lıllı 31 ıllıl

148 45 2
                                    

No sé qué estarían haciendo la señora Kim y Yang mi, pero llevaban bajo la nieve dos horas o más, y Taehyung y yo estuvimos jugando a Atrapa al ratón todo ese tiempo.

La primera vez intentamos hacerlo siguiendo las reglas, pero el juego tenía un montón de accesorios y piezas giratorias, y había que tirar una bolita. Resultaba muy complicado teniendo en cuenta que era para niños.

En la segunda partida nos inventamos las normas, y nos gustó mucho más. Taehyung era una compañía muy agradable, tanto que casi no me di cuenta (casi) de que Jungkook estaba tardando bastante en devolverme la llamada. Cuando sonó el teléfono, me levanté de un salto.

Contestó Taehyung, porque era su casa, y me lo pasó con una expresión extraña en el rostro, como si estuviera un tanto disgustado.

—¿Quién era ese? —me preguntó Jungkook cuando atendí.

—Es Taehyung. He pasado la noche en su casa.

—Creía que habías dicho que te ibas a GangWon-do.

De fondo se oía muchísimo ruido. Música, distintas conversaciones. La Navidad estaba desarrollándose con toda normalidad en su casa.

—Mi tren se ha quedado parado —dije—. Chocamos con un banco de nieve. Al final me bajé y fui caminando hasta una Waffle House, y...

—¿Por qué bajaste?

—Por las animadoras —dije al tiempo que suspiraba.

—¿Animadoras?

—En todo caso, terminé conociendo a Taehyung, y me he quedado en la casa de su familia. Nos caímos en un riachuelo congelado por el camino. Estoy bien, pero...

—¡Vaya! —exclamó Jungkook—. ¡Qué historia tan complicada! —por fin empezaba a captarlo—. Escucha. Estamos a punto de salir para ir a ver a los vecinos. Deja que te llame dentro de una hora y me cuentas todo.

Tuve que apartarme el teléfono de la oreja, porque no daba crédito a lo que estaba escuchando.

—Jungkook —dije cuando volví a ponermelo en la oreja—, ¿acabas de escucharme?

—Sí, necesitas contarme todo. No estaremos afuera mucho rato. Solo un par de horas.

Y colgó. Otra vez.

—Sí que ha sido rápido —comentó Taehyung al tiempo que entraba en la cocina y se dirigía a la mesada. Encendió la pava eléctrica.

—Tenía que ir a un lugar —dije sin mucho entusiasmo.

—¿Y por eso te ha colgado? ¡Qué idiotez!

—¿Por qué es una idiotez?

—Solo era un comentario. Yo estaría preocupado. Me preocupo mucho.

—No pareces una de esas personas que se angustian con facilidad —mascullé—. Pareces feliz de la vida.

—Se puede ser feliz y estar preocupado. De verdad me preocupo.

—¿Qué te preocupa?

—Bueno, por ejemplo, esta tormenta —señaló la ventana—. Me preocupa que mi coche quede aplastado por una máquina saca nieve.

—¡Qué profundo! —dije.

—¿Y qué se supone que debía decir?

—Se supone que no debías decir nada —respondí—. Pero ¿Y si esta tormenta es una prueba de cambio climático? ¿O si las personas que enferman no pueden llegar al hospital por culpa de la nieve?

—¿Eso es lo que diría Jungkook?

Esa mención inesperada a mi novio me molestó. No es que Taehyung se equivocara. Eran exactamente las circunstancias a las que Jungkook habría hecho referencia. Para ser sincero, sentí un escalofrío al darme cuenta de que hablaba igual que él.

—Me has hecho una pregunta —me dijo—, y yo te he dado la respuesta. ¿Puedo decirte algo que no te va a gustar nada?

—No.

—Ese tipo va a cortar contigo.

Sus palabras me cayeron como una bomba.

—Solo intento ser útil, y creéme que lo lamento —prosiguió y lo hizo mirándome a la cara—. Pero hazme caso, va a cortar contigo.

Mientras lo repetía, algo me dijo que Taehyung había dado en el clavo, que había hecho un descubrimiento terrible pero cierto.

Jungkook estaba evitándome como si fuera un fastidio hablar conmigo, y él nunca huía de las situaciones molestas. Siempre les hacía frente. Yo era solo aquello de lo que estaba distanciándose. Jungkook, el atractivo, popular y fabuloso en todos los sentidos, estaba haciéndome el vacío. Ser conciente de ello me desgarró por dentro. Odié a Taehyung por haberlo dicho, y necesitaba que lo supiera.

—¿Y me lo dices por lo que ocurrió con Jimin? —le pregunté

EL EXPRESO DE HOSEOK • VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora