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—Tranquilo —me dijo la señora Kim cuando él salió—. Voy a llevar a esta señorita a jugar afuera para que ustedes puedan relajarse. Taehyung y tú pasaron frío anoche. Se quedarán en casa y se mantendrán abrigados hasta que averigüemos qué ocurre con tu tren. Le he prometido a tu madre que cuidaría de ti. Taehyung y tú quédense aquí a pasar el rato. Tomen un buen chocolate caliente, coman algo, métanse bajo una mantita...

En otras circunstancias habría interpretado que esa última frase significaba: «Acurrúquense bajo dos mantas diferentes, a varios metros de distancia, y mejor si hay un perro guardián entre ambos», porque eso era lo que siempre querían decir los padres. Sin embargo, me daba la sensación de que la señora Kim se sentía cómoda con la situación, aunque se nos ocurriera enrollarnos. Si teníamos la necesidad de sentarnos en el sofá y compartir una manta para conservar el calor corporal, ella no se opondría. De hecho, seguramente, bajaría la calefacción y escondería todas las matas, a excepción de una.

Agarró el enterito para la nieve y salió en busca de Yang mi.

Me parecía una situación tan alarmante que por un momento olvidé lo mal que estaba pasándolo.

—Tienes cara de susto —dijo Taehyung al volver—. ¿Ya ha estado espantándote mi madre?

Me reí de forma demasiado exagerada, tan dramático que se me salió disparado un trozo de torta de la boca. Taehyung me dirigió la misma mirada que me había dedicado en la Waffle House la noche anterior, cuando yo divagaba sobre la condición de mis problemas con la cobertura del celular. No obstante, al igual que la noche anterior, no comentó nada sobre mi comportamiento. Se limitó a servirse una taza de café mientras me observaba con el rabillo del ojo.

—Mi madre va a salir un rato con mi hermana —explicó—, así que estaremos solos. ¿Qué te gustaría hacer?

Engullí otro bocado de torta para no tener que responder.

EL EXPRESO DE HOSEOK • VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora