Trato de abrir los ojos en varias ocasiones sin poder conseguirlo.
¿Dónde estoy?
Cada noche siento como alguien se recuesta a mi lado y me sujeta la mano delicadamente.
¿Qué ha pasado?
Había momentos en los que sentía de nuevo mi cuerpo, pero al poco tiempo volvía a caer en un sueño.
¿Jimin?
Poco a poco comencé a sentir el tacto de las sabanas en mi cuerpo. El ardor en mi vientre aumentaba y las ganas de acariciar haya donde dolía eran más fuertes que yo. Comienzo a entre abrir despacio los ojos, parece que mis párpados pesan como dos montañas y la luz que se hace paso me deslumbra violentamente, dando paso a líneas y formas tornándose más nítidas.
Lo primero que pude ver fue el alto techo con vigas de madera atravesándolo, en frente de mí, un gran ventanal que dejaba ver los árboles en el exterior. Miré a ambos lados, cayendo en la cuenta que en mi mano derecha sentía una leve molestia, una vía que me suministraba algún tipo de medicamento y una especie de pinza en mi otra mano que controlaba mis constantes vitales.
Seguí pasando mi vista alrededor algo confundido, no conocía ese lugar y para nada me parecía familiar. Traté de incorporarme, pero una punzada en mi vientre me detuvo, no era capaz de levantarme y esa sensación comenzaba a desesperarme, necesitaba saber donde estaba.
Comencé a oír pasos acercándose a la puerta, así que cerré los ojos de inmediato. Sentí como alguien se dirigió a la orilla de mi cama sentándose en ella.
— ¿Por qué no despiertas? —susurró una voz— ya hace más de una semana...
Abrí de nuevo mis ojos, — Jimin —dije con una voz bastante áspera.
Dio pequeño salto sorprendido.
— ¡Yoon! —gritó mientras se abalanzó sobre mi.
— Auch... —murmuré,— cuidado... me duele —conseguí decir medio ahogado por el abrazo.
Al escuchar mi quejido, Jimin me soltó cuidadosamente, cambiando su expresión a una de enfado.
— ¡Idiota! ¿Cómo se te ocurre soltar el arma? —dice gritando, — Has estado a punto de morir estupido, a Hope casi le da algo al ver toda la sangre que salía... será muy inteligente, pero es otro inútil como tú. Como si no tuviera suficiente con cuidar de ti ¿Y ahora también de él? ¿Qué soy, vuestro padre?
De repente, recordé todo lo que había ocurrido. Hope y yo habíamos ido a la fábrica para hacer un trabajo a unos mafiosos que se hacían llamar Las Hienas, pero al empezar con la misión fuimos víctimas de una emboscada por el grupo contrario, en el que resultaba estar Jimin. Tuve un forcejeo con un miembro de Las Hienas y en descuido recibí un disparo en el vientre, dejándome inconsciente hasta hoy.
Miré a Jimin y una sonrisa escapó de mis labios, noté como mis ojos se cristalizaban, había estado esperando este momento, por fin le tengo de nuevo, a mi lado. Jimin paró su discurso en cuanto vio caer la primera lágrima.
— Estás aquí... —le susurré con voz temblorosa, — pensaba... pensaba que yo no volverías —le dije mientras me limpiaba las lágrimas torpemente. Dios mío, parece que tengo cinco años.
Jimin suspiró bajando la mirada, siempre lo hacía cuando no está seguro de algo.
— ¿De verdad crees que te abandonaría estúpido trozo de mierda? —volvió a mirarme con una sonrisa temblorosa, — te prometí que siempre estaríamos juntos. Era necesario que marchara, me estaban buscando y no quería involucrarte.
Otra vez con la misma historia, después de todo, ¿No merezco una explicación?
— ¿En qué? —le pregunte— Estoy harto ¿Sabes? Ni Namjoon, ni Jk me han dicho nada. ¿Sabes la angustia que he pasado? Joder.
Jimin volvió a desviar la mirada hacia la ventana, pensado en silencio.
Lo miré, vestía una camiseta blanca de su diseñador favorito, con una chaqueta negra de punto de aspecto suave y unos tejanos negros ajustados. Al mirar su cara, vi las sombras de bajo los ojos, eran más oscura de lo habitual y los huesos de su mandíbula se marcaban, tenía un aspecto frágil, débil... no resplandecía como siempre.
— Es una historia muy larga —dijo de repente,— lo importante ahora es que por fin has despertado —me miró.— Voy avisar al medico para que venga a verte — se levantó encaminándose a la puerta.
Todas las alarmas sonaron en mi cabeza, intente levantarme pasando por alto el dolor, pero la falta de fuerza me impidió poner un pié fuera de la cama. La máquina de constantes vitales comenzó a pitar en señal de aviso y Jimin al verme intentar detenerlo, corrió a mi lado.
— ¡Quédate quieto! Tu herida!
— No te vayas otra vez Jimin —le supliqué.
Sorprendido, Jimin bajo la mirada.
— Me quedaré ¿Vale? —dijo sacando el teléfono de su bolsillo. — Le llamaré para que venga, te tiene que revisar la herida—me señala el vientre.
Asentí con la cabeza y volví a recostarme mientras él llamaba por teléfono. Su voz cambió por completo, era ruda y autoritaria.
— De acuerdo le espero... En una hora.
Cuando termino la llamada, Jimin dejó el teléfono perfectamente colocado en la mesita auxiliar junto a la cama y se recostó a mi lado sujetándome la mano.
— Pronto vendrá nuestro médico a verte y depende de lo que diga, podrás irte a casa.
— ¿Irme? —pregunté— Yo no me voy a ningún lado sin ti.
Jimin suspiro de manera pesada dejando caer la cara entre las sabanas.
— Seokjin me va a matar... —dijo entre dientes.
¿He oído bien?
— ¿Seokjin? ¿Quieres decir Jin? ¿Nuestro Jin?
Volvió a suspirar, colocándose de rodillas sobre la cama, decidido.
— Está bien Min Yoongi, escúchame, te lo voy a contar todo. Es una historia larga así que no te duermas.
Asentí atento a lo que iba a contarme.
— ¿Recuerdas esa vez hace años que desaparecí dejándote una nota? Fue cuando me uní a la mafia a cambio de que mataran a mi padre.
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Criminales | La vida de Min Yoongi
FanficYoongi un informático que solo quiere una vida tranquila junto a Jimin, un psicópata muy especial, nunca pensó en formar parte de la mafia más grande de Corea y menos aún, que su adorado Jimin fuera parte de ella. Venganza, lealtad, amor... ¿Conseg...