"A decir verdad no puedo quejarme de la vida que he llevado hasta ahora, he tenido una familiar, un hogar, pero a pesar de todo eso siempre tuve un vacío en mi interior.
Los demonios de mi mente se desataban cuando menos lo esperaba y me devoraban, consumiéndome y atándome en lo más profundo de mí.
Hay un dicho que dice: "Tu peor enemigo eres tú mismo" y es cierto, pero a diferencia de los demás, acepte mi oscuridad y aprendí a vivir con ella.
Cuando quise darme cuenta, ese ser maldito tenía voz, calor y un latido. Entonces, lo atraje hacía mi y cuide de él.
Lo vi, quería vivir, desesperado luchaba contra su destino para salir de su caparazón, brillar y yo, no iba a detenerlo. "
— ¡Jimin! —grite sofocado.
Una punzada se clavo en mi vientre, sacándome del sueño. Mire a mi alrededor confundido, todo estaba oscuro, solo la luz de la luna menguante se colaba por la gran ventana alumbrándome suavemente. Sentía un gran peso en el pecho, incluso me faltaba el aire para respirar. Me quite las sabanas que me cubrían, tratando de ponerme en pie a tientas buscando una salida. La cabeza comenzó a darme vueltas perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo, todo me daba vueltas. Me acurruque sobre el suelo abrazándome a mí mismo y susurrando.
— Tranquilo, tranquilo.
Otra punzada me golpeo esta vez la cabeza, una tras de otra se repetían haciéndome sentir perder el control de mí mismo. Grite, en cualquier momento iba a explotar. Mi garganta quemaba, yo estaba en llamas ¿Era este mi final? ¿Estaba siendo consumido por fin?
De pronto alguien me sostenía en brazos y me llamaba por mi nombre.
— Yoongi, estoy aquí —decía una y otra vez,— abre los ojos mírame.
Quería hacerlo, pero tenía miedo de volver a la oscuridad del exterior, a la realidad que una vez más me estaba destruyendo.
— Estoy aquí contigo, como te prometí.
Note un roce delicado, lento y dulce, trayéndome de vuelta a mi parte racional. Abrí lo ojos encontrándome con dos pequeñas y rasgadas luces a escasos centímetros de mi, iluminando todo mi alrededor.
— Debí dejarte la luz encendida, lo siento —dijo rodeándome con sus brazos. — Perdoname por dejarte solo, debí decirte desde el principio lo que estaba pasando —siguió con una voz lastimera.
— No te vuelvas a ir Jimin, por favor, no te vayas —le supliqué.
— No lo haré, nunca más.
[...]
Volví a abrir mis ojos con los primeros rayos de sol, la mente sosegada y mi respiración en calma. Logré recostarme sobre mi lado izquierdo con algo de dificultad, encontrándome con Jimin acurrucado a mi lado aún dormido. Su rostro totalmente sereno se iluminaba a medida que el sol subía, soltando un leve quejido y cubriendo con las sabanas a ambos, escondiéndonos del día que avanzaba. Estire la mano para acariciar su suave cabello y enredar mis dedos en él, provocando una sonrisa divertida en sus labios.
— Buenos días —le dije con la voz ronca.
— Buenos días Yoyoyoongi —respondió abriendo sus ojos. — ¿Como esta tu herida?
— Creo que mejor, casi duele —palpe levemente mi vientre. Noté como mi estomago rugía, —pero tengo hambre.
Ambos reímos por los quejidos que emitía mi estomago.
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Criminales | La vida de Min Yoongi
FanfictionYoongi un informático que solo quiere una vida tranquila junto a Jimin, un psicópata muy especial, nunca pensó en formar parte de la mafia más grande de Corea y menos aún, que su adorado Jimin fuera parte de ella. Venganza, lealtad, amor... ¿Conseg...