. Durmió dos días enteros después de la transfusión. —Miró de cerca la herida que aun tenía la sutura, — Deberías comenzar a moverte, pero con cuidado, nada de sobre esfuerzos y come bien, te hace falta ganar peso. Dos semanas más y ya podrás volver a lanzar tiros por ahí. —Dijo divertido, pero ni Jimin ni yo reímos, — vendré a retirar los puntos en unos tres días, de momento te sacaré sangre para comprobar tus niveles.
Mientras el doctor procedía con la extracción, el teléfono de Jimin emitió un breve sonido, este lo agarró para separarse y poder escuchar en privado el mensaje de voz que había recibido. Pude llegar a escuchar el tono de voz la persona que hablaba, me resultaba conocido, pero las palabras se juntaban y el pinchazo de doctor en el brazo desvió por completo mi atención.
— Listo, les llamaré en cuanto tenga los resultados —dijo mientras sacaba la vía de mi mano y la pinza de mi dedo, — puede que te sientas mareado o con dolores de cabeza, pero es normal, después de una semana inconsciente y en tus condiciones. Toma la medicación que te voy a anotar y reincorporarte a tus actividades paulatinamente.
El hombre comenzó a recoger sus cosas y a guardar los materiales en el maletín. Volví a mirar a Jimin, estaba tecleando en el teléfono totalmente concentrado. ¿Qué es eso tan interesante, eh, Jimin? Suspiré cansado, el doctor miró a Jimin y volvió la vista a mi sonriendo.
— No te preocupes por el —dijo medio susurrando, — ha estado muy preocupado por ti, estaba aquí metido todo el día no dejaba entrar a nadie, solo a mi claro, hasta que Kim lo obligo a ir a volver a los entrenamientos.
— ¿Kim? —le pregunté curioso.
— ¿No le conoces? —replicó incrédulo, — Kim Namjoon la mano derecha del jefe, ¿Pero cuánto hace que has llegado muchacho?
Me quede congelado por unos segundos y algo comenzó a picar en mi garganta. El doctor me miraba con la ceja alzada, cruzando la pierna y apoyando su mano en la cama.
— ¿Kim Namjoon? —comencé a reír, todo comenzaba a ser demasiado surrealista. — Doctor, respóndame a algo más por favor.
El rostro del doctor era una mezcla entre confusionismos, sorpresa y desconfianza. Quizás pensaba que estaba loco, pero había que reconocerlo, el asunto de la mafia se estaba volviendo realmente una historia de ficción en la que yo era uno de los protagonistas.
— De casualidad no conocerá a Kim Taehyung ¿verdad? —dije conteniéndome.
Una pequeña mano apareció por detrás del hombre posándose en su hombro, dando paso a la figura esbelta de Jimin, que traía una cara seria Oh, oh... esta enfadado.
— Muchas gracias por venir doctor —dijo acercándose levemente a su oreja, evitando que este volteara a verlo. — ¿Ahora podría dejarnos solo? — preguntó mientras me miraba directamente a los ojos.
Esa expresión, cejas rectas y ligeramente fruncidas, con los párpados caídos dejando ver solo media parte del iris y la pupila... Jimin estaba pensando en cómo asesinar a alguien.
Pude notar el escalofrío que recorrió el cuerpo del doctor, haciendo que se levantara de inmediato con su maletín en mano.
— Tome la medicación durante esta semana y volveremos a valorar —dijo atropelladamente mientras caminaba a la salida, — me retiro.
Hizo una leve y rápida reverencia a Jimin, sin ser capaz de mirarlo a los ojos. Este le observaba fijamente con los brazos cruzados en el pecho, volteándose hacia mi en cuanto el doctor hubo salido.
Estuvimos en silencio no se por cuanto tiempo, aún cuando su mirada estaba en mi dirección, podía sentir como su mente estaba en otro lado. Poco a poco el cansancio era más notable, necesitaba dormir. Cerré los ojos con la intención de relajarme un momento, sintiendo a lo lejos una puerta cerrarse y quedando dormido.
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Criminales | La vida de Min Yoongi
FanficYoongi un informático que solo quiere una vida tranquila junto a Jimin, un psicópata muy especial, nunca pensó en formar parte de la mafia más grande de Corea y menos aún, que su adorado Jimin fuera parte de ella. Venganza, lealtad, amor... ¿Conseg...